POR Jorge Octavio González
Aunque ya sabían cómo operaba Indira Vizcaíno y MORENA (peor que el viejo PRI), los liderazgos del Verde Ecologista en Colima se sumaron al bloque oficialista a cambio de posiciones para sus integrantes en el gobierno del Estado y eventuales candidaturas en el 2024.
Felipe Cruz Calvario y su esposa Patricia Ceballos sabían perfectamente quiénes eran los que hoy gobiernan la entidad, pero creían que la lealtad y el pacto que sellaron en Casa de Gobierno se cumpliría a cabalidad, sin saber que la mandataria no tiene palabra y, por ende, lo que promete no lo cumple.
La diputada llegó a estar en el bloque opositor y votaba con Roberto Chapula de la Mora…hasta que fue vilmente asesinado. Su suplente, un barbaján de nombre David Grajales, en lugar de honrar la memoria del combativo legislador, lo primero que hizo fue irse a los brazos de la bancada morenista, no vaya a ser que también lo acribillaran.
A Paty Ceballos no le quedó de otra más que seguir en el rebaño.
Pero ahora, después de la puñalada trapera que la gobernadora vía sus súbditos en el Congreso del Estado le propinó al ex alcalde de Villa de Álvarez, actuó de manera congruente: renunció al Verde Ecologista y se declaró diputada independiente.
¿Qué pierden Felipe Cruz Calvario y Patricia Ceballos en esta coyuntura? Felipe Cruz su trabajo en el gobierno del Estado y la posibilidad de competir en las elecciones del próximo año; Patricia Ceballos los privilegios de estar en la bancada oficialista y alguna candidatura por la alianza MORENA-PVEM-PT.
El ex director del Insuvi, sin embargo, todavía tiene posibilidades de revertir la sanción que aprobaron en el Congreso del Estado, dada la serie de irregularidades que cometieron los integrantes de la Comisión de Responsabilidades, en especial el traicionero Armando Reyna, quien, con tal de ganarse la candidatura del partido a la alcaldía de Tecomán, fue capaz de arrodillarse ante la gobernadora y cumplir sus órdenes de eliminar al aliado verde.
¿Por qué no hacen lo mismo Virgilio Mendoza y Gaby Benavides? Porque ellos no sólo pueden perder sus privilegios de ser aliados y sus actuales encargos, amén de candidaturas en alianza con MORENA, sino su libertad.
Y es que, como se ha comentado con anterioridad, en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción existe una denuncia penal en contra de Mendoza Amescua por el uso de una tarjeta de crédito ilimitada con cargo al ayuntamiento de Manzanillo, misma que la presidenta porteña denunció y adelantó que fueron millones de pesos los que se gastaron de ese plástico.
Y aunque en la denuncia está documentado que fue Virgilio Mendoza el que utilizó la American Exprés que se autorizó cuando fue alcalde de Manzanillo, la siguió utilizando en el trienio de Gaby Benavides, por lo que también ella lleva responsabilidad en el tema.
Indira Vizcaíno, en lugar de ordenarle a su inútil y cobarde mini fiscal que hiciera una investigación a fondo y actuara en consecuencia, le pidió que guardara el expediente por si se necesitara en el futuro.
Ya les dieron su primera victoria en el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Colima; sin embargo, aún queda pendiente la denuncia penal, que podrá estar en la congeladora de la Fiscalía General del Estado el tiempo que lo requiera la gobernadora.
He ahí la diferencia entre el matrimonio de Felipe Cruz y Patricia Ceballos y la dupla corrupta de Virgilio Mendoza y Gaby Benavides: los primeros pueden perder cargos si rompen con MORENA, pero los segundos pueden ir a la cárcel y pasar ahí una buena temporada.
Así se las gasta Indira Vizcaíno: es perversa, berrinchuda, rencorosa, indolente y actúa peor que los priístas de pasadas administraciones; la diferencia es que la gobernadora dice cada que tiene oportunidad que no son iguales.