POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Nicolás Maduro ganó las elecciones del pasado domingo en Venezuela.
¿Alguna novedad?
No.
Mientras continúen las instituciones en manos de cercanos al dictador de Venezuela los resultados, por más que haya observadores internacionales vigilando el día de la elección, serán los mismos.
Nicolás Maduro, hay que aclarar, es un sujeto impresentable y está ligado a uno de los cárteles del narcotráfico de su país que, a su vez, manejan los militares.
Pero acuñó muy bien el legado de Hugo Chávez y se ha mantenido en el poder por más de 10 años.
Las elecciones en Venezuela, no desde este domingo sino desde que el chavismo ganó el poder a través del voto, han sido manipuladas por el Estado: aplastan a la oposición, encarcelan a los competidores del dictador, secuestran las instituciones y desacreditan a los medios de comunicación.
¿Alguna coincidencia con otros países donde el socialismo gobierna?
Quienes creen que a través del voto sacarán algún día a Nicolás Maduro y al chavismo están equivocados; si por voto popular fuera, Hitler gobernaría indefinidamente, tal y como lo hace en Rusia Vladimir Putin o como acaba de hacerle Nayib Bukele en El Salvador.
No es, pues, con votos ni con elecciones libres como este régimen criminal en Venezuela se irá.
Y hay que ser sinceros: a Hitler lo orillaron a suicidarse después de años de una guerra mundial; igual sucedió con otros dictadores alrededor del mundo.
Nicolás Maduro saldrá del poder sólo si lo asesinan, si hay una intervención extranjera o hay un golpe de Estado. Nada más.
Mientras sólo se trate de elecciones y contar votos, el sucesor de Hugo Chávez se mantendrá como el dictador de Venezuela hasta que se muera…y eso podría traducirse en varias décadas más.