Candidatos, entre la traición y la corrupción

POR Jorge Octavio González

Aprobadas las candidaturas a las diputaciones locales por mayoría relativa y por la vía de representación proporcional, hoy toca analizar a un aspirante a llegar al Congreso del Estado.

Distrito II. Uno de los peores errores del PRIAN fue darle esa candidatura al impresentable y traicionero Carlos Antonio Cárdenas Roque, un sujeto nefasto que, desde que era estudiante del Bachillerato #1 de la Universidad de Colima, sentía que nadie lo merecía y menospreciaba a quienes no le aportaban nada en sus propósitos.

Increíble es, aún más, que el suplente de este infame personaje sea nada más y nada menos que José Ramón Valdovinos Anguiano, uno de los representantes de la dinastía familiar que ascendió a cargos de primer nivel en los gobiernos de Mario Anguiano Moreno en la presidencia municipal de Colima y en el gobierno del Estado.

José Ramón, muy diferente a Óscar, un pilluelo que al menos es sencillo y divertido, es serio y responsable; en su trabajo siempre ha sido disciplinado y actúa con mucho respeto por la ley.

Es todo lo contrario a Roque: el tío es un barbaján, un machito con unos y adulador y servil con otros; la experiencia que dice tener en la administración pública es sólo para incurrir en irregularidades y observaciones que luego pide solventar para no tener antecedentes de corrupción.

En la pasada administración estatal, cuestionada por el desvío de recursos y el robo en despoblado, Cárdenas Roque fue parte medular en esa trama como funcionario de la Secretaría de Planeación, Finanzas y Administración.

Si a Carlos Arturo Noriega García lo han acusado de todos los delitos habidos y por haber, resulta extraño que no se haya hecho lo propio con el pelafustán de Carlos Roque, que permaneció en dicha dependencia más tiempo que su jefe, al que, para variar, también traicionó.

La candidatura a la diputación local por el Distrito II la encabeza la antítesis de su suplente: en ningún multiverso cabe la posibilidad de que Carlos Roque y José Ramón Valdovinos conecten y trabajen en un mismo proyecto.

A menos que la suplencia sea una cuota para el ex gobernador Mario Anguiano Moreno, que también metió gente identificada con él en la planilla de Riult Rivera Gutiérrez, como por ejemplo Guillermo Villa Godínez; MAM es además uno de los financieros y asesores de la campaña del candidato del PRIAN a la alcaldía de Colima.

Raro en Mario Anguiano: su estilo de trabajo es muy de estrategia y planificación, perfil que no cumple Riult Rivera, rodeado de sujetos pérfidos que sólo lo están llevando al baile sin advertirle que se está hundiendo en el desprestigio por impulsar la descalificación en la mesa de dos de sus contendientes más fuertes.

A Mario Anguiano habría que advertirle que todavía está a tiempo de no invertir su dinero en el caballo perdedor; como regidor no le va a servir de mucho si pretende influir en la política local con miras en la sucesión del 2027.

Respecto a Carlos Cárdenas Roque, si la idea de Mario Anguiano al respaldarlo es que le deje la curul a José Ramón Valdovinos al menos el tercer año para recuperar la inversión, en el remoto caso de que llegue a ganar el próximo 2 de junio, de una vez también le advertimos que no cumplirá, porque esa es su naturaleza: traicionar a quienes lo ayudaron a salir de la pobreza.

Si Mario Anguiano tiene invertido su dinero en esas candidaturas, ahora entendemos ese despliegue de espectaculares con la imagen de Carlos Roque por las principales avenidas de la ciudad de Colima, como la 20 de Noviembre y la Felipe Sevilla del Río.