POR Jorge Octavio González
Si se tratara de algún evento que no fuera tan serio como un sismo y todo lo que ello implica daría risa la reacción del equipo de comunicación social y de asesores del gobierno del Estado ante el caos que se originó por la furia de la tierra que hizo destrozos y quitó la vida a varias personas en la entidad.
Lo primero que pasa cuando tiembla, y más con la magnitud del sucedido ayer 19 de septiembre, es que se cortan las comunicaciones, ya sea telefónica, la luz, el internet y por supuesto los datos en los celulares.
¿Hasta ahí vamos bien? Sale. En esos momentos de angustia, cuando no sabes qué pasa con tu familia, con tus hijos, con tus hermanos, con tus abuelos que caminan con dificultad, lo que quieres es comunicarte con ellos y saber cómo están o si les pasó algo.
Lo que hizo la gobernadora Indira Vizcaíno, en lugar de buscar mecanismos para informar a la población de lo que estaba sucediendo alrededor de las secuelas del sismo, fue manejar toda la narrativa oficial a través de sus cuentas de redes sociales.
Increíble, desde luego, que no sirvan para nada las contrataciones onerosas que ha hecho recientemente la dirección de Comunicación Social —con un Miguel Ángel Vargas que ya vimos que le gusta ver a jovencitas y a la gobernadora en “vestido de gala”— de personal perverso y ruin que ha estado en administraciones priístas y que ahora no tienen la más mínima vergüenza de aceptar trabajar para un gobierno inepto, ineficaz y corrupto de MORENA.
La estrategia de comunicación para dar a conocer el diagnóstico tras el sismo fue realizar una conferencia de prensa a través de Facebook Live; por supuesto que los medios a su servicio ahí estuvieron dando toda la cobertura posible y transmitiendo el mensaje de la mandataria estatal.
Lo indignante, en este sentido, es que esas transmisiones requieren un ancho de banda que no tiene el grueso de la población, que apenas si hace recargas de 20 ó 50 pesos para tener redes sociales; no se diga de otros que ni siquiera tienen datos en sus celulares y que estuvieron incomunicados porque no había línea telefónica y la luz cortó la señal wi-fi donde se conectaban.
Los que tenían datos apenas si podían comunicarse a través de la red de mensajería instantánea; los que no tenían se quedaron en la oscuridad, pues poco después del sismo todas las tiendas de autoservicio, como los Oxxos y Kioskos, cerraron sus puertas, por lo que fue imposible hace recargas para tener internet.
La señal de telefonía, como se dijo, estaba caída; no había manera de poder hablar con nadie. Y el wi-fi estaba muerto porque requiere luz y la CFE no suele ser lo eficiente ni rápida como para restablecer el servicio a todos los que se vieron perjudicados.
El gobierno del Estado cree que ya todo Colima tiene internet como para poder estar atento a lo que diga la gobernadora a través de sus redes sociales. Y cree, además, que todos tienen un bando de ancha tan potente que pueden visualizar las conferencias de prensa sin interrupciones técnicas.
Y resulta que los genios asesores de la gobernadora Indira Vizcaíno basaron toda su narrativa oficial a través de redes sociales, cuando la gran mayoría de las personas estaba incomunicada y no podía estar viendo en sus teléfonos celulares todo lo que se decía en materia de protección civil y los lugares que eran seguros o no para la sociedad.
Más tarde, cuando se restableció la luz y hubo wi-fi, y se pudo recargar saldo a través de las tarjetas de crédito, habían pasado muchas cosas; entre otras, que hubo muertos que al principio el gobierno del Estado intentó ocultar, pero que después tuvo que aceptar ante la ineficacia de sus rescatistas de protección civil que no pudieron hacer nada por uno de los aliados que tuvo este gobierno en el negocio de la radio.
En cuestión de minutos puede suceder una tragedia; justo en esos minutos es cuando mucha gente estuvo en la oscuridad por no tener herramientas de comunicación que pudieran darle luz a lo que sucedía con los estragos del fatídico sismo del 19 de septiembre de 2022.
Además de indolente, Indira y sus funcionarios demostraron ser unos imbéciles.