POR PXPress
PESE A QUE UNOS DÍAS ATRÁS había irrespetado a la prensa cuando dejó con la palabra en la boca a un reportero por una pregunta incómoda y se escabulló con la ayuda de su escolta fuertemente armado, Indira Vizcaíno habló en su último show de stand up Diálogos por la Transformación acerca del valor de los medios de comunicación y de su plena convicción por la libertad de expresión. Dicho discurso tendría más peso si hubiera venido acompañado de una disculpa al comunicador y un reconocimiento de que, en efecto, 2022 es ya el año más violento de toda la historia de Colima, superando por mucho al 2017, que es el que tenía ese honor. Pero no. La gobernadora, fiel a su estilo, en un escenario controlado, sin reporteros incómodos y sin que nadie le revirara sus señalamientos, se la pasó hablando sobre el papel de los medios de información y se atrevió a decir que en sus conferencias de prensa existe ese diálogo para informar a la sociedad. Falso a más no poder. No hay retroalimentación porque sencillamente no hay diálogo; a una pregunta hay una evasiva y el formato impide preguntar en más de una ocasión. Indira Vizcaíno dijo que los Diálogos por la Transformación, además de ser la herramienta más importante en su estrategia de medios de comunicación, como alguna vez lo reconoció, es el que más le gusta. E insistió en que respondiendo las preguntas de los reporteros es como se puede informar a los colimenses sobre lo que sucede en la entidad. SÓLO EN ESCENARIOS AMIGABLES, controlados, es como Indira Vizcaíno puede explayarse; de lo contrario sale a relucir su verdadera personalidad: inculta, indolente, indiferente y, sobre todo, limitada. Inexperta, además, porque a un año de gobierno no ha sabido tomar las riendas del poder; en lugar de utilizarlo para servir a la gente, lo usa para aplastar a los enemigos políticos y personales. En eso no se diferencia de los priístas de antaño. A un año, pues, la narrativa de culpar al pasado de todos los males ya no funciona; ahora la gente pide soluciones a los problemas y exige que trabajen a paso firme y con rapidez. No más excusas. No más pretextos. No más señalar a culpables que, sin embargo, están en libertad y actuando con total impunidad. A Indira se le está escapando la oportunidad histórica de sacar del hoyo a Colima; sin embargo, la sumisión del Poder Legislativo, el miedo del Poder Judicial y la cooptación de regidores de ayuntamientos incómodos sólo le han servido para revanchas personales y políticas que en nada benefician a la sociedad. Aunque su gobierno es de seis años, en menos de dos se le termina la protección de la que ha gozado del gobierno federal y, muy probablemente, ya no tenga mayoría en el Congreso del Estado ni ayuntamientos de su lado para hacer un frente común. Le queda poco tiempo para rectificar y no seguir echando a la basura su capital político y la esperanza de miles de colimenses que creyeron en un verdadero cambio. Cuenta regresiva. Tic, tac, tic, tac…
AZUZADA POR EL VOCERO DEL indirato, Miguel Ángel Vargas Vaca, la comunidad lésbico gay del estado reaccionó tardíamente al dicho de la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, por haber empleado ésta el término de “travestis” contra los diputados de Morena y sus aliados en la LX Legislatura local, aunque sin que necesariamente eso se tenga que tomar como un insulto, algo que no tolera ese sensible sector de la sociedad. Veamos: así como hay personas que se visten con ropas y accesorios convencionalmente reconocidos como propios del sexo contrario, también abundan los políticos chaqueteros y oportunistas que cambian de emblemas, colores y discursos, de un signo ideológico a otro. Vamos: hasta en el deporte hay travestismo cuando un jugador del Guadalajara se cambia, digamos, al América. Así, tan pertenecientes al travestismo son unos y otros, sin que ello tenga relación con la comunidad lésbico gay, que ya se sintió “ofendida” por los dichos lanzados por la mazorquera alcalde porteña en contra de otro tipo de travestis, que aquí son políticos, como es el caso de los legisladores locales. Hay partidos y candidatos vestidos de verde ecologista o de naranja que participaron en los comicios del 6 de junio del 2021, por ejemplo, que engañaron a los ciudadanos que votan al ocultar con sus vestimentas que, en realidad, por dentro eran más morenacos que la candidata a gobernadora, Indira Vizcaíno Silva. Si bien los aludidos nunca tomaron el término de “travestismo político” en su connotación sexual que se les aplicó por analogía, tampoco la comunidad lésbico gay debe alegar la exclusividad del uso de la palabra y todas sus derivaciones, tanto a favor o en contra. Y es que la rupestre Griselda Martínez calificó de “travestis” a los diputados locales porque, vestidos de color guinda de Morena y como si fuera una mayoría anti cuatrotera, votaron en contra de la iniciativa (que se aprobó en cabildo) que pretendía reformar el artículo 13 de la Ley de Hacienda del Municipio de Manzanillo, a fin de que los porteños tuvieran una justa y equitativa aplicación de los impuestos del predial y de la construcción. En este sentido, ante el manejo del término de “travesti” empleado por la primitiva Griselda Martínez, el vocero del indirato ordenó a sus periodistas a sueldo ir a picarle la cresta a la muy sensible comunidad lésbico gay para que sus integrantes se sintieran aludidas por la palabra “travesti” que empleó la alcalde porteña sin ninguna connotación sexual a los integrantes del Congreso del Estado. Hace pocos días se produjo la declaración de la Tostada Martínez, pero no fue sino hasta este miércoles en la que reaccionó la citada comunidad, incitada por los empleados a sueldo del vocero Vargas Vaca, para manifestar su “indignación” y, sobre todo, para voltearle a la edil ese importante sector que vota masivamente. La maquinaria que se echó a andar el vocero del indirato en contra de Griselda Martínez, a través de las redes sociales, incluye al hermano de la diputada local Andrea Naranjo Alcaraz, precisamente una expriista travestida de morenaca. Aquí no estamos de parte de la presidenta municipal de Manzanillo, pero no cabe duda que los Vizcaíno (padre e hija) van con todo en contra de la que se les salió del huacal desde el arranque de la actual administración estatal, para lo cual también compraron a regidores de Morena que se le voltearon a la Tostada Martínez, ya sin disimular ni cuidar las formas. Queda, pues, para el registro, nuestra opinión sobre el particular.
DESDE EL PASADO VIERNES, cuando Indira Vizcaíno señaló que desde octubre, noviembre y lo que va de diciembre se ha visto una disminución en los índices delictivos, sobre todo en los homicidios dolosos, en Colima no ha habido un solo día de tranquilidad: asesinatos a plena luz del día, masacres en negocios, embolsados, granadazos y balaceras en diversos puntos de la zona conurbada han sido el pan de cada día, sin que autoridad alguna ponga orden. Pero eso sí: Indira Vizcaíno ya bajó la cortina por este año y deseó unas felices fiestas. Que la sociedad colimense le haga como pueda de aquí a enero del 2023.