POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Indira Vizcaíno ya no está en condiciones de gobernar la entidad: ella ha perdido todo contacto con la realidad.
Ayer lunes un ataque armado en el barrio El Mezcalito evidenció una vez más la pésima estrategia de seguridad que la Fiscalía General del Estado de Colima y la policía estatal vienen replicando del gobierno federal.
Pese a que saben el foco rojo que es, no fue sino hasta que un par de jóvenes yacían en el suelo, en un charco de sangre, que el lugar se inundó de policías y elementos de la Guardia Nacional, obstruyendo la avenida de norte a sur de la colonia con una de sus patrullas y desplegando decenas de elementos afuera de las casas aledañas.
Todo eso es circo. Es pantalla. Quedarse ahí por unas horas no va a detener la ola de violencia que impera ahí; hace años intentaron lo mismo, dejando una tanqueta en el corazón de El Mezcalito, sin obtener resultado alguno.
Y si en materia de prevención están por los suelos, en la aplicación de la justicia están peor. Acaba de informar la secretaria del ayuntamiento de Manzanillo, Martha Zepeda del Toro, que fue citada a comparecer en la Fiscalía de Colima por un asunto meramente administrativo.
Ella ve este tema como una persecución política a los enemigos del gobierno del Estado, concretamente de Indira Vizcaíno, que utiliza a su inútil mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez como brazo ejecutor para amenazar y presionar a los que no se alinean con los intereses de la mandataria.
Curioso que, en cuestión de meses, la FGE integró una carpeta de investigación en contra de Martha Zepeda, pero no ha podido, en casi cinco años, detener a los responsables del atentado en contra de la presidenta de Manzanillo ni ha sancionado a Virgilio Mendoza por el uso de la tarjeta de crédito ilimitada con cargo a la administración porteña que utilizó durante su gestión y la de Gaby Benavides.
En la Fiscalía General del Estado son tan incompetentes que no han podido resolver el secuestro de la señora María del Carmen López; tan pésimo es el trabajo que hacían que tuvo que tomar el caso el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que, hasta donde se sabe, detuvo a uno de los implicados en el delito dentro de las instalaciones de la FGE.
Ha sido tanto el descaro de trabajar para una de las organizaciones que, de acuerdo a misivas que se publicaron en redes sociales, los contrarios amenazaron con desatar una guerra de sangre en Colima por la inclinación de Indira Vizcaíno y el cobarde Bryant García hacia sus financiadores, que alcanza a la delegada que gustaba de bailar y cantar en antros de mala muerte.
Y aquí entra ese episodio de terror que fue el hallazgo de 11 cadáveres en fosas clandestinas en la comunidad de Madrid, Tecomán, en donde, de acuerdo a las epístolas que se envían los malosos en los grupos de WhatsApp, ahí estaba enterrado el asesino de la diputada Anel Bueno Sánchez.
Hasta ahora, sin embargo, no se ha oficializado nada de parte de las autoridades.
Indira Vizcaíno desencadenó esta ola de violencia por no cumplir los acuerdos que hizo con uno de los cárteles que la ayudó a llegar a Palacio de Gobierno; ahora cada muerto y cada feminicidio es su responsabilidad y la tiene con las manos manchadas de sangre.