POR Jorge Octavio González
La convocatoria ciudadana para protestar contra la reforma al Poder Judicial Federal en Colima resultó todo menos eso.
Y es que, como siempre sucede, cuando hay una movilización para manifestarse en contra de alguna propuesta o iniciativa de ley del presidente de la República, los que organizan toda la logística son los partidos de oposición.
Genuina ha sido, por supuesto, la voz de los estudiantes que, en las calles o en las tribunas, piden al oficialismo ser escuchados sobre sus propuestas de una reforma que, de fondo, es necesaria, pero que requiere modificaciones para no caer en la tentación de darle todo el poder a una sola persona.
Y aunque la protesta no era en el lugar indicado, pues la discusión y el debate estará a partir de hoy y hasta que se apruebe o rechace en el Senado de la República, lo cierto es que, al menos en Colima, los manifestantes no eran ciudadanos convencidos de que la reforma al Poder Judicial es lo peor que le puede pasar a México, sino políticos y magistrados que se han visto beneficiados por el sistema corrupto que no termina de morir.
Ex gobernadores priístas, choferes y guachomas de los mismos, magistrados tricolores como Sergio Marcelino Bravo Sandoval y Miguel García de la Mora, regidores del próximo ayuntamiento de Colima con Riult Rivera, amén de algunos trabajadores del Supremo Tribunal de Justicia del Estado fueron, sin embargo, los que se congregaron a las afueras del Congreso del Estado para dar discursos incendiarios en contra de la propuesta del presidente de la República y pegar consignas en la fachada del edificio de la sede del Poder Legislativo.
Cierto es que hay personas de la sociedad civil que, por supuesto, acudieron con la firme convicción de que la reforma al Poder Judicial de la Federación es una calamidad que pondrá en manos de una sola persona el poder absoluto de toda la República.
El problema, sin embargo, es que la gente no atendió la convocatoria y se tuvieron que conformar con llenar la plaza con políticos, ex gobernadores y privilegiados del sistema opresor que se niega a rendir.
La presencia de los políticos mancha, sin lugar a dudas, la manifestación que se hizo el pasado domingo en la sede del Poder Legislativo; sin embargo, la sociedad civil que se dice agraviada por una eventual reforma judicial no tiene la culpa de nada.
Algunos de los participantes hicieron hincapié en que ellos, aunque están en contra de la reforma al Poder Judicial de la Federación, no eran oposición; esto como un claro mensaje a los políticos que se hicieron presentes y que creen que, por compartir una causa, simpatizan con ellos.
No se equivoquen: si la gente que acudió el fin de semana al Congreso del Estado no corrió a patadas a los políticos sinvergüenzas y oportunistas es porque, ciertamente, son respetuosos de quienes tengan la voluntad de asistir a las convocatorias que se hacen, pero sobre todo porque esos políticos, que en el pasado ignoraron a la gente, al menos ahora pueden reivindicarse yendo a sudar y a gastarse los zapatos al lado de la ciudadanía.
Y cuando señalamos que el lugar donde tienen que poner los ojos a partir de hoy es en el Senado de la República, es porque a Movimiento de Regeneración Nacional y aliados les faltaba un senador para poder aprobar la reforma al PJF; sin embargo, de acuerdo a lo que trascendió ayer por la noche, el traidor que le dará el voto decisivo al oficialismo salió de las filas del Partido Acción Nacional.
Miguel Ángel Yunes Márquez es, según los trascendidos en los medios de comunicación, el vendepatrias que se sumaría a la bancada de MORENA para aprobar, con la mayoría calificada que se requiere, la reforma al Poder Judicial de la Federación.
Y ahora sí, una vez aprobada en el Senado de la República, el siguiente paso sería aprobar la iniciativa en las dos terceras partes de los Congresos locales, lo que se dará en automático, ya que la mayoría de las entidades están gobernadas por MORENA y aliados.