CONCIERTO POLÍTICO

POR Bibiano Moreno Montes de Oca

Los morenacos de Colima ya miran hacia el 2024

Como si no fueran los responsables de la atroz violencia que actualmente azota a Colima y sus habitantes, unos más que otros –todos con el sello cuatrotero—, los dueños del partido de los nuevos ricos (Morena) ya se alistan para escoger los mejores cargos de elección popular que estarán en disputa en el 2024, sin ningún pudor ni cargo de conciencia; entre otros, el propio gobernador de facto en nuestra entidad, Arnoldo Vizcaíno Rodriguez, que buscará ir en primer lugar de la fórmula morenaca al Senado de la República. Pero como bien diría Jack el Destripador, vamos por partes.

La recién nombrada súper delegada de los programas sociales federales en el estado de Colima, Viridiana Valencia Vargas, no cambió de estatus por pura puntada, a pesar de ser sacada de su zona de confort: al ser ahora la responsable de los programas sociales, que en su momento Indira Vizcaíno Silva manejó de manera clientelar en su propio beneficio, ya no se conformará con la candidatura a la presidencia municipal de Tecomán, sino que sus miras son más altas, es decir, la tía ve hacia el Senado de la República. Desde ahí, si logra obtener el triunfo, cree que el siguiente paso será buscar la gubernatura del estado en el 2027.

La Viri Valencia no aspira a menos: sus dos subordinadas en el encargo que ahora tiene, Ana Karen Hernández Aceves y Karely Vazquez Solórzano, desde ahora se repartieron el territorio de los dos distritos federales electorales, de tal suerte que, mañosa y cínicamente, ya casi tienen su boleto para contender por sendos distritos federales en disputa en el 2024. El cargo local más importante a disputarse en ese año en Colima (aunque sea federal, tiene que ser alguien de aquí), aparte del de presidente de la República, es el de senador; por tanto, la jugada morenaca está muy clara con la inclusión de las tres féminas.

No está por demás insistir que, el hecho de que sean candidatas a tales cargos de elección popular, en automático no convierte en ganadoras a las impresentables Viridiana Valencia, Ana Karen Hernández y Karely Vázquez, cuya trayectoria en el servicio público está manchado y las hermana un denominador común: en su comportamiento personal son autoritarias, prepotentes, cínicas, por lo que suena increíble que, con lo lacras que son las tres, todavía tengan la desfachatez de querer ir de nuevo en busca del voto del pueblo, al que han tratado –cada una de ellas en su respectivo ámbito— peor que a parientes arrimados.

La hoy súper delegada federal ha tratado de lavarse un poco la cara con notas sobre su “trabajo” de diputada hechas a modo, tratando de presentar un rostro más humano, pero no hay que olvidar que si esa arpía a los propios diputados de la LX Legislatura local, con los que le tocó convivir por espacio de ocho meses, los trataba como a sus achichincles y les exigía sumisión absoluta, ¿qué no hará con los ancianos, los jóvenes, las madres solteras y todos esos sectores vulnerables a los que dizque se apoya desde un cargo federal de manera clientelar? Bien lo dice el refrán: aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Pero, atención, como bien se ha dicho, si el manejo clientelar le dio resultado a la hoy #GobernadoraAltozano para su proyecto político, ello se debió a factores que ya no van a incidir de nuevo. En su momento, Indira Vizcaíno contó con el apoyo de Gabriel García Hernández y de Julio Scherer Ibarra, operador estrella de amlo en la primera parte de su sexenio y poderoso director jurídico de la Presidencia, respectivamente; en consecuencia, la Viri Valencia no tendrá tras de sí todo el aparato que sí tuvo su jefa en su momento. Y algo más: el INE será más duro con los que usan los programas sociales de manera clientelar.

Lo único por definir será quién va en primero y quién en segundo lugar de la fórmula de Morena y compinches al Senado de la República, pues el viejo padre de la gobernadora, tratando de revivir viejas glorias, querrá asegurarse, por fin, una mullida curul de senador, pero Viridiana Valencia no piensa ceder un lugar seguro por uno lleno de incertidumbre. En todo caso, eso es cosa que se tendrá que dirimir en el estira y afloja que se dará entre los morenacos involucrados. Es más, imitando a la mafia siciliana a la que se nota que en Morena tanto admiran, podrían decir: “Esto es cosa nostra”.

Lo único que queda muy claro es la desmedida ambición política y económica de Arnoldo Vizcaíno: metió mano para la integración del chiquigabinete de vacilada de su hija (que más bien es una jijita), es mano en la treintena de delegaciones federales a repartirse en Colima (mayoritariamente, por supuesto, entre la caterva de vividores del grupo político Experiencia y Sabiduría, se entromete en la vida interna de agrupaciones sindicales, como la Sección 39 del SNTE y del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE) y, encima, anda entusiasmado por ser senador en el 2024.

Respecto a los 16 distritos locales electorales, así como los 10 ayuntamientos de que se compone Colima, bastante controversia habrán de causar, pues todos se van a creer merecedores al cargo en disputa, sin contar que para el Senado de la República y uno de los dos distritos federales electorales (además de la propia alcaldía porteña) la decisión final habrá de pasar por el escritorio de la reiterativa alcalde de Manzanillo, Gris Celda Martínez Martínez, a la que al menos se le debe reconocer su congruencia: es mazorquera, zafia, odiosa y ojetaza, es decir, no nos tiene que engañar como algo que no es.