POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Indira Vizcaíno es una mujer que no guarda rencores: pese a que ordenaron asesinarla, ha mantenido la alianza con el CJNG, el grupo criminal que, de acuerdo a los cables confidenciales de la Secretaría de la Defensa Nacional hackeados por Guacamayas, protegen desde la Fiscalía General del Estado de Colima.
Y ahí están como ejemplo los golpes que le han dado al Cártel Independiente, primero con la detención de José Bernabé Meraz alias La Vaca, seguido de José de Jesús Herrera González alias El Cejón y, por último, el brazo armado y segundo de a bordo Carlos Miguel Mercado Meraz alias El Abulón.
La estructura de Los Mezcales, como se les llamó luego de que rompieron con su cártel de origen y se desató la masacre en el CERESO de Colima el pasado 25 de enero del 2022, quedó reducida considerablemente; con esto quien más se benefició fue el grupo criminal que, según los cables de la SEDENA, protege el mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez.
Indira Vizcaíno no es una mujer de rencores…al menos con los delincuentes que sí son capaces de ordenar su asesinato, como bien lo reveló en su oportunidad La Vaca, cuando reclamó al gobierno del Estado el ataque indiscriminado a sus casas de seguridad y no las del CJNG, pese a que estaban identificadas por la policía.
Aunque también ha sabido cumplir su palabra con los políticos que la llevaron al poder: José Ignacio Peralta Sánchez, el principal culpable del desastre financiero en la pasada administración, continúa en libertad y no ha sido citado por la Comisión de Responsabilidades del Congreso del Estado, presidido por el protector de criminales Armando Reyna, justo porque la orden que recibió de Indira Vizcaíno es mantener congelado el juicio político contra su principal benefactor.
Reyna Magaña, como el servil y cobarde que es, acató la instrucción y no ha integrado una investigación en contra de su ex patrón, al que desde la tribuna fustiga y maldice cuando fue de los más beneficiados de la pasada gestión gubernamental, con cargos públicos y concesiones de taxi que los mismos trabajadores del volante se han encargado de difundir.
Para confundir a la opinión pública, la mandataria ordenó a su desaliñado y atarantado Fiscal Anticorrupción, Mario Ochoa García, que le dieran trámite a la denuncia en contra del ex secretario de Planeación y Finanzas del gobierno anterior, aunque ni irá a la cárcel ni devolverá un solo peso de lo que dicen se robó. Fue pan y circo, como el concierto de Camila, que costó más de 4 millones de pesos por 80 minutos de canciones que bailaron Indira y su amiga Viri Valencia.
Los dos grupos de poder, el criminal y el político, gozan de cabal salud en el gobierno de Indira Vizcaíno. A los primeros ha sabido ayudarlos atacando al grupo enemigo; a los segundos les ha brindado impunidad. ¿Quién dice que Indira no cumple su palabra? Amor con amor se paga, ¿no?
Lástima que no actúa así con la gente que le dio su voto esperando que cambiaría la forma de hacer política en Colima; malo que no esté a la altura del histórico momento y que haya resultado una decepción como gobernadora.
A la sociedad en general, que no pertenece al crimen organizado ni a la cúpula política que gobierna Colima, sólo le queda sobrevivir con lo que tiene. Ellos no son importantes y no valen la pena para una mandataria que ha demostrado su incapacidad, su mediocridad, su indolencia y que ha seguido el camino de la corrupción, tal y como se lo enseñaron a la perfección sus maestros Rogelio Rueda Sánchez y José Ignacio Peralta.
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