POR Bibiano Moreno Montes de Oca
La revocación de mandato vuelve a la carga en Colima
El miedo no anda en burro: tan es así, que en toda cuanta oportunidad ha tenido el indirato para echar abajo la revocación de mandato en Colima, no lo ha pensado dos veces para hacerlo. Por esa razón, en una jugada traidora de los diputados de Morena y compinches (PT, MC, Partido Verde y Panal) de la LX Legislatura local, se aprobó la ley secundaria en la que esa figura podrá ponerse en práctica… pero hasta el siguiente sexenio, es decir, dejando a salvo completamente el desastroso gobierno que encabezan los Vizcaíno, padre e hija, como gobernador de facto y gobernadora formal de Colima.
Desde el principio, al indirato no le gustó esa herramienta democrática con la cual la población puede echar para atrás gobiernos que no den resultados, como evidentemente es el caso de la Gobernadora Altozano. El tema se puso de moda con la revocación de mandato promovida por el propio amlo, quien de tan seguro que estaba la impulsó a toda máquina, cuando la iniciativa debe venir de la población. Por supuesto, en la promoción de la revocación de mandato no faltaron secretarios del gabinete, legisladores de Morena y, sobre todo, los gobernadores, destacando la de Colima.
El activismo de Indira Vizcaíno fue tal, que el INE la sancionó por intervenir durante la temporada electoral, por violar la ley. Como sea, cuando vio que la revocación de mandato estaba más cerca de ella de lo que se imaginaba, hizo todo cuanto pudo para que la figura política pudiera cumplirse… pero en los bueyes de sus comadres. O sea: estaba bien la revocación de mandato, pero sólo hasta que ella hubiera dejado el cargo en 2027. Así, pues, se sintió muy sabrosa con la revocación de mandato de amlo, pero con la suya ya no fue lo mismo, sabedora de que, si se la aplicaban, caería igual que el Imperio Romano.
El caso es que hubo intervención de particulares en el tema, por lo que, bajo la presión del llamado bloque democrático de la LX Legislatura local (integrado por los diputados del PRI, PAN y PES), así como la opinión pública, hubo que echar mano de unas leyes secundarias que ya habían sido aprobadas en la anterior Legislatura, pero quitándole la posibilidad de que el ejercicio democrático se pudiera llevar a cabo en la administración 2021-2027, sino hasta la siguiente, es decir, por allá en el 2030. La idea, sin embargo, es que la revocación de mandato se haga en 2025, cuando a Indira aún le queden más de dos años.
La buena noticia es que el bloque democrático se puso las pilas y volvió a la carga con el tema. Así, el lunes anterior se presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una acción de inconstitucionalidad a la Ley de Revocación de Mandato, aprobada por la mayoría de Morena y cuates en la actual LX Legislatura local. Ese mismo día, al decir del diputado priista Héctor el Traxcavo Magaña Lara, el recurso fue recibido. Lo importante del tema es que se buscará que el Poder Judicial dictamine lo obvio: que la revocación de mandato se realice durante el indirato, no hasta después.
Motivos para preocuparse Indira Vizcaíno tiene de sobra: el Gobierno del Estado es un desastre en temas de inseguridad, de economía, de salud, de educación, etcétera. La violencia es su lado más flaco, con un promedio de tres muertos por día o 90 por mes. Todo ello, en buena medida, al contar con un chiquigabinete de vacilada que no sirve para nada, pues de todos los que lo integran no se hace uno solo. La propia Indira es un fiasco completo, sin llegarle ni a los talones a Griselda Álvarez, que es su supuesta inspiración. Repito lo ya escrito: Griselda es mujer de letras; Indira, de letrinas.
En las encuestas mensuales de Mitofski no ha podido salir del sótano como la peor gobernadora evaluada de Morena y la peor de sus 31 homólogos, sólo por encima del zacatecano David Monreal Ávila. Lo que llama mi atención es la de El Auténtico Pulso de México con el Ranking de Gobernadores de México, donde en el tema de capacidad encontramos a Indira Vizcaíno en el penúltimo lugar, sólo por arriba de Omar Fayad Meneses, el ejecutivo de Hidalgo, con aprobación de 43 por ciento. Tal vez sea porque el tipo va de salida, pero el caso de la de Colima no se justifica: lleva un año y apenas alcanza el 46 por ciento.
Lo curioso del tema es que el resultado de esta encuesta contrasta mucho con la de Mitofski, donde no hay mucha variación entre un mes y otro. En el caso de la de El Auténtico Pulso de México la posición de Indira Vizcaíno es exactamente la misma, pero sí cambia el último lugar, que siempre le ha correspondido a Monreal en la del pelón Roy Campos, pues en esta otra el que aparece hundido hasta el fondo es el hidalguense. Quién sabe a qué se debe eso, pero en lo que se refiere al caso de la colimense no hay dudas: su penúltimo lugar se lo tiene bien ganado y su esfuerzo le ha costado. De ahí, pues, su temor por la revocación de mandato.