POR PXPress
ANTES QUE NADA TENEMOS que decir que lamentamos lo sucedido el pasado viernes 14 de febrero en la cabalgata femenina, en el contexto de las Fiestas Charrotaurinas de Villa de Álvarez 2025.
LOS DISPAROS A MANSALVA, al parecer sin orden ni concierto, dieron directo al corazón de los colimenses: no sólo escoltas y adultos, sino también niños fueron víctimas de este cobarde atentado que debe ser esclarecido por las autoridades competentes.
SE ENTIENDE, DESDE CUALQUIER punto de visto, que la gente esté asustada y enojada y que exija a los tres niveles de gobierno la seguridad que tienen la obligación de brindar a la sociedad toda; es normal que, en un momento de rabia, pretendan culpar a algún gobernante para saciar el coraje que les invade.
LO DE QUE NO SE PUEDE tolerar es que, como sucedió desde el primer minuto que se dio a conocer la noticia, mercenarios al servicio de políticos en la entidad —sobre todo de un prianista que emplea a estos cobardes para golpear a su competencia— comenzaran una campaña de desinformación y golpeteo a quienes, a su ver y entender, son los únicos responsables de lo ocurrido el Día del Amor y la Amistad.
SUS ESCRITOS, LLENOS de rabia y miseria humana, no lastimaron en lo absoluto a los gobernantes; ellos seguirán en sus cargos y se irán cuando concluyan sus respectivas responsabilidades. A quienes sí lastimó, en lo profundo de su ser, fue a las madres y padres de los menores de edad que, en todo momento, estos infelices sicarios de la pluma daban por muertos.
SE ESPERA QUE, ASÍ como actuaron de inmediato para trasladar a los heridos a hospitales privados para su atención médica, algo que es digno de reconocer, también logren capturar a los desalmados que, en aras de provocar una desestabilización política y social en Colima, no escatimaron en accionar sus armas en contra de niños y gente inocente.