POR Luis Fernando Moreno Mayoral
¿Saben qué alianza en Colima también pidió un per saltum a la Sala Regional de Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y recibió como respuesta, igual que Viridiana Valencia Vargas, que primero tenía que agotar la instancia del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Colima?
Exacto: a los sesudos y expertos en mañas litigantes de Fuerza y Corazón por México, del PRI y el PAN. ¡Burros!
Siguen corriendo los días y el septuagenario dirigente estatal del Revolucionario Institucional de Colima, Arnoldo Ochoa González, está empeñado en negarse a pagar los salarios caídos a los trabajadores que corrió, no obstante que una autoridad en materia laboral ya le ordenó que lo hiciera.
¿Pues no que la ley es la ley?
Mely Romero Celis, candidata de Fuerza y Corazón por México al Senado de la República, ni por equivocación se ha pronunciado sobre la situación de calle en que quedaron sus compañeros del PRI tras ser despedidos por los malos manejos y corrupción de los pasados dirigentes del tricolor en la entidad.
Muchos de ellos, en la pasada elección, cuando compitió por la gubernatura del Estado, se partieron el alma y salieron a pedir el voto por ella; como respuesta han recibido la indiferencia y el desdén de la abanderada priísta a la Cámara Alta.
No hay un solo pronunciamiento de Mely Romero sobre sus ex compañeros de partido que sólo piden lo justo y no la miseria que les quisieron dar en el CDE del PRI. Y al parecer no lo habrá, pese a que trascendió que un grupo de los despedidos estaría acudiendo a los eventos del PRI para reclamarles que cumplan la ley.
¿Será por eso que nunca se le ve a Arnoldo Ochoa González en los mítines de la alianza Fuerza y Corazón por México?
Ya que hablamos de priístas corruptos y sinvergüenzas, resulta que el mamonazo y cínico Carlos Antonio Cárdenas Roque, candidato del PRIAN a la diputación local por el Distrito II en Colima, se volvió a quemar las pocas neuronas que le quedan de tanto alcohol y pastillas y dio a conocer una propuesta excepcional.
Y no es broma: el traidor por antonomasia prometió que, una vez llegando al Congreso del Estado, quitaría las mamparas de cristal que están detrás de las curules en la sede del Poder Legislativo.
Ya está igual que José Manuel Romero Coello, uno de los primeros en traicionar en su carrera política, que prometió en Nuevo Milenio que, de llegar a ser diputado, regresaría al menos una vez cada seis meses a los barrios y colonias de su distrito.
Esta promesa, sin embargo, al menos cayó mejor para los asistentes al mitin en la colonia porque, cuando Viridiana Valencia Vargas preguntó si sabían quién era su diputado del Distrito I, se quedaron callados porque Fernanda Salazar jamás regresó ni siquiera a dar las gracias.
Han pasado varios días desde que unos sujetos lanzaron bombas molotov a vehículos propiedad de José Ramón Valdovinos Anguiano, candidato suplente de Carlos Roque a la diputación local por el Distrito II, sin que hasta el momento haya una respuesta de las autoridades.
¿O será que el septuagenario dirigente estatal del PRI sólo quiso llamar la atención con el pésimo comunicado que envió condenando el suceso y exigiendo a la Fiscalía General del Estado de Colima que esclareciera el hecho lo antes posible?
¿O será que nunca interpusieron la denuncia?
¿O será que el propio José Ramón Valdovinos les dijo que mejor no le movieran al asunto porque se trataba de algo más grave?