POR Jorge Octavio González
Indira Vizcaíno prefiere hacer el ridículo y grabar banalidades que enfrentar el problema de inseguridad.
Las últimas dos semanas ha habido demasiados feminicidios y la mandataria estatal reapareció en un video de TikTok enseñando los múltiples tatuajes que tiene en su cuerpo.
Ella puede hacer con su piel lo que se le dé la gana y marcarse el nombre de sus parejas; a lo que no tiene derecho es a burlarse de la sociedad y a ignorar a la gente que le comenzó a pedir cuentas sobre los asesinatos y la ola de violencia que se ha incrementado.
En su cuenta de Instagram, por ejemplo, uno de los hijos de la señora estadounidense secuestrada en Pueblo Nuevo, Villa de Álvarez, le dijo: “Deberías tatuarte el nombre de mi madre María del Carmen López y de todos los desaparecidos en Colima. Al cabo, qué tanto es uno más, ¿verdad?”
Para no hablar sobre la carnicería que había en Colima, la semana pasada cancelaron sus Diálogos por la Transformación; esta semana ya no pudo evadir más el tema, pero de igual manera decidió no hablar porque no quería que se opacara su evento principal.
Escuchó con molestia y enfado la pregunta sobre el tema de inseguridad, y cuando le tocó responder sencillamente se limitó a decir que ayer (lunes) habían tenido una conferencia con el vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad y que ahí se habló del asunto.
La gente quiere respuestas y quiere saber lo que va a hacer su gobernadora para resolver los problemas; a la sociedad le vale un comino si va a hacer un evento para festejar los 500 años de la fundación de Colima.
Veníamos de un asesinato afuera del Centro de Justicia Penal Federal, donde está el Complejo Administrativo y el Hospital Regional Universitario, cuando un juez de control dejaba en libertad a dos jóvenes no mayores de 25 años de edad; se había asesinado al asesor legal de uno de los ejecutados ese domingo; el propio Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Distrito decidió trabajar a distancia porque un sujeto sospechoso estaba merodeando por sus instalaciones.
También se había baleado una patrulla de la Policía Estatal de Colima y una mujer policía murió a consecuencia de los balazos; todo eso estaba sucediendo en la entidad y no había nadie del gobierno del Estado que saliera a informar sobre lo que estaba sucediendo.
Pero Indira Vizcaíno decidió ignorar a la gente y no aparecerse; en su lugar publicó un video enseñando los tatuajes en su cuerpo, lo que originó una cascada de memes y reclamos sobre su persona.
En la conferencia de ayer martes, en el Teatro Hidalgo, la gobernadora escuchó un cuestionamiento sobre el tema de inseguridad; en lugar de afrontar las consecuencias y enviar un mensaje de unidad y aliento a la población, determinó que ella no iba a hablar porque un día antes hubo una conferencia donde se habló de esos temas.
Qué impotencia que la prensa no cierre filas con el compañero que fue ignorado por la gobernadora; una lástima que parte de los medios agache la cabeza con tal de recibir contratos y sólo reproduzca la narrativa del gobierno del Estado.
Pero qué bueno que todavía hay en los medios y en las redes sociales gente valiente que no está dispuesta a claudicar en sus críticas y llegar hasta las últimas consecuencias.
Indira Vizcaíno puede decir lo que quiera y grabar los videos que se le dé la gana para no hablar sobre los temas importantes de Colima; lo que nunca va a poder desaparecer es el descontento de la sociedad y sus expresiones en todos los medios a su alcance para criticar las corruptelas de este régimen criminal y sangriento.
Y de una vez que se acostumbre: los reclamos van a subir de tono.