POR Édgar Rodríguez H
“No quiero ser ninguna pendeja” y “es tiempo ya de que en Colima haya nuevos ricos y no los mismos de siempre”, fueron las dos frases torales que definieron la línea de actuación de un gobierno, el de la 4T, plagado de mujeres tan visualmente atractivas como incompetentes, fotogénicas pero muy limitadas para cumplir con sus responsabilidades; ambiciosas y gastadoras, incapaces de ocultar sus ricos haberes y el origen de los mismos que no es otro que la corrupción institucionalizada, como ha quedado demostrado con los 14 millones de pesos que de los sueldos de los cautivos empleados de la admiración estatal fueron a parar a la campaña de la corcholata de las “Chicas Súper Poderosas”, Claudia Sheinbaum Pardo.
Negar y minimizar en automático la millonaria ordeña de la nómina de confianza orquestada por el rey de los moches, entres, comisiones, porcentajes o retornos, hombre de todas las confianzas de los señores Vizcaíno, Eduardo Jurado Escamilla, quien desde la oficina de la Gubernatura se encarga de todos los negocios habidos y por haber con proveedores, contratistas y demás malas yerbas que, todos juntos, sangran al erario, roban al pueblo bueno de Colima, es la fórmula que los funcionarios de la 4T aplican para eludir cualquier responsabilidad.
“Ningún gobierno, ni siquiera en la era neoliberal, había humillado a los trabajadores de confianza tanto como el de Indira Vizcaíno; además de los 400 pesos mensuales que deben dar en efectivo a sus superiores, tienen la orden de asistir a todos los eventos donde acuda Claudia Sheinbaum, como el pasado domingo 23 de julio, llevar 20 personas a los mítines y también trasladarse hasta Guadalajara a pegar propaganda de la ex jefa de Gobierno de la CDMX. Una vergüenza, por supuesto, que un gobierno que se decía honesto actúe tan miserablemente y trate a sus trabajadores como basura; lamentable que la gobernadora sea una corrupta y sinvergüenza que miente a la sociedad tan fácil como lo hace en su casa”, señala Jorge Octavio González en el portal PxPress.
“Colima es noticia nacional por la violencia generalizada, por ser el primer lugar en homicidios dolosos por cada cien mil habitantes, cuenta con la ciudad más violenta del mundo, ahora, lo nuevo es que, el secreto a voces, de obligar a los trabajadores de confianza a mocharse con una cantidad (10 % del salario) para apoyar económicamente la campaña de Claudia Sheinbaum dejó de ser información local y se expandió a nivel nacional. Podríamos decir que con Indira los colimenses solo pasamos vergüenzas”, comenta Federico López Ramírez en su PUERCOESPÍN de Diario Avanzada.
Cogida en la maroma, Indira “Bombón” vizcaíno Silva, como todos los días lo hace desde su púlpito mañanero Andrés Manuel López Obrador, negó la práctica de la ordeña a la nómina estatal de confianza declarándose puesta y dispuesta a recibir ella misma las denuncias por tales extorsiones, cuando debiera ser la instancia electoral su procesador porque las mismas configuran un delito electoral.
Aceptando sin conceder que la ordeña salarial no hubiera existido, Indira debe entonces explicar el origen de los millones de pesos que ha gastado en la promoción en el estado de la candidatura de su corcholata Claudia Sheinbaum Pardo; también el enriquecimiento estratosférico de ella y su grupo en los 21 meses de su administración estatal.
Además, aunque lo niegue “Bombón”, en su gobierno de la 4T hay nepotismo que es privilegiar con el otorgamiento de cargos y prebendas a los paisanos, amigos y familiares. También, tráfico de influencias y corrupción.
Se dice que…
*Hablando de salud. Casi nunca hay y cuando hay extrañamente no llega el material que requieren los pacientes para su debida atención en el área de rehabilitación del Hospital General de Zona No 1 del IMSS en Villa de Álvarez, debido a la insensibilidad y apatía de la irresponsable doctora Verónica Palomares, jefa de rehabilitación quien para lavarse las manos acusa a sus jefes inmediatos de no surtir en tiempo y forma, como debiera ser, los insumos necesarios para la terapia de los pacientes.
*Por la falta de material para rehabilitación, desde hace tiempo muchas son las quejas de los derechohabientes del Hospital General de Zona No1 del IMSS que acuden a terapia física no sólo de Colima, sino de otras entidades como Jalisco y Michoacán. Para su atención, incluso se han visto en la necesidad de poner de su bolsillo para ser atendidos en un insuficiente lapso de 20 minutos, tiempo ridículo para recibir terapia de los especialistas quienes hacen su mayor esfuerzo y hasta lo imposible para brindar atención.
*La doctora Verónica Palomares López, quien labora desde hace 15 años como jefa de rehabilitación del Hospital General de Zona del IMSS, nada de a muertito, no cumple con su responsabilidad de pedir en tiempo y forma los materiales e insumos que se requieren en el área de terapia física, ocupacional y fonoaudiología con la excusa de que no hay, pero tampoco existen antecedentes de las solicitudes hechas por ella. Sumado a ello, nadie pone orden, pese a las quejas de pacientes con anteriores y actual director del nosocomio el doctor Mario Arturo Mercado Morán. Incluso, aún y cuando es trabajadora de confianza, presume del respaldo del sindicato del IMSS.
*A cambio de buena y debida atención, amenazas y maltrato son lo que reciben de la doctora Verónica Palomares López, los pacientes del Hospital General de Zona No 1 del IMSS, para ella la salud es lo de menos.