POR Jorge Octavio González
¿La inseguridad no es un desastre en Colima?
No, respondió el vice fiscal de Procedimientos Penales de la Fiscalía General del Estado de Colima y vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad, Francisco Javier Almazán Torres.
En el lugar donde convocan a la prensa reinó un silencio sepulcral; nadie daba crédito a lo que acababan de escuchar de viva voz de quien vino a reemplazar al tenebroso y corrupto Gustavo Joya Cervera.
¿No es un desastre la inseguridad en Colima? ¿En serio? Apenas la semana pasada, en el municipio de Coquimatlán, una madre de familia denunció que un funcionario de Indira Vizcaíno amenazó a su esposo y a su hijo un martes, el miércoles intentó asesinar a su hijo y para el jueves intentaron lanzar una granada al negocio de su propiedad, intento fallido dado que le estalló en la cara el artefacto explosivo al sujeto enviado por el elemento del gobierno del Estado.
¿En serio no es un desastre la violencia en la entidad?
En Tecomán, por sólo poner un ejemplo, ya van tres masacres que se llevan a cabo en menos de dos meses. Uno fue cuando un sujeto que venía siendo perseguido llegó ante un grupo de ancianos y el sicario les disparó a todos sin misericordia; el segundo fue a tres jóvenes que estaban en una tienda en donde había maquinitas tragamonedas, y el último fue hace una semana, en donde de nueva cuenta el blanco de los criminales fueron unos ancianos que ni la debían ni la temían.
El alcalde Elías Lozano, un imbécil que ni siquiera tendría que aspirar a otro cargo de elección popular, no se ha pronunciado sobre esos hechos; sin embargo, tuvo el cinismo de salir con un comunicado en donde negaron el intento de secuestro de una menor de edad en una iglesia, sólo porque el delito no se alcanzó a concretar, cuando la propia declaración del sacerdote confirma que un sujeto que decía ser tío de la niña iba por ella y la niña, en descargo, dijo que no lo conocía. Sí había la intención del secuestro, pero éste no se llevó a cabo.
De nueva cuenta: ¿no hay un desastre por la ola de violencia que azota Colima día y noche?
Este mismo mes, por ejemplo, se han hallado cuerpos desmembrados de hombres y mujeres en diversos puntos de la entidad; algunos con todo el sello del crimen organizado. ¿Y aun así las autoridades se atreven a decir que en Colima las cosas están bien y que están trabajando para la seguridad de todos los colimenses?
Hay que ser demasiado caraduras o cínicos para afirmar semejante idiotez. No es cierto que Colima esté en paz, no es cierto que se pueda salir a caminar sin miedo, no es cierto que si sales a trabajar puedes tener la certeza de regresar a la casa con los tuyos; para nada Colima es como lo pintan las autoridades de procuración de justicia, mucho menos como lo dice la gobernadora Indira Vizcaíno, atrapada en su propio juego de incumplimiento de compromisos que asumió en la campaña electoral.
Con todo lo que está sucediendo en la entidad, todavía hay quienes, como los diputados locales, que son empleados de la gobernadora, dicen que la seguridad va bien, que los servicios de salud están en condiciones mejor que en Dinamarca y que hay empleo y prosperidad.
¿Quién ve eso? Sólo los levantadedos como el protector de asesinos de taxistas Armando Reyna, el plan B de Arnoldo Vizcaíno para la alcaldía de Manzanillo, Andrea Naranjo Alcaraz, el violento y borrachales Rubén Romo, así como las mitómanas y sinvergüenzas Kate Castillo y Yommira Carrillo Barreto.
Ellos son los únicos que sí han visto seguridad y prosperidad en sus bolsillos.
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