POR Jorge Octavio González
Pese a los años que ha vivido del erario, Jorge Luis Preciado Rodríguez no ha cambiado: sigue siendo el mismo vulgar y mezquino de siempre.
Tiene más dinero, más propiedades, más negocios, más hijos (reconocidos) y otra esposa, pero sigue siendo un oportunista de la política y el ejemplo de lo que no debe ser un servidor público.
En la elección de gobernador, cuando compitió contra José Ignacio Peralta Sánchez, tuvo la suerte de casi ganar la gubernatura, pero esa oportunidad desperdiciada no va a volver a repetirse nunca más.
Muchos menos ahora que se aventuró a participar para ser el candidato de la oposición a la presidencia de la República: si no pudo ganar la presidencia municipal de Manzanillo, ¿qué les hace pensar que puede ganar la presidencia de México?
Su forma de llamar la atención fue la peor: se puso a atacar a quien ha generado esperanza entre el pueblo mexicano que no veía a nadie que le pudiera hacer frente a los candidatos de Movimiento de Regeneración Nacional: Xóchitl Gálvez Ruiz.
La senadora, ciertamente, ha sido un fenómeno estas dos últimas semanas, cuando finalmente decidió participar en la contienda por la presidencia de la República, en medio de personajes que no entusiasmaban a la gente y que no por estar desilusionada del actual gobierno iban a dar su voto de confianza por ellos.
Hasta hace más de dos semanas, pues, en MORENA se peleaban a morir porque cualquiera que fuera el candidato que decidiera por dedazo López Obrador sería el seguro presidente de México.
Eso ya cambió con la llegada a escena de Xóchitl Gálvez, una mujer indígena que ha sido atacada con toda la saña y el aparato propagandístico del gobierno de la República con una misoginia, clasismo y racismo sin precedentes.
A ella, sin embargo, la atacó el borrachales Jorge Luis Preciado Rodríguez, un sujeto que se ha sabido vender entre los incautos que se dejaron sorprender por sus historias de la infancia y de cómo ascendió en la política a base de golpeteo ruin a los políticos del PRI con los que ahora se junta y camina de la mano.
Hace días, como cuando estaba en la elección para gobernador, salieron un par de comentaristas a destacar las supuestas cualidades de Preciado Rodríguez, haciendo hincapié en que no debían burlarse de sus aspiraciones porque podría dar una sorpresa.
Pero ahí quedó su campaña para posicionarse en medios: con un par de comentaristas a los que pagó buen dinero para que lo apoyaran en la campaña de gobernador.
Creer que las aspiraciones de Jorge Luis Preciado son una payasada no es sólo nuestra ni de los colimenses inteligentes que ya lo conocen, sino del propio Ciro Gómez Leyva que, en su noticiero en Radio Fórmula ayer lunes, dijo que, pese a ser buena persona con él, no tiene nada qué hacer en la contiende por la presidencia de la República y que el propio Jorge Luis lo sabía.
¿Qué es lo que intenta? Presionar a las dirigencias de los partidos para que le den alguna candidatura o una posición en la lista de diputados o senadores por la vía plurinominal.
El problema, sin embargo, es que su estrategia está equivocada: no es atacando a Xóchitl Gálvez como lo van a voltear a ver. Así no.
Y que se dé por bien servido por todos los años que ha vivido del erario, porque en el próximo proceso electoral en Colima no tendrá nada en el PAN: ya no tiene la influencia de antes y el relevo generacional vendrá a desbancarlo.
Al menos hizo el suficiente dinero para vivir cómodamente lo que le resta de vida.
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