POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Van 15 días desde que inició la campaña electoral para los cargos de presidente de la República y la renovación de las Cámaras de Diputados y Senadores; son dos semanas en las que, sin embargo, no ha ocurrido nada extraordinario que domine la narrativa del día a día.
Cierto es que, como todavía no comienza la competencia para los cargos locales, el entusiasmo no sale a relucir entre los ciudadanos que tendrán que elegir a sus gobernantes.
La contienda presidencial, que es la más importante, apenas si llama la atención de unos cuantos; ninguna de las dos abanderadas prende ni contagia energía ni esperanza.
En Colima, por ejemplo, las campañas de los candidatos al Senado de la República y al Congreso de la Unión son insípidas; no hay sustancia ni contenido ni mucho menos frescura.
Sólo con decirles que son las mismas caras que compitieron hace más de diez años. No hay figuras que atraigan al electorado.
Griselda Martínez Martínez y Chuy Dueñas, que compiten por el Senado de la República en el primero y segundo lugar de la fórmula de MC, respectivamente, no conectan; la primera es cuadrada y su campaña la está haciendo como si todavía estuviera en MORENA, y el segundo tiene ganas y energía, pero tendrá que hacer un enorme esfuerzo para lograr ser parte de la Cámara Alta.
Virgilio Mendoza y Ana Karen Hernández, que representan la alianza Seguimos Haciendo Historia, tampoco hacen equipo; los dos pertenece a grupos distintos y, hasta cierto punto, contrarios.
La base de Movimiento de Regeneración Nacional, la misma que a nivel nacional logró que bajaran a Omar García Harfuch de la candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, no quiere al ex alcalde de Manzanillo; además la tarjeta ilimitada de American Express será una cruz que cargará durante toda la contienda electoral, como ya sucedió cuando, como energúmeno, respondió al cuestionamiento de un reportero.
Y a Ana Karen, pues, no la quiere ni su mismo equipo de trabajo.
Mely Romero y Germán Sánchez, de la alianza Fuerza y Corazón por México, es la fórmula más débil; mientras la primera dejó colgados a quienes la apoyaron en el 2021, al segundo siguen sin conocerlo en la cuadra de su colonia.
Romero Celis desapareció de la escena pública después de su derrota; cuando se requirió su liderazgo y voz para hacerle frente al gobierno, calló. Otros, por el contrario, sí se enfrentaron al sistema y dieron la batalla en el Congreso del Estado, cuando los diputados del oficialismo imponían sus propuestas sin pies ni cabeza, lo que ha orillado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a enmendarles la plana en muchísimas ocasiones.
Germán Sánchez. ¿Germán Sánchez? ¿Quién es ese tipo?
La disputa por el Senado de la República será entre la fórmula conformada por Movimiento Ciudadano y la alianza Seguimos Haciendo Historia. Seguros están Virgilio Mendoza y Griselda Martínez; la pelea por colarse está entre Chuy Dueñas y Ana Karen Hernández.
A 15 días de iniciada la campaña electoral para los cargos federales, no hay una sola propuesta de ninguno de los abanderados que realmente tenga viabilidad; lo único que dicen son promesas huecas y sin un respaldo técnico ni planeación.
Los candidatos sólo acuden a los mercados, a las colonias, a las plazas públicas a tomarse la fotografía; creen que con enviar sus boletines mal redactados cumplieron en la parte de la difusión, cuando en realidad sólo están dando pena y por eso la ciudadanía no se ve con las ganas de salir a votar.
Pena de campaña. Pena de candidatos.
Vergüenza debería darles a los partidos postular a gente impresentable y con actos de corrupción comprobados.