POR Jorge Octavio González
Todos los políticos, en algún momento de su vida, se forman y forjan con alguien que los aconseja y los guía para escalar posiciones.
Indira Vizcaíno tuvo dos maestros, José Ignacio Peralta Sánchez y Rogelio Rueda Sánchez, pero tuvo mayor ascendencia del ex dirigente estatal del PRI.
Rueda Sánchez, incluso, fue más allá de una relación político-electoral para involucrarse de más en la vida de la que hoy es la gobernadora más mitómana de toda la historia de Colima.
La perversidad, la indolencia, el cinismo, las mentiras flagrantes dichas con esa sonrisa hipócrita tienen el sello del ex alcalde de Manzanillo; en sus encuentros privados adoptó ese tipo de antivalores que hoy pone en práctica.
Aun cuando un funcionario de su propia administración documentó con audios, conversaciones de WhatsApp y fotografías todo lo que fueron a hacer en Jalisco para apoyar la candidatura de Claudia Sheinbaum, Indira Vizcaíno volvió a negar que hayan utilizado recursos del gobierno del Estado para fines políticos o proyectos personales.
César Guerra Ruelas, quien era el director jurídico de la Comisión Estatal del Agua de Colima, salió a dar la cara a los medios de comunicación, cuando el argumento principal de la gobernadora para negar que los reportajes fueran verídicos es que no había nadie con nombre y apellido haciendo los señalamientos.
Ya lo hay: es César Guerra, quien señaló que, tan sabía Indira Vizcaíno de la misión en Jalisco, que todos los días le enviaba un reporte de lo que hacían para promover a Claudia Sheinbaum.
Y ya hay denuncias: la interpuso Movimiento Ciudadano ante el Instituto Nacional Electoral y un Punto de Acuerdo en la Cámara de Diputados para investigar a la gobernadora por desvío de recursos económicos y humanos para favorecer a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
El PRI, en tanto, anunció que estarán interponiendo denuncias contra Indira Vizcaíno y sus funcionarios por probable enriquecimiento ilícito por la adquisición de casas en un fraccionamiento propiedad de un ex rector de la Universidad de Colima, quien para los negocios no ve colores partidistas.
¿Por qué Indira insiste en señalar que no hay nada irregular? Porque, ciertamente, se cree impune y cree que Claudia Sheinbaum será la presidenta de la República, algo que ya hasta en Palacio Nacional dudan.
Lo cierto, sin embargo, es que Indira Vizcaíno tarde o temprano va a caer. Y lo hará por cualquier de las razones por las que la gobernadora se ausente de su cargo; puede ser en este año, en el 2024 o en el 2025, pero se irá y habrá una mandataria interina.
Habría que preguntarle por qué, de todo lo que pudo aprenderle a Rogelio Rueda, prefirió el cinismo, la indolencia, la corrupción, los nexos con el crimen organizado y la hipocresía sin más.