POR José Luis Santana Ochoa
La supuesta operación mercantil entre las dirigencias de algunos partidos políticos ávidas de “cash” y militantes ansiosos de usufructuar cargos de elección popular, puede darse cuando haya quienes quieran vender y quienes quieran comprar algo de real valor. El precio dependería de las probabilidades de victoria que unos y otros perciban; también, de los beneficios esperados en los cargos a ocupar.
Los resultados electorales del domingo 6 de junio de 2021 ubicaron como más atractivas para la Coalición “Fuerza y Corazón por Colima” y sus aspirantes que terminaron por ocuparlas para la contienda en marcha, las candidaturas a las alcaldías de Colima, Comala, Coquimatlán y Villa de Álvarez; y a las diputaciones locales Uno, Dos, Cuatro, Seis, Siete y Ocho. También, a la diputación del Primer Distrito Electoral Federal.
De haberse dado la compraventa de candidaturas por parte de los dirigentes de “Fuerza y Corazón por Colima”, la misma se hubiera manifestado en ese paquete de posiciones ganadoras, no en las del Segundo Distrito Electoral Federal donde hasta la camisa perdió en los comicios inmediatos anteriores. ¿Quién en su sano juicio le pagaría a los líderes de “Fuerza y Corazón por Colima”, como aseguran sospechositas sin lógica ni sustento, un sólo centavo partido por la mitad por las candidaturas, verbigracia, a las alcaldías de Armería, Manzanillo y Tecomán, los distritos electorales locales 10, 11,12,13,14, 15 y 16, y a la diputación del Segundo Distrito Electoral Federal? Es pregunta, no se enojen.
Si empresarios como los tecomeses Nazario Rodríguez Guerra, Óscar Armando Ávalos Verdugo y Carlos Abel Vargas Bracamontes; y el armeritense Luis Alberto Gama Espíndola, decidieron aceptar la invitación que les hicieron las coaliciones “Fuerza y Corazón por México” y “Fuerza Corazón por Colima”, a contender por la diputación del Segundo Distrito Electoral Federal, la alcaldía de Tecomán, la diputación del XVI Distrito Electoral Local y la presidencia municipal de Armería, respectivamente, fue porque convencidos están de que no hay peor lucha para mejorar el lamentable estado de cosas imperante en Colima y en todo el país, que la que no se hace, y decidieron participar con su tiempo, trabajo y capacidad de organización, como contendientes electorales de oposición.
Ellos saben que enfrentan el gran reto de competir en territorios electorales marcadamente dominados por la religión 4teísta donde reina Andrés Manuel López Obrador con sus programas asistencialistas, clientelares, que tienen a miles de electores comprados con pensiones, becas y ayudas económicas de todo tipo. Con todo eso en contra, ¿en qué cabeza cabe que fueran a pagar un solo centavo partido por la mitad para dizque comprar candidaturas tan poco atractivas para la oposición?
En el mismo tenor, la Coalición “Sigamos haciendo historia” solamente podría haber vendido, dentro del Primer Distrito electoral Federal, la candidatura a presidente municipal de Coquimatlán y a la diputación del V Distrito Electoral Federal que ganó el domingo 6 de junio de 2021, pero en el Segundo Federal, todo el paquete completo de las candidaturas a las cinco alcaldías, a las ocho diputaciones locales de mayoría relativa y la Federal por la misma vía. De haber habido copra venta de candidaturas, los vendedores más grandes de las mismas en el estado hubieran sido los lideres 4treros (morenos, verdes ecologistas y petistas), no los dirigentes prianistas.
EL ACABO
Dignos de reconocimiento y respaldo son todos y cada uno de los candidatos de verdad opositores a los de la triada nefasta que conformaron MORENA, PEVEM y PT, como merecedores de condena y rechazo los partiditos paleros cuya única misión es allanarles el camino a los candidatos 4treros.
Como hace tiempo lo sentenció AMLO, o se está a favor de la 4T o se está en contra de ella, así es que a ubicarse sin ambages en una u otra posición de cara al domingo 2 de junio de 2024. Nada de medias tintas ni neutralidades. Es ahora o nunca será.