POR Jorge Octavio González
Donald Trump en ningún momento mintió ni pretendió engañar a nadie durante la campaña electoral.
Quienes creyeron que sólo estaba tratando de llamar la atención con sus bravatas, sin embargo, al final terminaron engañados.
El presidente número 47 de los Estados Unidos nunca mintió cuando dijo que el día uno de su administración iba a firmar una serie de órdenes ejecutivas sobre políticas públicas.
Donald Trump nunca engañó a nadie cuando dijo que iba a deportar a miles de indocumentados desde el primer día. Ya declaró emergencia nacional en la frontera sur.
Donald Trump jamás mintió cuando dijo que México tendría que ser el tercer país seguro para recibir a los deportados de todas las nacionalidades en tanto los envían a sus países de origen. Ahí está Quédate en México.
Donald Trump habló en serio cuando prometió que iba a catalogar a los cárteles de la droga de México y a las bandas transnacionales como organizaciones terroristas extranjeras.
Esas órdenes ejecutivas son las que tienen que ver con México, aunque firmó muchísima más que, en su momento, serán analizadas para ver su viabilidad o no.
Una orden ejecutiva que tiene que ver con la libertad de expresión, que ha sido cada vez más censurada en redes sociales por la onda woke, es la extensión de la operación de TikTok en Estados Unidos 75 días más de lo que determinaron los tribunales en días pasados.
La plataforma de entretenimiento, por supuesto, es utilizada por millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, desde la pasada administración de Joe Biden las teorías de la conspiración obligaron a Washington a exigir la venta de TikTok con el argumento de que China estaba recolectando los datos de todos los usuarios.
Aunque, en efecto, TikTok es un medio de comunicación en expansión, es muy prohibitiva de asuntos que están ligados a la onda woke; para seguir operando sin problema alguno tendrían que exigirle a ser como Meta, de Mark Zuckerberg, que tuvo que eliminar la verificación externa de contenidos que, ciertamente, resultaban peor que una inquisición.
Meta, antes Facebook, ponía una sanción a la cuenta que publicara una identificación oficial de cualquier persona que tuviera visible el teléfono o una dirección de casa; el argumento era que se estaban revelando datos personales.
No importaba que la publicación fuera porque alguien se encontró la cartera de una persona o porque se había accidentado y querían dar con familiares o amigos; el sólo hecho de publicar la credencial era más que suficiente para ser baneado.
Y la IA, que al parecer no es tan inteligente, no puede discernir entre una cosa y otra; para los verificadores se violaba la privacidad de la persona y ya. Sanción.
TikTok, pues, es más susceptible a censurar contenidos; de ahí que se debe condicionar su operación en Estados Unidos a que respete la libertad de expresión.
Como ya lo va a hacer Mark Zuckerberg y como ya lo viene haciendo Elon Musk en X, antes Twitter.
Sobre las órdenes ejecutivas relativas a México, qué hacer.
Cooperar en todo lo que sea necesario: a nadie le gusta que invadan su casa.
Estados Unidos considera una invasión que lleguen en cascada personas de todo el mundo para cruzar la frontera, algunas de ellas, en efecto, terroristas o criminales que tienen el objetivo de hacer daño; a México no le gusta que lleguen en masa indocumentados por Guatemala porque muchos pertenecen a grupos criminales.
Y es lo mismo que hace Francia y España con los extranjeros que vienen de otras latitudes a vivir: tienen protocolos para que no llegue cualquier persona.
Y también deben cooperar con inteligencia y coordinación para desmantelar a las organizaciones criminales que dominan alrededor del 30% del territorio mexicano y que tienen en la zozobra a miles de ciudadanos.
Si el gobierno mexicano coopera en el tema migratorio y el combate al crimen organizado, no se impondrán los aranceles que dañarán la economía mexicana.
No es mucho pedir; sólo basta voluntad política para trabajar en equipo.
Donald Trump podrá tener un estilo muy agresivo y a veces puede pasarse de la raya, pero es preferible la cooperación en algo que sí se puede hacer y no ser el blanco de ataques y represalias por una mal entendida defensa de la soberanía y patrioterismo barato.