ASIPONA culpa a Secretaría de Hacienda de la corrupción en Aduana Manzanillo

POR Jorge Octavio González

No es cierto, como dijo el vicealmirante Guillermo Mejía George, que las operaciones en el puerto volvieron a la normalidad.

Todavía hay, a semanas del paro laboral de trabajadores de la Aduana de Manzanillo, problemas en el flujo de camiones y carga por la burocracia imperante.

El titular de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo dijo, para deslindarse de toda responsabilidad en el caos que se generó hace días por los malos tratos del capitán de navío Rodolfo Torres Chávez al personal a su cargo, que con los despidos hechos en la Aduana todo se resolvió.

Nada más falso: el problema siempre fue, como lo señalaron los huelguistas, el titular de la Aduana Manzanillo; la decisión que tomaron en la Agencia Nacional de Aduanas de México, en lugar de remover al sujeto que obligaba a trabajar 18 horas al día a sus empleados, fue correr a los trabajadores que exhibieron la explotación laboral.

Y el único cambio administrativo se dio en la ASIPONA, no en la Aduana Manzanillo: destituyeron a Mario Alberto Gasque Peña y tomó el mando el vicealmirante Guillermo Mejía George.

Pero el recién estrenado titular de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo fue más allá y le echó la culpa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del problema que se generó con el paro de labores en la Aduana; con esto quiso decir que ellos, como son dependientes de la Secretaría de Marina, no tienen el mismo problema de corrupción que sí hay, ciertamente, en otras dependencias del gobierno federal.

¿Y a poco en la ASIPONA no hay actos de corrupción?

Los últimos titulares, desde Jesús Orozco Alfaro, Héctor Mora Gómez, Salvador Gómez Meillón y Mario Alberto Gasque Peña, han sido removidos en medio de señalamientos de corrupción. El problema, sin embargo, es que en esa dependencia son opacos y no muy dados a informar lo que sucede al interior; ni siquiera se dignaron a explicar por qué tomaron la determinación de destituir a Gasque Peña justo cuando se estaba denunciando explotación laboral en la Aduana Manzanillo.

Nadie duda que en la Aduana de Manzanillo haya personal corrupto y que algunos de los despedidos estuvieran involucrados en hechos deplorables; la cuestión es que Guillermo Mejía George habla de la dependencia —que depende de la Secretaría de Hacienda— como si en la ASIPONA todo fuera pulcritud y honestidad valiente.

Y no es cierto: basta ver los últimos cinco nombramientos en la Administración del Sistema Portuario Nacional para darse cuenta de todos los negocios que hicieron al amparo del poder; algunos de los ex titulares, por cierto, fueron denunciados por favorecer con contratos a socios y a familiares de ex gobernadores que se convirtieron en empresarios de un día para otro.

Que Guillermo Mejía George le haya trasladado toda la culpa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por lo sucedido en la Aduana Manzanillo, aunque en el fondo permitieron que el protegido de Omar García Harfuch continuara al frente de la dependencia y siguiera explotando a los trabajadores, es sólo para que no volteen a ver el cochinero que tienen en la ASIPONA.

Pero una auditoría sorpresa que hagan en la ASIPONA podría destapar cloacas que se han mantenido cerradas por los pactos de impunidad de quienes controlan las áreas administrativas.

Y no porque ASIPONA dependa de la Secretaría de Marina significa que no van a cometer actos de corrupción.