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POR PXPress

¿Por qué Indira Vizcaíno le teme a la revocación de mandato?

CUANDO SE ANULÓ LA ELECCIÓN donde ganó Gustavo Vázquez Montes nadie de la oposición argumentó que no era prudente realizar una extraordinaria porque el costo sería enorme; lo mismo sucedió en la elección de José Ignacio Peralta Sánchez, donde se intentó anular una segunda ocasión sin éxito. ¿Cuál fue el argumento de la bancada de MORENA, en voz del impresentable Armando Reyna Magaña, para rechazar que la revocación de mandato se aplique en el sexenio de Indira Vizcaíno Silva? En esencia dos. Pero uno remite a la cuestión económica: el coordinador de la fracción morenista en el Congreso del Estado señaló que, para el 2025, la situación financiera en Colima seguirá mal y, por ende, debía aplazarse hasta el siguiente sexenio. Qué fácil, ¿no? Argumentar el enorme gasto en una revocación de mandato es lo mismo que se pudo argumentar cuando se anularon dos elecciones, más otra donde murió el mandatario en funciones antes de los tres años de ejercicio de gobierno, cuando la ley contempla que se tienen que convocar a elecciones extraordinarias. Nadie, ni siquiera la oposición, dijo en ese entonces que no se llevaran a cabo elecciones extraordinarias por el enorme costo que significarían. Pero se llevaron a cabo porque así lo marca la ley. Y aquí vamos al segundo argumento de Movimiento de Regeneración Nacional para que no se aplique la revocación de mandato en el desastroso sexenio de Vizcaíno Silva: que la ley no puede aplicarse de manera retroactiva en perjuicio de alguien. Se equivocan también los diputados oficialistas: el instrumento ciudadano estaba contemplado en la Constitución desde el 2019, cuando Indira Vizcaíno ni siquiera era candidata a gobernadora del Estado; por tanto, no hay impedimento legal para aplicarse en su sexenio. Lo único que faltaba era armonizarse, que es lo que los legisladores de MORENA prometieron hacer apenas unas semanas atrás; sin embargo, algo sucedió que de buenas a primeras faltaron a su palabra y decidieron mandar para el próximo gobernador o gobernadora la aplicación de este ejercicio ciudadano, aun cuando el propio presidente Andrés Manuel López Obrador lo promovió hasta el cansancio. ¿O ya se les olvidó que fueron ellos, los de MORENA, los que estuvieron día y noche, incluso violando la ley, promoviendo que la gente participara y refrendara su confianza en el presidente de la República? ¿Por qué ahora no lo quisieron? Si es porque no puede aplicarse retroactivamente la ley, no tienen razón: la figura de la revocación de mandato estaba desde el 2019. Si es por la cuestión económica, no hay razón de peso para creer que en el 2025 Colima seguirá en ruinas. ¿Entonces por qué negarle a los colimenses la oportunidad de refrendar la confianza a la gobernadora Indira Vizcaíno Silva o, por el contrario, destituirla del cargo por la pérdida de la misma? La única razón es que Indira Vizcaíno no se siente segura de volver a ganar unas elecciones porque sabe el pobre papel que ha desempeñado desde que asumió las riendas del gobierno del Estado en noviembre de 2021. Ella mejor que nadie sabe que no ha estado a la altura del reto que significa sacar adelante una entidad con enormes problemas y dificultades que se presentan día con día. Y sabe, por supuesto, que los pactos que hizo con el crimen organizado no podrán refrendarse, habida cuenta que fue el incumplimiento de los mismos lo que originó esta guerra sin cuartel entre dos cárteles del narcotráfico que lleva, apenas unos cuantos meses, más de 600 ejecutados, entre mujeres y niños que no tienen nada que ver con la delincuencia. Si la decisión de enviar hasta el próximo sexenio la revocación de mandato fue del mediocre Armando Reyna Magaña, mal; eso significa que es tan insignificante el sujeto en cuestión que siente que haciéndole ese favor a la gobernadora podrá ser recompensado con la candidatura de MORENA a la alcaldía de Tecomán. Pero si la decisión fue de la mandataria estatal, peor; esto significaría que Indira Vizcaíno tiene realmente sometida a la fracción oficialista en el Congreso del Estado y les ordenó que fueran ellos, los diputados, los que asumieran el costo político para cubrir a la gobernadora de los golpes. Algo, por supuesto, que no funcionó: la sociedad en general repartió culpas para los diputados y para la mandataria, pues fue ella misma, hace unas semanas atrás, quien decía que no tenía problema alguno en someterse a la revocación de mandato. Y si ahora resulta que decidieron lo contrario, la furia ciudadana alcanzó tanto a los diputados por serviles como a la gobernadora por cobarde. Y al final, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelva sobre el particular, no sólo los diputados, sino la gobernadora de Colima, habrán quedado exhibidos.

Riult Rivera fue a Ucrania a enviar un mensaje de paz

AL VERSE IMPOSIBILITADOS para ir a Rusia a solidarizarse con la dictadura rusa, los cuatroteros atacan a mansalva a los diputados federales que lo hicieron con el pueblo de Ucrania, el país invadido por el belicista hijo de puta de Vladimir Putin. No es igual que una horda de mamarrachos se solidaricen con un gobierno invasor, aunque el de México simpatice con el dictador ruso y no lo condene con medidas más efectivas –sanciones económicas—, a que se haga con la nación agredida, pues incluso para el obradorato se vería bastante mal que dieran muestras de simpatía abiertamente hacia el invasor. Bueno, como no pueden ir a Rusia a manifestarle muestras de cariño a la dictadura rusa, desde sus redes sociales los morenacos (con su ejército de bots y trolls pagados por el vocerdo presidencial, Jesús Ramírez Cuevas) se lanzan en contra de los diputados federales (del PAN y del MC) que se trasladaron al país invadido para manifestar su solidaridad in situ a los ucranianos que en estos momentos sufren las crueles consecuencias de vivir una guerra completamente injusta y absurda, lo que ya ha tenido repercusiones en el planeta entero. Los legisladores federales mexicanos, como el colimense panista Riult Rivera Gutiérrez y los emecistas Salomón Chertorivski Woldenberg, Jorge Álvarez Maynez y Julieta Mejía Ibañez, fueron en misión solidaria al país europeo para “enviar un mensaje de paz y exponer la indiferencia con que consideran que la 4T ha tratado el conflicto bélico”. Es obvio que la presencia de legisladores mexicanos en Ucrania no le gustó nadita a los cuatroteros, por lo que han intentado descalificarlos, una misión por completo inútil, pues los tribunos han patentado su apoyo al país que es la víctima, en tanto que los de la 4T están a favor del agresor, el que invade y ataca a la mala a sus vecinos. La condena mundial a Rusia es casi unánime, salvo de México y otras dictaduras afines. Más enchila a los cuatroteros simpatizantes con Rusia y su dictador Putin el hecho de que el objetivo de la misión de los diputados federales de México es el de “contrarrestar la indiferencia y la ambigüedad que ha exhibido la mayoría parlamentaria frente a la flagrante violación de derechos humanos y del derecho internacional perpetrado por Rusia en el territorio soberano de Ucrania”. Los legisladores que fueron a Ucrania son los mismos que crearon un grupo de amigos del país invadido en el Congreso de la Unión; sin embargo, cuando sus contrincantes que simpatizan con la dictadura rusa intentaron hacer algo similar a favor del agresor, de inmediato tuvieron que echar reversa a sus intenciones, al ser amenazados con anularles la visa para poder ingresar a Estados Unidos. Claro, no es lo mismo lanzar bravatas a favor de los rusos invasores, que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, que perderse los placeres del capitalismo gringo que tienen más a la mano, incluso para disfrutar un fin de semana familiar en Disneylandia o en Disneyworld. Y ahora, en el colmo del ridículo, los morenacos y aliados atacan una misión de paz a todas luces ejemplar. Lo que hay que ver con estos fanáticos del grupo de las camisas puercas