Amorosos anónimos

POR José Luis Santana Ochoa

Con la impunidad que da expresarse desde el anonimato, “personas que tienen mucho amor por este instituto” (Instituto Mexicano del Seguro Social) han emprendido feroz campaña de desprestigio en contra de su Delegada Regional en  Colima, Fátima Borrego Pérez, a quien, sin más pruebas que los dichos que salen de sus bocas que son medida, la acusan de que “desde su llegada ha dejado mucho que desear como funcionario público y como parte de la cuarta transformación, al parecer la delegada tiene más intereses personales que institucionales, su llegada no fue sola si no con un plan y estrategia para hacer de este estado su lugar de negocio, quitando de puestos estratégicos a personal que tenía años laborando de manera adecuada para colocar a su equipo de corrupción”.

En las últimas veinte palabras del párrafo anterior está el peine; es decir, el verdadero motivo por el cual los amorosos anónimos se le han lanzado a la yugular a quien simple y llamamiento ejerció sus facultades legales para restructurar su equipo de funcionarios con gente de su entera confianza. A los autores intelectuales de esta desprestigiadora campaña, ella puede encontrarlos en el grupo de personas que desplazó, particularmente las que manejaron el Régimen de la Construcción que es generador del billete grande. ¿O no?

 “ Estamos cansados de este tipo de personajes como se permite que una institución tan noble se corrompa por intereses de particulares, ya basta de tener en el IMSS personas que no se dirigen con honestidad, funcionarios públicos que lucran contra el Instituto , no quieren al IMSS, su único interés es enriquecer sus bolsillos, lo único que pedimos es que se observe lo que sucede y que se haga algo al respecto, no es difícil para usted poder comprobar esto que le decimos, mismo personal de nivel central conoce lo que acontece, tanto es que elementos de la dirección de incorporación y recaudación buscan incorporarse al equipo de trabajo de la delegada”, se expresan atropelladamente los amorosos anónimos que con tanta palabrería se rasgan sus verdes vestiduras sin poder presentar alegatos sólidos, fundamentados, dignos de fiar.

La petición que los amorosos anónimos le hacen al Director General del IMSS, Zoé Robledo Aburto, a que “se investiguen los hechos e irregularidades de estos funcionarios Públicos, usted en todo su periodo se ha dirigido con mucho ímpetu y amor al IMSS, no permita que estos malos funcionarios hagan y deshagan con el IMSS colima lo que ellos quieren, buscan lograr sus objetivos personales, parte de esto ya ha sido observado y publicado en medios de información los cuales le compartimos”, también deberá detectar  los verdaderos intereses de quienes están detrás de los valientes amorosos anónimos.

Ciertamente, el Instituto Mexicano del Seguro Social que en todo el país tiene 60 millones de derechohabientes, no ha vivido sus mejores tiempos en el rubro de los servicios médicos durante los últimos seis años de la Cuarta Transformación, pero ya da señales de mejora, de cierto avance, a pesar de la grilla desestabilizadora interna de quienes, como los amorosos anónimos, quieren imponerle su Ley de Herodes.

EL ACABO

 La Delegada Regional en Colima del Instituto Mexicano del Seguro Social, Fátima Borrego Pérez, hasta ahora, ha observado una actitud prudente ante las anónimas acusaciones que ha recibido como funcionaria pública, pero tiempo es ya de que aclare paradas y haga lo pertinente a fin de que no se piense ni se crea que el seguir callando les otorga veracidad a sus amorosos anónimos acusadores nada gratuitos.

 Lamentablemente, se ha vuelto ya muy común y demasiado corriente difundir escritos anónimos sin verificación alguna, a través de las benditas redes sociales. De esta perniciosa práctica nadie se escapa, y nadie es nadie. ¿O sí?