POR Jorge Octavio González
Ante las amenazas de ese delincuente confeso y asesino juzgado por aclamación social, acostumbrado a intimidar a periodistas y a quienes no se someten a sus designios, le decimos que aquí no va a funcionar su actuar mafioso y siciliano.
Pese al historial de violencia alrededor de su familia directa y política, en este medio no cederemos a los chantajes y manifestaciones de ira de un sujeto que fue capaz de enviar emisarios armados para mantener en la soledad a su compañera de vida.
Y tampoco callaremos acerca del dinero del crimen organizado que se utilizará para una campaña política en la entidad.
Dicho lo anterior, vamos al tema:
La salida de Magda Ureña y su esposo Ignacio Vizcaíno Ramírez, así como otros familiares y amigos del matrimonio en cuestión, sólo sirvió para terminar de limpiar al partido Movimiento Ciudadano de empleados y leales de Leoncio Morán Sánchez.
Cuando Morán Sánchez asaltó a MC e impuso a todos los candidatos a cargos de elección popular en el 2018, así como en el 2021 vetó y ejerció violencia política de género en contra de Bianca Velasco, candidata a la diputación local por el Distrito VI, el matrimonio Vizcaíno Ureña no dijo absolutamente nada.
Claro: ellos fueron de los beneficiados con candidaturas y cargos en el ayuntamiento de Colima.
Y cuando la orden de Movimiento Ciudadano a nivel central fue deslindarse de MORENA y cuestionar a la gobernadora del Estado, los primeros en traicionar a Locho Morán fueron precisamente ellos.
El ex alcalde, ya sin influencia en el partido y en la bancada naranja en el Congreso del Estado, no tuvo otra opción más que renunciar a ser el dueño de MC en Colima y buscar cobijo en Movimiento de Regeneración Nacional, pues en ello iba su libertad por el desvío de más de 50 millones de pesos de las cuotas de los trabajadores que debieron ir al IPECOL.
Ignacio Vizcaíno y Magda Ureña, en tanto, se sintieron los nuevos dueños del partido fundado por Dante Delgado; incluso quisieron repetir los viejos vicios del PRI y pretendieron imponer a la esposa del diputado como candidata a la presidencia municipal de Colima, sin tomar en cuenta las aspiraciones de otra mujer, Gaby Rodríguez, que también competía por la alcaldía capitalina.
La conformación del partido, como sucedió cuando Leoncio Morán arribó a Movimiento Ciudadano, cambió cuando vieron en otros cuadros posibilidades de triunfo y rentabilidad política, algo que no tenían, para nada, los señores Vizcaíno y Ureña, que sólo se beneficiaban del presupuesto sin hacer trabajo político.
El matrimonio se esperó hasta el último momento para ver si les tocaba alguna candidatura o les daban una posición plurinominal para seguir en el Congreso del Estado; cuando vieron que eso no sucedió, decidieron anunciar públicamente su renuncia y la de otras cinco personas más, entre familiares y amigos de Ignacio y Magda.
Pero la ambición de poder, contrario a los principios que dicen tener y por los que decidieron integrarse al partido naranja, hizo que Magda Ureña se sentara con el septuagenario dirigente estatal del PRI para ver la posibilidad de asumir el cargo de síndica en la planilla de Riult Rivera Gutiérrez, desesperado por allegarse de gente que le pueda servir y no restar.
El propio Arnoldo Ochoa lo confirmó y también dijo que no se llegó a ningún acuerdo sólido.
Ignacio Vizcaíno, cuando lo entrevistaron al respecto, dijo que sólo eran rumores.
Uno de los dos está mintiendo: o Arnoldo Ochoa González o Ignacio Vizcaíno Ramírez.
En este caso, sin embargo, nos inclinamos por la versión del dirigente estatal del PRI, que no diría eso si no hubiera sucedido en realidad; el que queda como mentiroso y malagradecido es el diputado plurinominal.
Lo cierto, pues, es que el matrimonio Vizcaíno Ureña no es tan puro como aseguran y sí esperaban alguna posición en MC, pero como no sucedió atendieron el llamado del PRI para integrarse en la planilla del panista que está 20 puntos por debajo de las mujeres que van a competir en la elección por MORENA y MC.
Tan políticos son que, por supuesto, no tardaremos en ver a Ignacio Vizcaíno y a Magda Ureña en el equipo de Leoncio Morán Sánchez promoviendo a su ex patrón para la diputación federal por el Distrito I.
Así son los políticos: ambiciosos vulgares.