POR Jorge Octavio González
Axe Capital es, de nueva cuenta, tema central en Colima. Y para variar las investigaciones siguen igual que cuando iniciaron: sin localizar al júnior responsable del fraude y sin saber del dinero de los miles de colimenses que confiaron en el esquema para hacer rendir sus ahorros.
La semana pasada, cuando una vez más algunos de los afectados iban a manifestarse en las oficinas de la empresa, un sujeto llegó con un martillo en mano y sin mediar palabra comenzó a golpear los cristales hasta romperlos.
Una vez que desquitó todo su coraje se retiró sin que nadie lo molestara.
Nadie sabe quién era la persona que hizo eso; algunos suponen que se trata de uno de los afectados que dejaron su dinero en Axe Capital para tenerlo seguro y ganar más, pero en sí nadie lo reconoció.
Los manifestantes, antes de que los culparan de cometer actos vandálicos, se deslindaron del tipo que destrozó los cristales del edificio; ellos dijeron que la violencia no es el camino que quieren transitar, sino el diálogo y la justicia, algo que hasta el momento no han tenido de nadie.
Pese a que en la visita del secretario de Gobernación se les dijo que los atenderían en la Ciudad de México para resolver lo más posible el problema, lo cierto es que en la Fiscalía General del Estado de Colima no han hecho lo que les corresponde.
El inútil mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez ha retrasado todo lo posible la investigación para no hacer justicia; con sus acciones sólo protege a Axel Joya, sobrino del siniestro y tenebroso Gustavo Joya Cercera, aquél sujeto señalado en varias cartulinas de trabajar para el crimen organizado.
¿Qué intereses quiere proteger el cobarde y miserable Bryant García? ¿Quiénes tienen dinero en Axe Capital, además de los afectados que ya lo han hecho público? ¿Por qué la indiferencia e indolencia con los colimenses que confiaron en una empresa que les prometió cuidar de su dinero y hacerlo rendir?
Si la Fiscalía de Colima no está haciendo su trabajo y cada vez hay más desesperación entre los afectados por la empresa, ya no veremos solamente a un sujeto solitario golpeando con furia los cristales del edificio, sino un ataque armado a la empresa, como al principio se rumoró, o algo más grave que pondrá en riesgo latente a quienes se encuentren en el lugar.
¿A eso quiere llegar el bueno para nada del mini fiscal García Ramírez? Si tanto le fascina la sangre ya sabe a dónde ir para deleitarse de esos fetiches, como tanto le encantaba a su antiguo jefe, el ex secretario de Turismo del gobierno del Estado, Efraín Angulo Rodríguez.