POR Jorge Octavio González
José de Jesús Dueñas García, alias Chuy Dueñas, como parte de la bancada del PRI en el Congreso del Estado estaba sujeto a las directrices de los que se adueñaron del partido: Fernando Moreno Peña y Arnoldo Ochoa González; de más está señalar que el desertor tricolor es hechura de José Ignacio Peralta Sánchez, hoy por hoy apestado entre la militancia del Revolucionario Institucional.
En alguna ocasión, a finales del año pasado, el legislador hoy emecista subió a tribuna y se quiso hacer el chistoso diciendo que no le pidieran algunas explicaciones porque, y esto lo dijo textualmente, “todavía no soy gobernador”. El ego, al menos, lo tiene bien crecidito.
Más cercano a la realidad, sin embargo, es su aspiración por convertirse en candidato a la alcaldía de Villa de Álvarez, pero ante el triunfo de Tey Gutiérrez en las pasadas elecciones y con un Héctor Magaña que también aspira al mismo cargo más adelante, Dueñas García entendió que al menos en los próximos 9 años no tendría oportunidad alguna de ser el abanderado de la Alianza por Colima.
En la alianza PRI, PAN y PRD podría aspirar a la reelección en el Poder Legislativo, algo que no se sabe si se lo negaron de antemano para poner a otro; lo cierto es que fuera del PRI esa posibilidad también se perdió, siendo que tendría que ser postulado por el mismo partido que la vez anterior.
¿Qué quiere en Movimiento Ciudadano? De entrada la candidatura a la alcaldía de Villa de Álvarez; el problema es que tendrá una competencia bastante dura con Tey Gutiérrez con la Alianza por Colima y el ex convicto Memo Toscano o el corrupto y porro Vladimir Parra en MORENA. Difícil, por supuesto; una derrota segura para José de Jesús Dueñas García.
Pero qué más tendría, según expuso a su salida del PRI: libertad para expresarse sobre los temas que quiere y articular una verdadera oposición, algo que en la bancada del tricolor no había porque todo estaba sujeto a lo que les permitieran Moreno Peña y Ochoa González, al primero para no molestarlo con auditorías y al segundo para seguirle dando las prerrogativas a que tiene derecho el partido que dirige.
Sus posibilidades en el PRI eran pocas, si no es que nulas; en eso hizo lo correcto Chuy Dueñas al salirse de sus filas e incorporarse a Movimiento Ciudadano.
Cierto es que, por el solo hecho de salir, causó molestia entre algunos priístas; sin embargo, el rompimiento sí se dio, aunque Arnoldo Ochoa insista en que no se fue en malos términos ni renegando del tricolor.
No lo hizo abiertamente, pero sí dijo que no coincidía con los postulados del PRI en los últimos meses, que coincide cuando el hampón Alito Moreno secuestró al PRI para prolongar su mandato más allá del 2024, cuando haya tenido oportunidad de meter mano en la selección de candidaturas y entregar, en el último de los casos, el PRI a MORENA, como ya lo hizo en el tema de la militarización del país hasta el 2027.
Y también, cuando dijo que salía del PRI para irse a construir una verdadera oposición, en el fondo estaba diciendo que la bancada tricolor en el Congreso del Estado no era una auténtica ni genuina oposición, algo que en estas páginas hemos dicho innumerables ocasiones.
Con el solo hecho de que Lizzie Moreno Ceballos vote con MORENA en todas sus iniciativas y no haga la más mínima crítica al gobierno del Estado, amén del trato preferencial que le dan en Casa de Gobierno, se infiere de dónde viene la orden de acatar las instrucciones y votar todo lo que proponga el Ejecutivo en la fracción del PRI.
Y el motivo más poderoso para salirse e irse justamente a Movimiento Ciudadano es una apuesta que tiene lógica, pero es arriesgada: montarse en la ola de Luis Donaldo Colosio Riojas si logran convencerlo de lanzarse en el 2024 como el candidato de una gran alianza a la presidencia de la República.
Como Vicente Fox en su momento, los que se montaron en su ola ganaron espacios púbicos; con Peña Nieto sucedió algo similar con muchos de los candidatos en las posiciones federales. Y con Andrés Manuel López Obrador no se diga: llegaron a cargos impresentables que jamás en su vida ganarían una elección. Hasta un burro habría ganado si iba con las siglas de MORENA.
Luis Donaldo Colosio en la boleta arrasaría, no cabe duda, a todo aquel que lo apoye y sea parte de su partido; el problema es que él ha dicho más de mil veces que no quiere ser candidato a la presidencia en el 2024, porque no se dejaría manipular por los que quieren utilizar su apellido para sacar a MORENA de Palacio Nacional.
Pero como todo político, quién sabe cómo piense a finales de este año o a principios del siguiente.