POR Jorge Octavio González
Las autoridades del IMSS Colima siempre se han caracterizado por su indolencia y desprecio a los ciudadanos; sólo cuando les llega la lumbre a los aparejos es cuando intentan hacer un manejo de crisis que, sin embargo, casi nunca funciona como ellos esperan.
Esta semana, como si fuera un asunto de seguridad nacional, comenzó a esparcirse la noticia de que un empleado del IMSS había sufrido un accidente al interior de las oficinas que tiene en la calle Gabino Barreda y que se hacen llamar pomposamente Oficinas del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada del IMSS en Colima.
Antes incluso de que los medios profundizaran en los detalles del suceso que llevó a la muerte del trabajador de 36 años en el edificio en cuestión, la coordinación de comunicación social del Instituto Mexicano del Seguro Social en la entidad envió una tarjeta informativa en la que prácticamente se deslinda de toda responsabilidad.
Pero hay que analizar el asunto más a fondo:
Las oficinas del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada están en un lugar céntrico y hay cámaras por todos lados que pueden dar más luz al respecto.
El trabajador, que el IMSS dice fue contratado por una empresa ajena al instituto “para realizar trabajos de obra civil de conservación”, tenía 36 años de edad y se encontraba a una altura de 2 metros haciendo las labores para las que fue contratado.
Dos metros no es una altura demasiado elevada; tal vez si hablamos de 7 ó 10 metros podría pensarse que una caída de esa altura sí podría tener un desenlace fatal.
Pero no una caída de 2 metros. No. Y menos si, como debió ser, la persona que realiza ese tipo de trabajos debe ser alguien en forma, al menos no alguien con problemas de obesidad ni mucho menos.
El primer acto de negligencia es que, de acuerdo a los protocolos de quienes hacen trabajos en los exteriores de los edificios, generalmente deben tener un arnés que los sujete y evite cualquier caída ya sea por un resbalón o porque el aire los desequilibre.
¿No tenía ningún arnés que lo protegiera? ¿Por qué? ¿El IMSS no verificó que la empresa que subcontrató tuviera personal capacitado y debidamente equipado para cualquier contingencia?
Las autoridades del IMSS en Colima lo primero que hicieron fue deslindarse del trabajador fallecido, señalando que se trataba de un empleado de la empresa que ellos contrataron para el trabajo de obra civil de conservación, cualquier cosa que esto signifique.
Eso, sin embargo, no les quita la responsabilidad de que el trabajador estaba haciendo trabajos para las oficinas del IMSS en Colima.
Cuando cualquier persona va a la clínica 1 del IMSS, en Villa de Álvarez, la mayoría de las veces se encuentra con la desagradable sorpresa de que los elementos de seguridad, envalentonados porque se hacen cargo de la seguridad al interior del edificio, hacen todo lo posible para que no puedan ver a sus seres queridos y emplean una actitud soberbia, altanera y déspota en contra de los familiares, llegando incluso a la violencia, como se ha documentado en los medios de comunicación, en donde esos sujetos ignorantes y toscos de seguridad han llegado a golpear a ancianos y a mujeres con total impunidad.
Si alguien acude con los directivos de la clínica 1 y se queja de ellos, su respuesta es que no contratan a ese personal, sino que lo hace la dependencia a nivel estatal o nacional, como si por ese sólo hecho no pudieran hacer algo al respecto.
Cierto es que, de acuerdo a las investigaciones que hemos realizado, la empresa que subcontrata a los elementos de seguridad en el IMSS es HIDALGO VIGUERAS CONSULTORES, S.A de C.V (HIVICO), cuya función es la vigilancia en inmuebles y el establecimiento u operación de sistemas y equipos de seguridad, con monitoreo.
Nada más.
En el contrato no dice que tienen que insultar a los familiares que quieren ver a sus seres queridos; tampoco dice que los tienen que golpear, empujar ni mucho menos a mujeres, ancianos y niños, pero lo hacen.
No serán empleados directos del IMSS, pero trabajan al interior de la dependencia, lo que, por supuesto, hace responsable a las autoridades del nosocomio y a los directivos de la institución de todo lo que los elementos de seguridad hagan en las instalaciones, como el trato déspota y soberbio hacia los derechohabientes.
Pues así es con el trabajador de 36 años de edad que murió al caer de una altura de 2 metros: lo contrató una empresa, pero estaba realizando trabajos en el edificio del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada del IMSS en Colima.
¿Alguien cree, en serio, que un joven con un buen estado físico moriría al caer de una altura de 2 metros, sin tomar en cuenta que si cayó es porque no estaba equipado con arneses que sirven para sujetarse y no caer desde las alturas?
Los familiares del joven, en lugar de dejarse intimidar por la institución porque “brindará las prestaciones a que tiene derecho el asegurado fallecido”, debieran interponer una denuncia por negligencia y obligarlos a darles una suma millonaria, pues si bien eso no regresará a la vida a su ser querido, al menos podrán garantizar el estudio de sus hijos y de quienes dependían de él.
En el IMSS Colima debieran contratar a personal capacitado en el manejo de crisis de medios para que al menos haya alguien que se crea sus cuentos chinos, cuando lo cierto es que sólo intentan ocular su negligencia para no hacerse responsables de sus actos.