Novela sobre una muy en serio asesina serial*

POR Bibiano Moreno Montes de Oca

La novela Corazón enfermo (2007), primera de una trilogía con el denominador común de Corazones ensangrentados, es el brillante debut de la escritora gringa Chelsea Cain en un terreno prácticamente dominado por varones, es decir, el thriller policiaco. De hecho, en la portada del libro se puede leer, como una invitación especial: “Sólo si te gustaron Seven y El silencio de los inocentes”.

Las dos fuertes historias son más conocidas por las respectivas cintas que por las novelas en las que ambas están basadas, pero tienen en común que las escribieron hombres. La novela de Chelsea Cain, empero, no le pide nada a sus colegas a la hora de describir, con lujo de detalles, la sádica forma en la que una asesina serial tortura al detective que encabeza el grupo de policías que le siguen la pista desde una década atrás.

El libro inicia precisamente en el momento en el que el detective Archie Sheridan se encuentra secuestrado en un sótano por Gretchen Lowell, una hermosa dama a la que se conoce como Belleza asesina y que tiene en su haber la responsabilidad de varias decenas de asesinatos de hombres, mujeres y ancianos. En el caso del policía la bella hace una excepción: lo tortura de tal forma que casi lo deja listo para billetero.

Pocas veces alguna descripción de horror me ha estremecido como una especie de reflejo al dolor infligido a un personaje. La autora de Corazón enfermo tiene el privilegio de haberlo logrado al describir la forma en la que la sádica Belleza asesina tortura al detective con un hierro que le clava en las costillas hasta sumar un total de seis rotas, unidas en un arco que deja una cicatriz con forma de corazón en el castigado cuerpo.

Dice la autora de la novela que un buen porcentaje de las asesinas seriales tienen conocimientos de enfermería, de ahí que Gretchen Lowell logre mantener con vida a su víctima a base de medicamentos, mismos que emplea para continuar con el martirio. Al final, tras el severo castigo a que es sometido Archie Sheridan, la desquiciada mujer llama al teléfono de emergencia para entregarse y permitir que rescaten al policía y le salven la vida.

La brutal tortura a que es sometido el detective es de pronóstico reservado, pues incluso le es extirpado el baso, un órgano que aparentemente no es tan necesario en el cuerpo humano pero que a la Belleza asesina le sirve para demostrarle a la policía que tiene a la víctima en su poder. El policía logra sobrevivir al horror al que fue sometido, pero convertido en un adicto de por vida a los medicamentos para poder soportar todas las secuelas que le dejó la atroz tortura.

Por cierto, el permanentemente medicado –casi drogado— detective Archie Sheridan, merced a todo tipo de lesiones a que fue sometido por la asesina Gretchen Lowell (donde se incluye el haber sido obligado a tomar sustancias venenosas y corrosivas que le dejan el estómago hecho trizas), se traga todo un rosario de pastillas: vicodina para el dolor, xanax para los ataques de pánico, zantac para su estómago, ambien para dormir…

El médico que lo atendió describe así cuando Archie Sheridan llegó al hospital para ser atendido: “Llegó al servicio de urgencias en ambulancia a las nueve cuarenta y tres de la noche, el 30 de noviembre de 2004. Se encontraba en estado crítico: seis costillas fracturadas, laceraciones en el torso, una herida punzante en el abdomen y niveles tóxicos en sangre muy altos. Tuvimos que operar de urgencia para reparar el daño en el esófago y en las paredes estomacales. Cuando llegamos al esófago, éste estaba tan dañado que terminamos reconstruyéndolo con una sección del intestino. Y además, ella le había extirpado el baso”.

Con saltos en el tiempo, lo que hace que la historia mantenga permanentemente atento al lector, nos trasladamos dos años después de ocurrida la tortura, cuando otro asesino en serie comienza a matar a jovencitas en la ciudad gringa de Portland, Oregon, donde tiene lugar el desarrollo de la trama.

A la trama de Corazón enfermo se agrega un nuevo personaje que es el eje central, junto con el detective y la hermosa asesina: Susan Ward, reportera del periódico Oregon Herald, quien es designada por su director para escribir una serie de historias relacionadas con Archie Sheridan, quien de nuevo se incorpora al grupo policiaco para seguirle la pista al sicópata que se especializa en asesinar alumnas adolescentes de varias escuelas de la ciudad norteamericana.

La intervención de una periodista es indispensable para la investigación que lleva a cabo la policía, pues en 1992, cuando comienza a actuar la Belleza asesina, la falta de información terminó con una campaña de ataques de la prensa por la negligencia con la que se actuó entonces. Así, para evitar que se repita el mismo error, esta vez la policía se ve obligada a mostrarse más accesible con los medios de comunicación.

Como en toda buena novela policiaca, conforme avanzan las investigaciones, los sospechosos comienzan a surgir e, incluso, los falsos culpables. Para darle mayor relevancia al asunto, sucede que el detective visita semanalmente a la Belleza asesina en la cárcel de alta seguridad en la que se encuentra recluida desde que se entregó voluntariamente, donde de vez en cuando ella le revela el paradero de alguna de las víctimas a las que mató y desapareció en el pasado.

Llega un momento en el que los tres personajes principales convergen en un climático episodio (en cine sería una secuencia) que es una especie de homenaje a la novela de Thomas Harris y a la cinta de Jonatthan Damme (El silencio de los inocentes), donde la periodista le pregunta a Gretchen Lowell acerca de la personalidad del asesino en serie que ejecuta a las jovencitas, como cuando Clarice Starling le pide apoyo en la prisión a Hannibal Lecter para atrapar al sicópata apodado Búfalo Bill.

En Corazón enfermo los tres personajes protagónicos tienen sus secretos: la periodista, el detective y la asesina. Esta última se siente atraída por Archie Sheridan por ser el que comandaba a los policías que le seguían el rastro. La foto de él aparecía constantemente en los medios de comunicación, de manera que ella sintió la necesidad de presentarse con él.

Por supuesto, lo hizo bajo la apariencia de una siquiatra que está dispuesta a colaborar para ayudar en el caso. Y si bien no era la profesionista que dijo ser, al menos sí tenía bastantes conocimientos sobre el tema, gracias a la lectura de libros sobre la materia. De manera que, un día en el que él acude a su casa para consultarle algo, ella lo duerme para iniciar con él lo que sería algo así como un recorrido por el infierno.

Esa relación une irremediablemente a los dos personajes. Por eso es que el detective la visita semanalmente en la prisión, donde ella sigue teniendo el control sobre él, pues por esa sicótica obsesión se tiene que separar de su esposa y de sus dos hijos.

La Belleza asesina es descrita así por Chelsea Cain, quien por cierto también es toda una belleza angelical, como lo muestra su foto que aparece en la solapa de la tercera de forros del libro:

 “Tenía los ojos grandes, de un azul pálido, y sus facciones perfectamente simétricas, de pómulos prominentes, una nariz larga y bien proporcionada, y un rostro ovalado que terminaba en una graciosa barbilla. Su piel era inmaculada. Su cabello, muy rubio cuando fue arrestada, había adquirido un tono más oscuro y estaba peinado en una alta cola de caballo que le permitía lucir su largo y aristocrático cuello. No era bonita. Aquella no era la palabra justa. ´Bonita´ hacía pensar en algo infantil. Gretchen Lowell era hermosa de un modo adulto, sofisticado y enérgico. Era más que belleza, era el poder de la belleza, y eso lo dejaba traslucir por todos sus poros…”

La de Corazón enfermo es una historia que no decepciona al lector. La hermosa Chelsea Cain se ha ganado un buen lugar como autora de novelas policiacas efectivas.

*Columna publicada el 26 de diciembre de 2012.