POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Quien de plano está dando señales graves de amnesia y cinismo es el septuagenario Arnoldo Ochoa González.
El tema a tratar con los medios de comunicación esta semana, que organiza el dirigente estatal Kike Rojas Orozco, fue el presupuesto de egresos 2025 del gobierno del Estado, en donde, para variar, cuestionaron los 23 mil millones de pesos que los diputados del Congreso del Estado aprobaron en la sesión de la semana pasada.
Como si no hubieran sido partícipes del desfalco financiero de la anterior administración, en donde el segundo semestre del 2021 José Ignacio Peralta Sánchez anunció la quiebra técnica y comenzó el impago a los trabajadores del gobierno estatal, con toda la desfachatez del mundo salieron a dar clases de cómo se tiene que ejercer el presupuesto y en dónde.
Arnoldo Ochoa, cada vez con más signos de decrepitud, dijo que existen riesgos porque, de los 23 mil millones de pesos que se autorizaron, alrededor de 20 mil provienen de las aportaciones federales.
¿Y cuál es el problema?
De acuerdo al diputado plurinominal, que dejó una deuda de alrededor de 3 millones de pesos en salarios caídos que un tribunal laboral le ordenó pagar cuando era dirigente del CDE del PRI, ven complicada la situación financiera del gobierno federal.
Lo que ignora el perverso y siniestro septuagenario es que, a diferencia de los gobiernos de la era neoliberal, la actual presidencia de la República respalda y sostiene a las entidades con gobernadores del mismo movimiento.
Es más viable que Claudia Sheinubam Pardo se olvide de alguna entidad como Jalisco o San Luis Potosí, donde quieren a uno de los suyos que ya no sea del Verde Ecologista, a que permita que se hunda Colima, con todo el respaldo que le dieron en la contienda interna, pero, en especial, en la elección constitucional.
Pero eso no lo entienden priístas recalcitrantes como Arnoldo Ochoa González, Kike Rojas Orozco y la pluri Betzy Pinzón.
**Otra muestra de que la prensa domesticada de Riult Rivera lo quiere proteger a capa y espada es que ninguno de ellos, ni por equivocación, publicó la agresión que un agente de tránsito y vialidad del ayuntamiento de Colima emprendió en contra de un ciudadano que grabó el incidente.
La autocensura es peor cuando se juega la credibilidad, pero, sobre todo, la dignidad; los aplaudidores a sueldo del presidente municipal ni eso conocen.
** Las regidoras Azucena López Legorreta y Diana Gabriela Vizcaíno Aguirre votaron en contra de aprobar el cómputo final de la elección de autoridades auxiliares del municipio de Colima alegando fraude y diversas irregularidades nada dignas de un proceso de esa magnitud.
Se nota que Riult Rivera y sus cómplices de corruptelas son capaces de todo con tal de tener el control total sin nada de contrapesos ni equilibrios.
** ¿Qué dirían si el suceso que indignó a todo Colima la semana pasada, donde un júnior manejó por la ciudad de Colima generando caos y choques y además golpeó a dos ancianos que estaban parados en la Avenida Felipe Sevilla del Río, en realidad fue planeado y dirigido a control remoto por otras personas que lo incitaron a hacer dicha barbaridad?
Para que tengan mejor el contexto, vean la serie Black Mirror; ahí se darán cuenta por qué se los digo.