La brújula moral de Riult

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

**Qué tan mal está Riult Rivera que, para responder a lo que se dice en estas páginas, recurre a comunicadores que ni siquiera residen en la ciudad de Colima.

Si su brújula moral está en columnistas que sólo conocen de la capital la Zona de Tolerancia, definitivamente está perdido.

Y si se creen la versión de que Riult Rivera es el que manda en el ayuntamiento de Colima, pues está peor la cosa; todos saben que el poder tras el trono es Mario Anguiano Moreno, quien puso a la mayoría de los funcionarios de primer nivel.

Ahí están, para mayores señas, los cargos más relevantes de la administración municipal: la síndica Itzel Ríos de la Mora y el secretario del ayuntamiento de Colima, el impresentable y ratero Francisco Ánzar Herrera.

**La elección de dirigente de la sección VI del SNTE fue ganada por el candidato oficial de José Jaime Núñez Murguía, Miguel Ángel Huezo; con ello se entiende que la clase trabajadora de la educación prefirió la continuidad de la sumisión y la mediocridad que la defensa de los derechos laborales del gremio.

En el SNTE, pese a que son mayoría, no consideraron viable el tiempo de mujeres.

**En la guerra sucia que se emprende en las redes sociales, hay información que, por la seguridad con la que la manejan, pareciera verosímil; sin embargo, los embaucadores profesionales a eso se dedican e intentan confundir a la sociedad en general.

Hace días, a propósito del asesinato de un empresario gasolinero, corrió el rumor de que la ex esposa del sujeto en cuestión estaba en la nómina del gobierno del Estado ganando alrededor de 40 mil pesos al mes.

La versión es, sin embargo, falsa: es un bulo que intentaron colar para darle credibilidad a la historia que se inventaron para desacreditar a los enemigos políticos.

Hay que ser más rigurosos en el consumo de la información; en especial, la que proviene de los grupos de WhatsApp y demás redes sociales.

**Ayer, en sesión del Congreso del Estado, se aprobaron los nombramientos de Roberto Rubio Torres y de Ruth Bravo Ortiz para incorporarse como magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado en sustitución de René Rodríguez Alcaraz y Leticia Chávez Ponce.

La oposición, con la abstención, exhibió el nulo interés por tender puentes con el oficialismo, aunque sabían que, sin su voto, de todas formas los perfiles en cuestión serían aprobados para formar parte del Poder Judicial.

Ni por cortesía pudieron contener sus filias y fobias.