POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Si no fuera realmente serio lo que sucede en Venezuela daría risa.
Y es que, acorralado por la opinión internacional por su negativa a mostrar las actas de las elecciones del pasado 28 de julio, Nicolás Maduro ha tropezado una y otra vez con declaraciones absurdas y sinsentido.
Ante el mundo hizo el ridículo cuando pidió al pueblo venezolano que desactivaran la aplicación de WhatsApp porque por ahí se estaban amenazando a los mandos militares y policiacos.
Pidió, en cambio, que descargaran Telegram.
Ignorante de la tecnología, sin que nadie de su equipo lo pueda sacar de su error, lo único que va a suceder es que, cuando todos muden sus comunicaciones a Telegram, será por esa aplicación donde se filtre y circule la información que al régimen del dictador no le gusta.
Hasta ahí, pues, esa medida causó una sonora carcajada en el mundo entero.
Pero después las cosas escalaron.
De acuerdo a la información que circuló ayer miércoles, el gobierno de Nicolás Maduro suspendió en Venezuela la red social X, antes Twitter, por 10 días.
Esos diez días, sin embargo, se convertirán en 30 y después en dos meses y así sucesivamente hasta que las aguas se calmen en Venezuela y lo dejen gobernar tranquilamente.
Suspender una red social tan importante como X pone a Venezuela al nivel de China y Corea del Norte, donde ese tipo de redes sociales están prohibidas para que la gente no sepa lo que el mundo entero opina de ellos.
Y a eso seguirán las demás redes sociales que existan, amén del control que tienen ya de los medios tradicionales; la cuestión es que la dictadura de Nicolás Maduro podrá restringir todas las libertades de expresión y de manifestación para seguir el ejemplo de Cuba, Rusia y China.
Si la opinión internacional suelta a Nicolás Maduro y decide no seguir presionando, el régimen chavista continuará hasta que lo derroquen en un golpe de Estado o lo asesinen; mientras tanto seguirá la opresión al pueblo y Venezuela será un referente de una izquierda que perdió el rumbo por un dictador que ni siquiera ha estado a la altura de Hugo Chávez.