POR Jorge Octavio González
“Poco he escuchado y leído del tema”, fue lo que declaró la gobernadora Indira Vizcaíno sobre el retiro de escoltas a la presidenta de Manzanillo y la vulnerabilidad en la que la dejaron ante quienes han atentado en dos ocasiones contra su vida.
Desafortunada, por decir lo menos, la respuesta de la mandataria estatal. Y la razón es sencilla: no se le preguntó sobre el color favorito de su hija ni con quién estuvo el fin de semana pasado; se le cuestionó sobre el retiro de la seguridad personal de Griselda Martínez Martínez y cómo esto puede desembocar en un tercer atentado que pueda concluir el trabajo de los sicarios que ya la quisieron asesinar con anterioridad.
Como todo lo que tenga que ver con Griselda Martínez, la gobernadora quiso minimizar el asunto reconociendo abiertamente que “poco he escuchado y leído” acerca del asunto; esto es, que ni siquiera se ha dado a la tarea de leer y escuchar todo lo que se ha dicho al respecto en diversos medios de comunicación.
Cierto es que el tema no se ha tocado en los medios que tiene a su servicio y que tienen prohibido darle foro a la presidenta municipal; el problema para Indira es que los medios que sí hemos abordado un asunto de vital importancia y gravedad hemos tenido eco entre la sociedad que comparte nuestra opinión sobre la falta de sensibilidad de las autoridades al retirarle los escoltas a una mujer amenazada y que ha recibido cientos de balazos en el ejercicio de sus funciones.
Indira Vizcaíno demostró no preocuparle en lo absoluto que una compañera de partido, amiga del presidente de la República y que ganó dos veces consecutivas la presidencia municipal de Manzanillo esté a merced de los criminales y que en cualquier momento sea víctima de un tercer atentado en su contra.
Aunque, como la mitómana profesional que es, seguramente es mentira que poco ha escuchado y leído sobre el tema del retiro de escoltas, porque enseguida señaló que leyó una entrevista en donde Griselda Martínez reconoce que se le asignaron elementos de la Guardia Nacional, con lo que, para la gobernadora del Estado, queda zanjado el tema del retiro de los escoltas de La Marina Armada de México.
La respuesta de niña berrinchuda, a la que no le gusta que le pregunten sobre la morena de familia humilde que acapara más la atención que ella, la Barbie de Cuauhtémoc, refleja el clasismo, el odio, el racismo y la discriminación de una persona que no supera que una presidenta municipal sepa hacer mejor las cosas que una gobernadora, aun con todo el aparato del Estado a su disposición, las instituciones de seguridad e inteligencia, los medios oficialistas y oficiosos y que tiene como empleados a los diputados de la bancada de MORENA y aliados.
Para Indira Vizcaíno saber que Griselda Martínez ya tiene personal de la Guardia Nacional y de la Policía Municipal a su disposición es más que suficiente para que la presidenta esté tranquila y continúe trabajando a favor de los manzanillenses; lo que no acaba de entender la mandataria estatal es que no había necesidad de que le retiraran la seguridad que la venía acompañando casi al inicio de su administración, habida cuenta de que un grupo de criminales intentó en dos ocasiones acabar con su vida.
Y lo peor es que desde la Fiscalía General del Estado de Colima un mini fiscal inútil y bueno para nada como Bryant Alejandro García Ramírez actúa perversamente para que no se dé a conocer quién fue el que dio la orden de asesinar a Griselda Martínez.
Pese a que tiene la carpeta de investigación de los dos atentados, en la FGE parece que no quieren avanzar en el tema porque podría descubrirse algo que no quieren que se sepa.
Y cómo no si, de acuerdo a los cables confidenciales de la SEDENA difundidos por Guacamayas, en la Fiscalía de Colima se protege a uno de los grupos criminales que opera y domina en la entidad, el mismo que ordenó el asesinato de la gobernadora por incumplir acuerdos que hicieron en la campaña electoral donde ganó por estrecho margen Indira Vizcaíno.