POR José Luis Santana Ochoa
De verdad muy pobre la defensa que los diputados locales plurinominales del Parido Movimiento Ciudadano, Israel González Mendo y María Cristina Lupién Ventura, por instrucciones de su truculento Coordinador Estatal Benjamín Alamillo González, hacen de la indefendible saliente alcaldesa ex morenista en fuga Griselda Martínez M, en vano intento de justificar el que ella, sus funcionarios y los regidores del cabildo porteño se hayan embuchado 25 de millones de pesos, dinero de los contribuyentes del pueblo bueno, permisivo y aguantador de Manzanillo, en bonos de despedida para subsistir a partir del 15 de octubre de 2024 cuando quedarán fuera de la nómina municipal porteña.
Los emecistas mencionados líneas arriba están en libertad de acusar al gobierno del Estado de “promover una campaña de desprestigio contra la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez, para descalificar su gestión en un acto desesperado debido al temor que su figura genera en el ámbito político”, pero su cruda realidad es que ella ya no asusta ni con el petate del muerto después de la paliza electoral que en las urnas le propinaron inmisericordemente sus paisanos, le pegaron como Bucho: Duro, tupido y mucho.
González Mendo argumenta en su pobre defensa que ”la administración de Martínez ha sido un ejemplo de manejo correcto del gasto público, que logró saldar una deuda de 500 millones de pesos heredada por administraciones anteriores y que dejará finanzas sanas y recursos presupuestados, incluyendo los compromisos de fin de año”, pero nada de eso justifica la desviación hacia las cuentas bancarias de los involucrados de los 25 millones de pesos del erario municipal. ¿O sí?
La bonificada ex alcaldesa de Manzanillo, Griselda MM, podrá jurar y perjurar que su administración “ha trabajado de manera honesta y sin generar enriquecimiento ilícito, como sucedió en gobiernos anteriores, que dejará el ayuntamiento sin deudas, con pagos al corriente al Instituto de Pensiones del Estado de Colima (IPECOL) y con recursos suficientes para cubrir las prestaciones de fin de año”, pero el punto a discusión no es ese sino su abusivo proceder al haberse auto asignado los bonos de subsistencia mencionados.
Griselda MM alega que el bono millonario de la discordia es para beneficiar a sus colaboradores que trabajaron “como nadie en un gobierno de Manzanillo”, amenazando con acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para defender este “derecho a la subsistencia” que “seudos medios de comunicación” exhibieron para que la ciudad, el estado, el país y el mundo se enteraran. Como siempre, la culpa es del mensajero.
Si González Mendo , Lupién Ventura y Alamillo González tanto valoran la “figura política” de la ex morenista conversa al emecismo, exalcaldesa porteña Griselda Martínez M, debieran respaldarla para que el dueño del negocio, Dante Delegado Ranauro, la imponga dirigente estatal del Partido Movimiento Ciudadano en el estado, y no a la ex priista Peraltista , Elia Margarita Moreno González, que ya se ve empoderada como tal por sus padrinos el excandidato presidencial Jorge Álvarez Máynez y el gobernador electo de Jalisco, Pablo Lemus Contreras.
EL ACABO
La primera mujer alcaldesa de Colima en los últimos 500 años, Elia Margarita Moreno González, mucho presume de sana administración financiera, pero el Secretario General del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima, Arturo León Alam, la desmiente: “El alcalde electo, Riult Rivera Gutiérrez, tendrá una misión bastante pesada debido a que esta administración no está dejando ni un centavo para el pago de los aguinaldos, no está dejado absolutamente nada, a pesar de que son 9 meses y medio los que actúan como patrones. Ella debió de haber dejado 9 meses y medio de aguinaldo, depositado en una cuenta para que el presidente municipal que entra, a partir del 16 de octubre, tuviera dos meses y medio para reunir el dinero, empatarlo y con eso pagar el aguinaldo a cada una y cada uno de los trabajadores”.
Lo que sí está dejando como pesada herencia la política Fosfo-Fosfo, son decenas y decenas de sus activistas y movilizadores electorales que ha basificado vía Fast-Track, carga que, si no se echa abajo, recaerá en las espaldas de los cautivos contribuyentes del municipio de Colima provocando de paso que disminuya el dinero para obras y equipamiento, por ejemplo.