POR Jorge Octavio González
Los hechos de violencia en Colima el pasado fin de semana son un elotazo en el hocico para el vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad de Colima, Javier Almazán Torres, que se atrevió a decir que “vamos por buen camino” en materia de seguridad porque los homicidios dolosos iban a la baja.
Empecemos por los sicarios que ingresaron a un negocio de maquinitas tragamonedas, en la calle Vicente Guerrero, en el municipio de Colima, y dispararon en contra de un joven y una mujer que estaban jugando en ese momento.
Horas más tarde circularon fotos con el joven tirado en un charco de sangre, con las maquinitas de fondo, y la mujer que sobrevivió con una cara de espanto y cubriéndose el abdomen, seguramente donde también recibió impactos de bala.
También sucedió una balacera en El Valle, en Villa de Álvarez, en donde un día llegaron delincuentes armados y dispararon en contra de varias personas, entre ellas como tres mujeres, que quedaron gravemente lesionadas.
Al día siguiente, sin embargo, cerca del mismo lugar volvió a haber otro ataque armado, en lo que algunos llamaron un remate para quienes quedaron vivos en el pasado ataque. La policía no quiso informar al respecto, por lo que es la vox populi la que está dominando la narrativa de los hechos de inseguridad.
Y lo más lamentable, porque ya ha ocurrido en otras ocasiones, fue el pleito entre dos mujeres que iniciaron en el bar Danza, a minutos de cerrar el lugar; quienes estuvieron presentes señalaron que gente de seguridad estaba tratando de sacar a las personas que estaban peleándose, pero que identificaron a un sujeto con pistola en mano afuera.
Luego de continuar el relajo al interior del bar, un sujeto al que identificaron como marino caminó hacia la pista de baile, sacó un arma larga y disparó al aire; en ese momento la gente comenzó a gritar más y se escabulleron, y el video que circuló se cortó.
La gente en los comentarios, que a veces sabe más de lo que sucede en dichos eventos, dijo que el que disparó no era marino, sino un miembro del crimen organizado, tal vez miembro de algún cártel del narco que, ciertamente, estaba actuando en el lugar con total impunidad, porque la policía jamás llegó ni detuvo al sujeto.
Si era un marino el que disparó, mal; sin embargo, si era un integrante de una organización criminal, peor, porque las balas que disparó pudieron haber alcanzado a una persona y no iba a haber consecuencias para el responsable, ya que no iba a poder ser identificado por nadie que estaba en el antro debido al miedo o a las amenazas.
Si se trataba de un marino la cosa es diferente: al quedar grabado en video, se puede corroborar quién era por la hora y el lugar en el que estaba; de tal manera que si hubiera algún lesionado podría ser acusado y enfrentar consecuencias legales.
El caso, pues, es que nadie supo decir de quién se trataba el sujeto enmascarado que disparó un arma larga en el bar. Y la cuestión es que tipos armados pueden recorrer todo el territorio colimense, llegar a antros e ingresar armados, a la espera de que haya algún problema o riña para actuar en consecuencia.
Así los hechos de violencia en Colima, donde la gobernadora Indira Vizcaíno dice que todo está bien y los homicidios van a la baja, de acuerdo a lo que declaró el vocero Javier Almazán Torres.
Un comentario sobre «Un sicario dispara su arma larga en un antro de Colima y no pasa nada»
Los comentarios están cerrados.