POR Luis Fernando Moreno Mayoral
*De nueva cuenta en el Tribunal Electoral de Colima, presionados por las amenazas de los caciques de medio pelo, los magistrados resolvieron a favor de uno de los suyos.
Y es que, aun cuando las mismas organizaciones de discapacidad exhibieron que César Abelardo Rodríguez Rincón no es discapacitado visual, María Elena Díaz Rivera le regresó la candidatura a la diputación local por el Distrito IV.
Fue el PRD, a través de su dirigente estatal, el único que escuchó las peticiones de los organismos que aglutinan a la población con discapacidad e interpuso la impugnación para retirarle la candidatura a un farsante.
El Tribunal Electoral de Colima, sin embargo, resolvió a favor de un integrante de la mafia del poder que, en instancias federales, se revocará por no pertenecer a la población con discapacidad.
Los magistrados votaron en contra de las personas que en realidad padecen discriminación y marginación de la sociedad que no es incluyente ni empática; votaron en contra de que la comunidad con discapacidad visual tuviera un representante que sí conozca su realidad.
Y con ello le dieron una bofetada a los lineamientos aprobados en el Instituto Electoral del Estado que, ciertamente, tenía un objetivo noble e inclusivo; ahora los partidos políticos podrán utilizar esos espacios para sus amigos, compadres, familiares y amantes.
Con esta resolución se entiende, por supuesto, que otro farsante que se hizo pasar como parte de la diversidad sexual llegue al Congreso del Estado porque su comadre Julia Jiménez lo puso en el primer lugar de las listas de diputados locales por la vía de representación proporcional, que no es otro que Jesús Alberto Partida Valencia.
Si a nadie le interesa respetar los espacios para la comunidad de la diversidad sexual, para la población con discapacidad y los indígenas, mucho menos van a respetar los demás cargos, aunque tengan denuncias por violencia intrafamiliar y por pensión alimenticia.
La próxima Legislatura debe tener como prioridad disolver el Instituto Electoral del Estado y el Tribunal Electoral de Colima para que sus integrantes sean los mejores perfiles y no los comparsas del PRI y el PAN que los colocaron ahí para sus bastardos intereses.
*El municipio de Tecomán ya quedó resuelto: Armando Reyna se lleva el triunfo.
Y Óscar Ávalos va a tener que reclamarle a quien le vendió la candidatura con la seguridad de que ganaría la elección de trámite.
*Lo mismo va para la diputación federal por el Distrito II: el multimillonario papayero Nazario Rodríguez Guerra perderá la elección frente a Gricelda Valencia de la Mora y tendrá que ajustar cuentas con el septuagenario que los dejó al final colgados a todos sus compañeros priístas.
¿Será por eso que Arnoldo Ochoa González decidió irse de la dirigencia estatal del PRI antes de que finalizara la elección?