POR Jorge Octavio González
Riult Rivera siempre dijo antes, durante y después de asumir la presidencia municipal de Colima que, pese a la situación financiera de la administración municipal, no pediría un préstamo para enfrentar los compromisos de fin de año.
El panista, amigo personal del líder del cártel inmobiliario que ahora es el dirigente nacional del PAN, creyó que podría gestionar recursos ante las autoridades estatales y federales y emprender una estrategia de recaudación para tener los recursos necesarios. Resultó un mal gestor y pésimo cabildero.
El mismo Héctor Arturo León Alam, aunque se veía optimista al respecto, siempre dejó la puerta abierta para el crédito a corto plazo; el líder sindical ya sabía que era inminente solicitar el emprésito, pero le dio el beneficio de la duda a Rivera Gutiérrez para que encontrara la manera de allegarse de recursos sin pedir prestado.
La regidora de Movimiento de Regeneración Nacional, Azucena López Legorreta, informó que “se me requirió por parte de la administración actual dictaminar la solicitud de contratación de un crédito para financiar los compromisos de fin de año por un monto de hasta 35 millones de pesos, lo cual pone en riesgo las finanzas municipales, ya que al momento no ha sido justificada a la Comisión de Hacienda Municipal que presido, de manera fehaciente, dicha necesidad de endeudamiento”.
Y aunque era obvio que se culpara a la anterior presidenta municipal del desastre financiero, López Legorreta mencionó que dicha crisis “fue causada por malas gestiones y decisiones irresponsables en el manejo de los recursos de la administración pasada (Margarita Moreno) y actual (Riult Rivera), por no crear estrategias de austeridad que eviten el endeudamiento”.
En lenguaje claro y llano: si bien la anterior presidenta generó las condiciones para una inestabilidad en las finanzas, también hizo lo mismo Riult Rivera, quien, al igual que su antecesora, no supieron emprender un plan de austeridad que evitara pedir un crédito a corto plazo.
Mención aparte merece lo relativo a la basificación de 210 trabajadores en el interinato de Patricia de la Madrid: la regidora de MORENA dijo que, aunque se manifestó que esas acciones no pondrían en riesgo las finanzas municipales, “los números actuales cuentan otra historia”.
Y añadió: “Es fundamental confirmar que dichas basificaciones se hicieron con responsabilidad y no con fines electoreros. Mi objetivo es garantizar que esas acciones no afecten la estabilidad de los trabajadores ni del municipio”.
Cabe aclarar que, durante el interinato, sin tener facultad para ello, Riult Rivera avaló la basificación de 210 trabajadores; incluso en el acto donde se firmó el compromiso estaba el líder sindical del ayuntamiento de Colima como testigo.
Tan culpable fue la presidenta interina como el entonces candidato del PRIAN a la presidencia municipal de Colima de ese movimiento que, sin embargo, sí fue electorero, pues se llevó a cabo en medio de un proceso electoral en donde el grupo de la mafia del poder en Colima se alió para dejar fuera de la competencia a la candidata de MC e imponer al violentador de mujeres denunciado ante la Fiscalía General del Estado de Colima “por violencia intrafamiliar y lo que resulte”.
Riult Rivera demostró, con el crédito por 35 millones de pesos que solicitó para cumplir los compromisos de fin de año, que no tiene palabra, que es lo de menos en un político corrupto y sinvergüenza como el panista, sino que ni siquiera es capaz de cabildear ante las autoridades estatales y federales para allegarse de recursos que evitaran pedir el préstamo.
El presidente municipal, como lo hemos sostenido desde el inicio, no puede hacer nada sin dinero, aunque sus corifeos a sueldo digan lo contrario, pues a ellos sí les está llegando su dinero y croquetas para seguir aplaudiéndole.
De nada le sirvió a Riult Rivera arrastrarse ante la gobernadora y pedirle fotos en cada evento que se encontraban.