El principio del fin de la agenda woke

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

Dentro de la metralla de órdenes ejecutivas que firmó Donald Trump el día uno de su administración como presidente de los Estados Unidos, hubo algunas que, por supuesto, generaron polémica.

La primera de ellas tiene que ver con que la política del gobierno será contemplar únicamente dos géneros: masculino y femenino.

Adiós la onda woke que abriga a decenas de géneros y subgéneros: transexual, pansexual, cisgénero, genderqueer, intersexual, género fluido…

El anuncio de la medida, sin embargo, generó aplausos y vítores entre los asistentes; los demócratas quedaron en silencio y con la cara de la derrota dibujada en sus rostros.

Kamala Harris, una de las principales promotoras de la agenda woke, no podía creer lo que escuchaba; Michelle Obama de plano no asistió a la toma de posesión de Trump para no avalar estas medidas.

¿Qué ha pasado después de hacer este anuncio? Nada.

Sobre este mismo tema, una orden ejecutiva también señala que en el Ejército de los Estados Unidos no puede haber transexuales entre sus filas porque, además de que hacen ver débil a las fuerzas de élite del país, son la burla a nivel mundial.

Otra orden ejecutiva que indignó a los amantes de las leyes fue el relativo al indulto a todos los que participaron en el asalto al Capitolio el día que Donald Trump quiso dar un golpe de Estado.

Mil 500 personas fueron encarceladas por acudir al llamado de su líder; sin embargo, la comentocracia no creía que el presidente 47 de los Estados Unidos se atreviera a indultarlos a todos.

Pero lo hizo: mil 500 personas, todas culpables de los disturbios en el Capitolio, están en libertad.

Y ante todo esto, sin embargo, lo que acaparó memes y cartones en la mayoría de los medios de comunicación de Estados Unidos y el mundo fue el saludo de Elon Musk ante la excitación de triunfo.

El saludo, que recordó al de las SS de Alemania, generó indignación entre un sector de la sociedad, en especial de los sionistas; lo que no acaban de entender es que la agenda woke está destinada a desaparecer.

Un saludo provocó más comentarios que muchas de las órdenes ejecutivas que, esas sí, tendrán consecuencias negativas si no se manejan con responsabilidad.

En fin: las prioridades de unos no son las de todos.