POR José Luis Santana Ochoa
Los reveses al hilo que el Tribunal Electoral del Estado le ha dado a la joven dirigente del Partido Movimiento de Regeneración Nacional filial Colima, Dulce Huerta Araiza, en respuesta a igual número de denuncias que interpuso en contra de comunicadores que le han sido incómodos como Federico López Ramírez y Pedro Fabián Castillo Valdez, por ejemplo. Al primero por sus críticas publicadas en el portal Diario Avanzada, y al segundo por una cápsula que publicó en su perfil de Facebook denominado Oráculo Político.
El primer revés se lo ganó a pulso Dulce Huerta Araiza porque no le gustó que el articulista Federico López Ramírez criticó su desempeño como tal, yéndose por la vía ya muy desgastada de acusarlo de “Violencia Política de Género” ante el Tribunal Electoral del Estado de Colima , instancia que no solamente le dio pa’trás sino que también destacó la importancia de garantizar el derecho de los ciudadanos a disentir y a criticar, aún con severidad y altisonancia, el desempeño de los hombres y de las mujeres públicos.
Dulce Huerta Araiza no entiende ni acepta que, como sentenció el TEE, “en el marco del debate político es fundamental ampliar el margen de tolerancia hacia la crítica, incluso cuando estas expresiones puedan resultar ofensivas o ingratas para algunos sectores. La libertad de expresión debe garantizarse no sólo para las ideas que son favorables, inofensivas o indiferentes, sino también para aquellas que ofenden o perturban. Aplicar criterios diferenciados a las mujeres en función de su género podría subestimar su capacidad para participar en contiendas electorales, lo que resultaría en un trato injustificado”.
Dulce Huerta Araiza se ganó a pulso el segundo revés por haber acusado al periodista Pedro Fabián Castillo Valdez de haber enviado mensajes en contra del Partido Movimiento de Regeneración Nacional en un artículo que con el título “Voto de Castigo” publicó en Diario de Colima el día 18 de abril de 2024, y que ella juzgó atentatorio contra el principio de equidad en la contienda electoral que fue de estado, queja en la cual el TEE no encontró “ elementos probatorios que permitan acreditar plenamente el elemento objetivo del hecho denunciado, es decir, que las manifestaciones de la parte denunciada Pedro Fabián Castillo Valdez, hubiesen tenido un impacto de manera efectiva que implicaran la vulneración al principio de equidad e imparcialidad en la contienda entre los partidos dentro del Proceso Electoral Local 2023-2024”.
Dos reveses al hilo deben ser suficientes para que la joven dirigente del morenismo estatal le baje dos rayitos a su intolerancia a la crítica periodística que, por cierto, ya pocos ejercen en estos tiempos de la Cuarta Transformación reacia a reconocer el derecho a la libre expresión de las ideas a través de todos los medios de comunicación habidos y por haber. No debe amargarle la vida a Dulce la escasa prensa libre pensante, teniendo como tiene al grueso de los medios de manipulación, AMLO dixit, a su servicio.
Bien por Federico López Ramírez y Pedro Fabián Castillo Valdez que resistieron a pie firme el embate que en contra de ellos enderezó la empoderada fémina dirigente formal de MORENA en el Colima, Dulce Huerta Araiza, y mejor por el Tribunal Electoral del Estado que la ha puesto en su lugar. Ojalá que entienda y aprenda.
EL ACABO
En cambio, a quienes la justicia sí encontró culpables del delito de violencia política de género fue a Rafael Zepeda Galván, administrador de la revista digital Territorio, por agraviar a la alcaldesa de Manzanillo Griselda Martínez M; y al periodista y abogado Belisario Romero Sánchez que agredió verbalmente a la excandidata a diputada local por el extinto partido Fuerza por México, Nicola Vargova, con palabras impublicables.