POR Jorge Octavio González
Indira Vizcaíno no tiene en estos momentos nada más en la cabeza que Claudia Sheinbaum sea la candidata de MORENA a la presidencia de la República y gane la elección en el 2024.
La razón es muy sencilla: se juega su libertad o la impunidad. Se juega su tranquilidad, pues. A estas alturas, que sea otro el que decida el dedo de López Obrador, es un salto al vacío; ella ha apostado todos los recursos de su gobierno y se ha arriesgado a ser inscrita en el mural de violadoras sistemáticas de la ley.
Ella, que es abogada y maestra en derechos humanos, ha tirado a la basura toda su credibilidad y prestigio; por eso no hay nada que le importe más que la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México sea la bendecida del dedazo presidencial.
Indira ahora no ve los muertos, los feminicidios, las extorsiones, los robos; Indira no ve los secuestros ni los reclamos de la sociedad; Indira no responde a las preguntas de los medios de comunicación que requieren firmeza en sus palabras.
El gobierno del Estado es el instrumento por el que la gobernadora maneja su agenda política. Así como envía a trabajadores de confianza y sindicalizados en horario laboral a ayudarle a una proveedora para que envuelvan los paquetes de Coli-Becas Uniformes, de la misma forma utiliza a empleados para que hagan proselitismo a favor de Claudia Sheinbaum.
Adán Augusto López Hernández ya vino a Manzanillo y sus coordinadores en la entidad hicieron lo suyo, aunque no fue lo que el enamorado aspirante esperaba; si no fuera por la asistencia de los sindicalizados comandados por Martín Flores Castañeda el Pez Vela se vería vacío.
Vladimir Parra, quien coordina en Colima la campaña de Claudia Sheinbaum, no se habla con otra de las amigas de la “doctora” en Manzanillo. Gabriela Benavides Cobos, incluso antes que el porro agresor de mujeres, dio a conocer la visita de Shienbuam a Colima; días después el director de Ciapacov con licencia se llevó a los cínicos y sinvergüenzas diputados que, en horario laboral y contraviniendo los acuerdos de MORENA en el Consejo Nacional, acudieron a un evento de apoyo a una de las aspirantes a coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación.
Violando la ley, como se les ha hacho costumbre, ahí estaba el diputado Chikahuak Alfredo Álvarez, la convenenciera Kate Castillo, la generadora de odio Yommira Carrillo Barreto, Julio Cano, Glenda Ochoa y demás lacras que se arrodillan ante la gobernadora y López Obrador para mantener su hueso.
Circuló un mensaje de operadores del gobierno del Estado pidiéndole a trabajadores de confianza que acudan el domingo al evento de Claudia Sheinbaum con su familia; que a más tardar ese día les hagan llegar un documento Word con la lista de las personas que acudirán a respaldar a la ex jefa de Gobierno.
Y concluyeron el mensaje así: “Toda la gente que tenemos de confianza debe acudir junto con sus familias de ser posible, para que se vea un gran número de gente en el evento”.
El acarreo, como en el viejo PRI. Así es como los operadores del gobierno del Estado, como Vladimir Parra por su cuenta, tienen que asegurar la mayor cantidad de gente al evento del domingo, para que se vea que es mucho el pueblo que apoya a la “doctora” que quiere suceder a Andrés Manuel López Obrador.
Indira Vizcaíno tiene razón en estar preocupada: hoy por hoy se ve difícil que Claudia Sheinbaum gane la encuesta para coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación, teniendo más posibilidades de ganar Marcelo Ebrard o en el último de los casos Adán Augusto López Hernández.
Pero aun y cuando el dedo del presidente la beneficie a pesar de la falta de carisma, de su antipatía y de que es pésima en campaña, le será prácticamente imposible que le gane a quien seguramente ganará la candidatura del Frente Amplio por México: Xóchitl Gálvez Ruiz.