POR Jorge Octavio González
Riult Rivera concluye el 2024 en medio de acusaciones de corrupción, de ligas con el crimen organizado y de evadir a toda costa la rendición de cuentas en el ayuntamiento de Colima.
2025 será un año que le provocará un dolor de cabeza al presidente municipal en su aventura por posicionarse como el único candidato de oposición para las elecciones del 2027.
En ninguno de los festivales que ha organizado, de los que la regidora de MORENA le ha pedido transparencia y los contratos para verificar que todo se haya hecho conforme a derecho, ha rendido cuentas; sólo ha dejado que pase el tiempo para que se olvide que hay algo turbio y sospechoso en cada adquisición que se hizo.
Confiado en que la prensa domesticada que tiene a su servicio no le dará voz a los ciudadanos que se inconformen con el actuar de sus funcionarios o policías y tránsitos, Riult Rivera olvida que no puede tapar el sol con un dedo.
Desde estas páginas, como lo hemos hecho desde su fundación, le daremos eco y resonancia a todas las acusaciones de corrupción que hagan sobre el presidente municipal y la caterva de ladrones que nombró como funcionarios en el ayuntamiento de Colima.
Desde el raterazo de Francisco Ánzar Herrera, la síndica (cínica, más bien) Itzel Ríos de la Mora, el irresponsable comisionado de Seguridad Pública y Justicia Cívica, Vicente Venustiano Guzmán Lucero; también el mercenario que golpeteó a las candidatas a la alcaldía de Colima, el incomprendido Manuel Agustín Trujillo Gutiérrez; a otros impresentables como el titular de Protección Civil Municipal, así como el ex tesorero del enemigo de los trabajadores sindicalizados —Héctor Insúa García—, Eduardo Camarena Berra.
Y la lista sigue y se ampliará conforme transcurra el año.
Riult Rivera ha sido incapaz de imprimirle un estilo personal a su gobierno; todo lo que hace recuerda lo que, en su momento, realizó Mario Anguiano Moreno, con el agregado de que segundas partes nunca fueron mejores: desde abrazar a mujeres y ancianos hasta hacer la faramalla de ponerse casco y botas para tapar baches y cortar las ramas del césped.
Es un pésimo político que no tiene el oficio para cabildear con ninguna de las autoridades del orden estatal y federal para la radicación de recursos a su administración; prefirió solicitar un crédito por más de 35 millones de pesos para cumplir con los compromisos de fin de año, pero las evidencias demuestran que no fue así.
No sólo no pagó los sueldos y aguinaldos a los trabajadores en la fecha que dijo, sino que, como lo recordó el diputado federal morenista, en el ayuntamiento de Colima se la pasan de fiesta en fiesta, pero curiosamente Riult Rivera se la pasa llorando que no tiene dinero.
Bien que, desde el Cabildo del ayuntamiento de Colima, haya una persona que le esté pidiendo rendición de cuentas y lo emplace para que dé a conocer al público en qué se está gastando el dinero para la adquisición de camiones de basura y la realización de festivales que, como el Colima Sabe bien, tuvieron señalamientos de actos de corrupción y de vender espacios incluso antes de que fuera aprobado en la sesión extraordinaria para tal fin.
En cuando a la inseguridad, el municipio está para llorar: mantiene como el encargado de salvaguardar la integridad de los colimenses a Vicente Venustiano Guzmán Lucero, un sujeto que fue capaz de abandonar a su propia hija y evitarla a toda costa, aun cuando ella lo buscaba por todos los medios posibles.
Si no pudo proteger a su propia familia, reflexionó su propia hija, cómo va a proteger a toda una ciudad.
No hay manera de rebatir algo tan contundente.
La pista de hielo, el proyecto más reciente, fue una idea de Mario Anguiano Moreno, que se cautivó cuando apoyó el proyecto que presentó José Ignacio Peralta Sánchez cuando fue presidente municipal de Colima, en el 2009.
De nueva cuenta: Riult Rivera no es transparente; nunca dijo cuánto fue la inversión de la comuna capitalina ni de los empresarios que, como los Brun, también metieron su cuchara en el evento.
Se espera que, cuando entre el 2025, la oposición en el Cabildo pida los contratos para la realización de la pista de hielo y lo que se gastó en su organización y en las empresas que participaron.
A Riut Rivera nada le ha salido bien, pese a que demostró querer acercarse a la gobernadora del Estado; la cuestión es que el apoyo y el cariño se demuestran en el presupuesto, pero lo único que obtuvo el alcalde capitalino fueron fotos que festejaron sus periodistas domesticados que, por increíble que parezca, se colgaron de eso para decir que es el Plan B de la mandataria estatal, cuando en MORENA hay una lista enorme de aspirantes que, en todo caso, convierten a Riult Rivera en el Plan Z, por ser la última opción que apoyarían desde el poder para entregar el gobierno del Estado.
Si es pasión que se les borre.
Riult Rivera, a diferencia de Ignacio Peralta en el 2009, no obtuvo ni un peso partido por la mitad del gobierno del Estado para montar la pista de hielo.
¿No que mucha cercanía?
Riult Rivera sabe que va solo en su aventura por ser el candidato de la oposición, pues en el PRI no se van a dejar impresionar por el PAN, como cuando Julia Jiménez enloqueció y se levantó furiosa de la mesa de negociación; en el tricolor tiene a sus propios candidatos, que más bien son candidatas, que tienen mucho más prestigio y trabajo acreditado que el presidente municipal de Colima.
MC jugará de esquirol.
Y el Verde Ecologista y el PT se van a cuadrar con la candidata de MORENA.
Los expedientes criminales están ahí, no caducan.