POR Jorge Octavio González
A Viri Valencia le aconsejaron que explotara su cargo para posicionarse a la de ya para que, llegados los tiempos electorales, sea la candidata de MORENA a la alcaldía de Colima.
Los números no le dan; tampoco es un perfil vendible desde el punto de vista de sus capacidades y trabajo, porque sencillamente no existen; lo único que le queda es gastar los recursos para que su imagen esté por toda la ciudad.
Toda una semana lleva la cara de Viridiana Valencia Vargas y sus hijos en los medallones de los camiones urbanos. Pero no transmite el mensaje que el colimense promedio desea ver de su gobernante: no es una familia tradicional y hay una ausencia paterna que, sin embargo, para ella no es problema, porque dice no tener necesidad alguna de alguien que esté a su lado.
Como persona, por el contrario, carga con demasiados lastres; es indolente, déspota, soberbia, ególatra y trata a su personal con la punta del pie, algo que no le abona mucho a su imagen.
Su trabajo en la Delegación de Programas para el Bienestar de Colima se limita a repartir el dinero que viene desde el gobierno federal a través de los programas sociales; ni siquiera requiere de gestiones o liderazgo para radicar el dinero, sino simple y sencillamente basarse en el calendario que envían desde la Secretaría del Bienestar para hacer el reparto de los recursos.
Eso sí: aprovechan al máximo los eventos para tomarse las fotos e imponer la narrativa de que están trabajando y regalando el dinero a los ancianos, a los discapacitados, a los campesinos, a los estudiantes y a las madres trabajadoras.
El problema, desde luego, es que exponen sobremanera a la gente, sobre todo a los adultos mayores, que tienen que esperar, en cada evento, horas bajo los rayos del sol y la incomodidad de permanecer de pie hasta que les sea entregado el recurso o la tarjeta.
Ya falleció una anciana de más de 80 años en el estacionamiento de uno de los edificios de la delegación a cargo de Viri Valencia; aunque quisieron minimizarlo, no pudieron, por lo que la ex diputada carga con un muerto más en su conciencia (carga con la muerte del diputado Roberto Chapula de la Mora y con el trabajador de la Delegación de Programas para el Bienestar que, como recordatorio, ordenó retirar la lona que los compañeros de Jesús Antonio Eustaquio Calvario lograron comprar entre ellos para exhibirla en el edificio de Avenida de los Maestros).
Viridiana Valencia pierde el tiempo: por más que finja ser alguien que no es no le alcanzará para competir en el 2024 por la alcaldía de Colima. Ese lugar ya tiene dueña. Lo que puede hacer es ahorrar ese dinero para retirarse como nueva rica de Colima que es o, por el contrario, busca otro cargo de elección popular, como la diputación federal, por ejemplo, o el Senado de la República.
Al menos tiene opciones.