POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Sólo un reverendo imbécil como Armando Reyna puede subir a tribuna y decir como si nada que los narco-corridos son una “expresión cultural” de los mexicanos.
Y es que, cuando se trata de defender a su patrona Indira Vizcaíno, el diputado tecomense es capaz de besar el suelo que pisa con tal de que le cumplan la promesa de ser el candidato de Movimiento de Regeneración Nacional a la presidencia municipal de Tecomán.
Ayer, en otro de los episodios denigrantes de los legisladores oficialistas y sus aliados, parte de la discusión versó sobre los hechos de violencia en Colima y el ridículo que hizo la mandataria que, después de varias cervezas entre pecho y espalda, subió al escenario con Los Tigres del Norte a cantar El Jefe de Jefes.
Con o sin conocimiento de causa, Indira Vizcaíno utilizó la legendaria canción para enviar un mensaje a sus enemigos políticos y criminales, como en su momento lo hizo Valentín Elizalde cuando entonaba A mis enemigos.
Días después, concretamente el martes 7 de noviembre, la gobernadora anunció en sus redes sociales, tras la sesión de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad, que “se ha observado en el estado una disminución en la incidencia de homicidios dolosos, en octubre, pero también en la comparativa de las últimas dos semanas”.
Un día después, el 8 de noviembre, el infierno se desató en Colima con una serie de eventos criminales que volvieron a aterrorizar a la sociedad.
Destaca, desde luego, la masacre en El Mezcalito: tres personas, dos hombres y una mujer, fueron acribillados a balazos, muriendo al instante; las autoridades llegaron después, cuando los sicarios se habían ido, y sólo acordonaron la calle y dejaron a la intemperie los cadáveres como espectáculo un dantesco que estaba siendo apreciado por todos los que pasaban por el lugar.
Ese cruce, donde ya han asesinado a un sinfín de personas más, es un lugar de paso de cientos de personas todos los días; ya sea para ir a la escuela o al trabajo, hay una cantidad enorme de gente que transita por ahí, quedando expuestos a morir por estar en el lugar y en el momento equivocados.
La policía estatal ya sabe que ese es un foco rojo en cuanto a inseguridad; sin embargo, no son capaces de planear una estrategia que erradique de raíz el problema.
En una ocasión, en administraciones pasadas, se intervino el lugar y quedó una tanqueta fija en la colonia como señal de que habían logrado desterrar a los vendedores de droga; lo cierto es que los burreros continuaron vendiendo su mercancía frente a los ojos de las autoridades.
Quedó tan abandonada esa colonia, tanto por gobiernos priístas como el de ahora de MORENA, que de ahí surgió el cártel que se desprendió del de Jalisco y dio inicio una guerra sangrienta que ha dejado de luto a miles de familias desde el arribo de Indira Vizcaíno al gobierno del Estado.
En parte, ciertamente, fue gracias a la gobernadora que inició esta carnicería: de acuerdo al líder de la organización criminal que nació en El Mezcalito, sus antiguos jefes le ordenaron asesinar a la gobernadora por no cumplir los compromisos que pactaron durante la campaña electoral del 2021; como él no obedeció las órdenes, se separó del grupo y fundó su propio cártel, dejando un reguero de muertos por todas las calles de Colima desde entonces.
Además de la masacre en El Mezcalito, esa misma noche un adolescente de 16 años fue atacado a balazos en la colonia La Albarrada; el menor de edad logró escapar por su propio pie para recibir atención médica, pero murió desangrado minutos más tarde.
Cada que Indira Vizcaíno sale a decir que los índices de violencia van a la baja y han disminuido los homicidios dolosos, los criminales salen a matar a gente a diestra y siniestra, como un reto a la gobernadora.
Cómo no quieren que se hable de la violencia en Colima, como salen a llorar en tribuna impresentables como Armando Reyna y Rubén Romo Ochoa, si la propia Indira Vizcaíno sube al escenario a cantar y bailar un narco-corrido, igual que lo hace Kate Castillo regalando boletos para ver a Natanael Cano a la Feria de Colima y yendo a otra entidad a un concierto de Peso Pluma.
O Viridiana Valencia Vargas, la rupestre titular de la Delegación de Programas para el Bienestar Colima, que ha sido señalada de recibir dinero de dudosa procedencia en Tecomán, amén de que le acaban de descubrir que pagó una casa de 2.2 millones de pesos en una fecha que se encontraba desempleada.
Ahora todo cuadra, ¿no?