POR Jorge Octavio González
A nadie sorprendió que el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea presentara su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a las pocas horas fuera a rendirle pleitesía a la futura candidata de MORENA a la presidencia de la República, Claudia Sheinbuam.
Lo anterior, por lo demás, sólo confirma lo que se venía viendo desde que inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador: la sumisión vergonzosa y entreguismo total del ministro a los designios del presidente de México.
Tan afín era Zaldívar a las políticas de AMLO que éste, en un hecho inédito, envió una propuesta para que se prolongara por dos años más la permanencia del ministro como presidente de la Suprema Corte de Justicia.
La jugada no procedió porque el mismo ministro, aunque tarde, reconoció que era un exceso gozar de ese privilegio que contraviene toda legalidad.
No pasaron ni tres horas de haber hecho pública su renuncia cuando Claudia Sheinbaum, en su cuenta de X, antes Twitter, publicó una fotografía con Arturo Zaldívar, acompañándolo del siguiente texto: “Me reuní con Arturo Zaldívar…acordamos trabajar juntos para avanzar en la transformación del país”.
Más claro ni el agua: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, como pago a sus servicios prestados durante su paso como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se integrará a la campaña de la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional.
Aun no se sabe qué papel jugará en específico en la campaña ni en el eventual gobierno de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México; sin embargo, ya hay elucubraciones gravísimas.
La primera es que, una vez que gane la elección MORENA, Arturo Zaldívar será el fiscal general de la República.
La segunda es peor: será el que asesine a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con una serie de iniciativas que preparará para que, en caso de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, cumplan el deseo de López Obrador de reducir a su mínima expresión el Poder Judicial y elegir a los ministros en elección abierta.
Tras ser pública la renuncia de Arturo Zaldívar, la Suprema Corte de Justicia emitió un comunicado en donde, además de señalar que “se encuentra a la espera de lo que digan el Ejecutivo y el Senado de la República, conforme a los dispuesto en la Constitución”, añadieron que, “a la letra, el Artículo 98 constitucional señala que las renuncias de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia solamente procederán por causas graves; serán sometidas al Ejecutivo y, si éste las acepta, las enviará para su aprobación al Senado”.
Con esto, ciertamente, se da a conocer un candado que, en su momento, el propio Arturo Zaldívar tendrá que explicar: ¿cuál es la causa grave para presentar su renuncia a la SCJN? AMLO, por supuesto, no objetará en lo absoluto; sin embargo, su eventual renuncia podría desatar controversias constitucionales para evitar que se consume su salida e incorporación a la campaña de una candidata presidencial.
Aunque, viéndolo bien, sí podría haber una causa grave para presentar su renuncia: Claudia Sheinbaum no prende y va en picada, por lo que el ministro de AMLO irá a salvar la campaña de la subordinada de su jefe, el presidente de la República.
¡Fuera máscaras!, gritaba el presidente a los políticos de oposición para que reconocieran sus verdaderas intenciones.
Al menos ya sabemos que Arturo Zaldívar siempre fungió como el defensor de oficio y de los intereses del presidente de México durante su permanencia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¡Fuera máscaras!