POR Jorge Octavio González
Riult Rivera, por más que lo intenta, no levanta en las preferencias electorales y está condenado a perder el próximo 2 de junio.
Analizaremos la situación actual de la contienda por la presidencia municipal de Colima, tomando en cuenta que en cualquier momento puede cambiar si las autoridades electorales regresan a Viri Valencia a la competencia o deciden tumbar otra candidatura.
Riult Rivera Gutiérrez, candidato del PRIAN a la alcaldía de Colima, era el sujeto más feliz mientras las campañas de odio y de violencia de género pretendían dejar fuera de la jugada a Viridiana Valencia y a Margarita Moreno.
Y cómo no: solo en la contienda electoral, con candidatos de bajo perfil como Claudia Aguirre y los demás que ni siquiera vale la pena mencionarlos, el panista llegaría a la presidencia municipal sin problema alguno.
Recibió ayuda de los dirigentes del PRI y del PAN, además de las autoridades electorales que todavía tienen emisarios del pasado enquistados en dichas dependencias, para impedir la participación de las dos mujeres en cuestión.
El Consejo Municipal Electoral determinó aprobar la candidatura de la abanderada de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Colima; al mismo tiempo rechazó la solicitud de la candidata de MORENA por el problema de los años de residencia en la capital.
Es posible, aunque se ve difícil, que la autoridad electoral federal regrese a Viri Valencia a competir por la alcaldía de Colima; aunque sería lo mejor debido a que así sería la ciudadanía la que, mediante su voto, elegiría a su próxima presidenta municipal, y no habría ese pretexto de que le tuvieron miedo a una mujer y por eso la sacaron a la mala.
El propio Andrés Manuel López Obrador lo ha dicho: que todos compitan y que el pueblo sea el que decida a quiénes quieren como sus gobernantes.
Riult Rivera reconoció ayer que no está al tanto de las encuestas porque lo suyo es el trabajo diario.
Pues claro: no le gustan las encuestas porque no quiere ver la realidad; no concibe que su destino es perder y ser regidor del ayuntamiento de Colima.
Los números, fríos como son, no están del lado del panista.
La encuesta más reciente, realizada por la empresa Cognopolis del 10 al 13 de marzo, pone a Margarita Moreno, candidata de Movimiento Ciudadano, en el primer lugar con 43.5%; en el segundo lugar se encuentra Viridiana Valencia Vargas, candidata de MORENA, PT y Verde Ecologista, con el 33.2 por ciento, mientras que en un lejano y triste lugar a Riult Rivera, candidato del PRIAN, con el 17.1%.
Más de 15 puntos separan a Riult Rivera del segundo lugar y más de 26 del primero en dicha encuesta; el abismo que hay sería suficiente como para que los asesores del panista, los mismos que lo están llevando al despeñadero, le recomienden que abandone la competencia o de plano replantee la estrategia para ver si alcanza al segundo lugar.
Y también lleva culpa la dirigente estatal del PAN en Colima, Julia Jiménez Angulo, quien se empecinó en imponer a Riult en la alianza PRI y PAN y en algún momento de tensión dio un manotazo a la mesa y salió emberrinchada de una reunión donde estaban negociando la candidatura.
Julia Jiménez, además de seguir fielmente las órdenes de su patrón Pedro Peralta Rivas, tuvo el cinismo de asegurarse un lugar en el Congreso de la Unión por la vía plurinominal y puso a su propia hija como su suplente, situación por demás cínica y falta de principios.
Tenía razón José Guadalupe García Negrete sobre la dirigente estatal del PAN: es una vendepatrias que se dedicó a vender las candidaturas a sus amigos, misma dinámica que se replicó en el PRI.
Riult Rivera se creyó el cuento de que podría ser candidato y ganar la elección, pero no le cumplieron eliminar a su competencia.
Incluso si no llegara a participar Viri Valencia, Riult perderá ante la candidata de MC; de estar de vuelta la morenista en la contienda, el panista tendría asegurado el tercer lugar.
Debe entender que, así como en la presidencia de México, en Colima es tiempo de mujeres.