POR Jorge Octavio González
Durante los 50 minutos que duró la transmisión de los Diálogos por la Transformación Indira Vizcaíno evadió el elefante en la sala; fue así que sólo les dio la palabra a los reporteros de casa, a los domesticados, a los que sabe que jamás le harían preguntas incómodas.
El director de La Lealtad Noticias levantó su mano para que le dieran el uso de la voz, pero Indira Vizcaíno lo ignoró durante todo su stand up y cuando lo vio se le ocurrió la ideota de anunciar que en próximas conferencias sortearán los turnos, al estilo de La Mañanera de AMLO, para que los reporteros hagan las preguntas, porque, dijo, siempre las hacían los mismos.
Ayer, pues, estaba negada la participación para Miguel Ángel Sánchez.
Cuando la gobernadora recibió la última pregunta a modo, el moderador cerró la conferencia de prensa y agradeció la asistencia de los medios de comunicación; al mismo tiempo la transmisión en vivo de la página del gobierno del Estado, que tiene a su vez colgados de su señal a una treintena de medios más que reciben contratos y privilegios de la administración estatal, fue cortada por el equipo de comunicación social.
Y lo hicieron a propósito: justo cuando Indira terminaba de dar su respuesta, el periodista Miguel Sánchez estaba formulando una pregunta acerca de la adquisición de su casa de más de 6 millones de pesos en Bosque Real; la mandataria lo ignoró en un principio, pero ante la insistencia del reportero que alzó el tono de su voz para hacerse escuchar no tuvo de otra más que ponerle atención.
Uno de los medios que siguió transmitiendo en vivo los Diálogos por la Transformación, que no estaba colgado de la señal del gobierno del Estado, alcanzó a captar la mueca de enfado y desagrado, casi repulsión, que le provocó la pregunta que le hicieron.
Los medios vendidos, los que estaban colgados de la señal de la página del gobierno del Estado, ya no documentaron la pregunta del reportero de La Lealtad Noticias ni la respuesta de la gobernadora; los dos o tres medios que estaban haciendo su propia transmisión en vivo sí.
El caso, pues, es que Indira no tuvo de otra más que responder, aun cuando su torpe equipo de comunicación social, que en nada le ayuda a la mandataria, decidió cortar la señal de la transmisión con el objetivo de que el cuestionamiento del reportero no saliera al aire ni quedara grabado en el archivo que quedó en la página de Facebook.
Pues de nada les sirvió: PXPress retomó la parte que los empleados de Indira Vizcaíno no querían que saliera al aire y dio el contexto de lo sucedido con la falta de respeto hacia el reportero que sólo quería hacer una pregunta.
Flaco favor para la gobernadora, pues al final ella sí respondió. Con un cinismo enorme, pero respondió; con descaro y soberbia, pero respondió.
Dijo que todo era mentira. Sí adquirió la casa, pero con un crédito, no como lo quisieron hacer creer maliciosamente en el medio; indicó que ella ha trabajado desde los 16 años de edad y que 14 años ha hecho declaraciones públicas sobre sus bienes.
Que mejor sus funcionarios de comunicación social no le muestren la reacción de los colimenses a su respuesta; mejor que siga en su burbuja y con su séquito de aduladores que a todo le dicen que sí.
Indira Vizcaíno gobierna con cinismo, con indolencia, con mediocridad; cree que por tener a la mayoría de los medios a su servicio no le van a hacer preguntas incómodas los pocos que están dando la lucha por informar con objetividad.
Indira Vizcaíno, ayer, demostró su talante autoritario, su disgusto con los medios libres que hacen preguntas incómodas, su enfado por no tener el control de la totalidad de los medios de comunicación, su repulsión por un reportero que cada conferencia le hace preguntas que trata de evadir o responder con mentiras.
Indira es soberbia, intolerante, arrogante, cínica y corrupta; es una calamidad que esperemos esté de paso y se vaya muy pronto del gobierno.