De acuerdo a un artículo publicado por la periodista Anabel Hernández, el pacto que Movimiento de Regeneración Nacional hizo con el Cártel de Sinaloa para hacer ganar a Rubén Moya Rocha en el 2021 sería replicado para alzarse con el triunfo al menos en Durango, Tamaulipas y Quintana Roo.
“No se puede llamar partido político ni gobierno, ni antes ni ahora, a quien para obtener el poder hace acuerdos con el crimen organizado entregando a los ciudadanos como reses al matadero”, remata la también escritora.
Aquí el texto completo de la autora de Las señoras del narco y Traidor sobre el narco-pacto que se aplicaría este domingo 5 de junio en las elecciones para renovar 6 gubernaturas, publicado en el portal DW:
Durante los comicios para ganar la gubernatura del estado de Sinaloa y algunas presidencias municipales, llevados a cabo en 2021, integrantes del partido oficial Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) hicieron un «narcopacto electoral» con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “El Chapito”, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera. Este, junto con sus hermanos “Los Chapitos”, comanda una de las facciones del Cartel de Sinaloa, así como con sus tíos, Aureliano y Miguel Ángel Guzmán Loera, también involucrados en narcotráfico.
Así lo afirman fuentes directas que conocen de primera mano los hechos y lo corroboran personas que han formado parte del equipo cercano del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quienes aseguran no desconoce ni desaprueba dicho acuerdo.
El propósito del acuerdo fue que los hijos y hermanos de «El Chapo” se sumaran a la bendición dada por Ismael Zambada García, el líder máximo del CS, y ayudaran a que Rubén Rocha Moya, candidato de MORENA-Partido Sinaloense (PAS), ganara la gubernatura de Sinaloa en los comicios llevados a cabo el 6 de junio de 2021, y que apoyaran a candidatos de la misma alianza en otras posiciones.
Con el fin de que la familia de «El Chapo” operara en la elección, se realizaron reuniones claves con morenistas: al menos dos con Iván, considerado líder de «Los Chapitos”, llevadas a cabo en Culiacán. Y al menos una con «El Guano” y «El Mudo”, llevada a cabo en La Tuna, Badiraguato, en la casa de Consuelo Loera, la mamá de Joaquín Guzmán Loera, a quien AMLO saludó personalmente en Badiraguato, Sinaloa, en 2020, durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19.
La condición de «Los Chapitos” y sus tíos para ayudar a MORENA fue que se frenara cualquier persecución y órdenes de captura con fines de extradición. Un año después AMLO ha pedido públicamente que el «Triángulo dorado”-como se conoce desde hace décadas al vértice formado entre Sinaloa, Durango y Chihuahua, donde han germinado los grupos de narcotraficantes más poderosos y sangrientos, y uno de los principales centros de producción mundial de heroína- sea ahora llamado «Triángulo de las personas buenas y trabajadoras”.
Fuentes de información que tuvieron datos precisos de esos acuerdos afirman que el narcopacto electoral se pondría en práctica de nuevo en las elecciones del domingo 5 de junio, en las que están en juego seis gubernaturas y sus respectivos ayuntamientos y congresos locales: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
Los acuerdos AMLO-narco podrían rastrearse desde el 2006
Desde 2019, en diversas entrevistas, y particularmente desde 2020 en este espacio de colaboración, en base a información puntual proveniente de fuentes que han sido testigos directos de los hechos, he venido narrando diversos eventos que revelan una convivencia y negociaciones entre el crimen organizado, particularmente el Cartel de Sinaloa, e integrantes y líderes del partido oficial MORENA, así como de personas que se dicen emisarias de AMLO, como Ricardo Peralta.
Tengo más de 17 años investigando las redes de corrupción entre políticos, gobierno y partidos políticos con el crimen organizado, la cual he podido documentar en los cuatro últimos gobiernos de México: Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, y ahora, en el de AMLO.
Tras el anuncio abierto de la política pública de «Abrazos no balazos” del gobierno de AMLO, y de diversas acciones específicas, de diputados de MORENA vinculados al crimen organizado, como Sergio Mayer, la extraña continuidad en los pagos millonarios a una empresa de «El Mayo” Zambada -dada a conocer en este espacio- así como la liberación de Ovidio Guzmán y el emblemático saludo del presidente a la mamá de «El Chapo” como mensaje de legitimación, me dí a la tarea de buscar las razones de esoos eventos.
De acuerdo a información que he obtenido en mis pesquisas, existe la sospecha de que el narcotráfico ha penetrado y operado en el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador desde su primera campaña presidencial, en el año 2006, cuando fue candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia. Existen expedientes abiertos que así lo refieren. Los presuntos viejos vínculos se habrían establecido con la entonces Federación, en la que aún estaban aglutinados: Cartel de Sinaloa, Cartel de Juárez y Cartel de los Beltrán Leyva, entre otros.
«Los Chapitos”, coordinadores narcoelectorales
Una de las reuniones encabezadas por Iván Guzmán se llevó a cabo en Culiacán, en los primeros meses de 2021, con Ricardo Peralta, quien fue subsecretario de Gobernación del Gobierno de AMLO hasta 2020, y quien se dice que sigue siendo operador del Gobierno federal de manera externa. A esa reunión habría acudido Peralta a nombre del gobierno de AMLO para pedir apoyo y ofrecer garantías.
En otra reunión, también llevada a cabo en Culiacán, «El Chapito”, con pistola en la cintura y protegido por un amplio grupo de personas armadas, giró instrucciones para que se grabaran y difundieran videos a través de plataformas de redes sociales para apoyar la candidatura de Rubén Rocha Moya. Los videos eran grabados por integrantes de grupos musicales famosos con influencia entre la población, muchos de ellos conocidos por cantar narcocorridos. «Los músicos con Rocha Moya” eran parte del plan propagandístico. En aquella reunión, la gente de Iván Guzmán ya había recibido playeras promocionales de la campaña de Rocha Moya.
Anuncios propagandísticos de campañas de candidatos de MORENA en Sinaloa llegaron a usar como fondo musical narcocorridos famosos en ese estado. Por ejemplo, la música del corrido «Javier De los Llanos”, del grupo Calibre 50, fue música que acompaño la campaña de José Paz López Elenes, entonces candidato de MORENA-PAS a la presidencia de Badiraguato, y actual Alcalde.
En abril de 2021, el propio Rocha Moya grabó un video, el cual aún circula en Facebook, agradeciendo el apoyo de los músicos a su campaña.
Desde 2014, Iván Guzmán tiene una orden de aprehensión vigente por narcotráfico girada por una corte federal de California, y a fines del 2021, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo puso en la lista de los «más buscados” y ofrece una recompensa de 5 millones de dólares a quien ayude a su captura.
En los comicios de Sinaloa, de común acuerdo con MORENA, «El Chapito” giró instrucciones y ordenó acciones narcoelectorales: coordinó operativos violentos en Badiraguato contra la candidata del PRI a la presidencia municipal, Guadalupe Iribe, con el fin de favorecer a José Paz López Elenes, candidato de MORENA- PAS, quien resultó vencedor.
Iván también movilizó gente para promover el voto y repartir dádivas al electorado, y con intimidación contrarrestó la operación similar que otros de los candidatos contrarios estuvieran llevando a cabo.
El acuerdo de La Tuna
Como la facción de «El Chapo” en el CS quedó a su vez dividida entre sus hijos y sus hermanos, representantes de MORENA organizaron un encuentro separado con Aureliano y Miguel Angel Guzmán Loera, hermanos de «El Chapo” mejor conocidos como «El Guano” y «el Mudo”.
Desde 2019, «El Guano” tiene una orden de aprehensión girada por una Corte Federal de Arizona en la que se le imputan seis cargos de tráfico y distribución de heroína, fentalino, marihuana y cocaína, que trafica usando principalmente el estado de Sonora como punto de cruce. Sonora es un Estado el en que también estaba en disputa la gubernatura en las elecciones de 2021, en las cuales ganó el candidato de MORENA, Alfonso Durazo.
«El Mudo” fue sentenciado por narcotráfico a 11 años de prisión en México, y luego de cumplir su condena fue puesto en libertad en 2017.
La reunión se llevó a cabo en La Tuna, Badiraguato, en la casa de Consuelo Loera, mamá de «El Chapo”. Estuvo presente directamente José Paz López Elenes, así como operadores electorales.
Miguel Ángel iba vestido con jeans, camisa fajada, y portaba elegantes zapatos de vestir y una llamativa pluma Mont Blanc. Su hermano iba con traje de camuflaje. En torno había un cerco de hombres armados y López Elenes sostuvo conversaciones con ellos a puerta cerrada.
A la par de los encuentros con «El Mudo” y «El Guano”, la propiedad de la mamá de «El Chapo” sirvió como escenario de un evento de campaña López Elenes.
Se afirma que, de los dos hermanos, el que a veces se sale del redil y quiere hacer acuerdos con otros actores políticos es «El Mudo”.
En aquel momento del pacto con la familia de «El Chapo” el delegado enviado por MORENA a Sinaloa para el proceso electoral fue el entonces senador Américo Villarreal, actual candidato de ese partido a la gubernatura de Tamaulipas. Se afirma que él tenía conocimiento de esos pactos y estaba de acuerdo. Es amigo personal de Rocha Moya.
En las elecciones de Sinaloa «Los Américos”, como le decían a Américo Villarreal y su equipo, tenían trato preferencial sobre otras estructuras de MORENA en el estado. Presumían que daban apoyo económico a la campaña de Rocha Moya y que tenían instrucciones específicas del centro.
Al final MORENA venció en la elección de gobernador y en la mayoría de los municipios.
Modelo «Sinaloa” en elección del próximo domingo
El ‘modelo exitoso’ que operó en Sinaloa en las pasadas elecciones -me aseguran fuentes de información directa- se habría puesto en operación en las elecciones que se llevarán a cabo el domingo 5 de junio. Se afirma que al menos se aplicaría en tres de las seis gubernaturas en disputa: Durango, Tamaulipas y Quintana Roo.
En Durango, para el Cartel de Sinaloa es imprescindible mantener la hegemonía territorial, por ser parte clave del Triángulo Dorado, centro de producción, almacenamiento y tráfico de droga.
Quintana Roo es un punto clave de tráfico de droga proveniente de Sudamérica. Por muchos años estuvo bajo el control del CS pero tras la incursión del Cartel del Golfo, Los Zetas, y, más recientemente, el Cartel Jalisco Nueva Generación, esa hegemonía se ha fraccionado. Recuperarla sería una ventaja en los negocios internacionales del tráfico de drogas.
Por otra parte, Tamaulipas ha sido un bastión que el Cartel de Sinaloa nunca ha tenido. Ha luchado por desplazar allí al Cartel del Golfo, y luego su brazo armado, Los Zetas, desde hace 20 años en una guerra sangrienta. Pero, pese a la ayuda militar y policiaca de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, no lo ha logrado, porque gobiernos locales han apoyado históricamente al CG.
Si el CS tuviera hegemonía en Tamaulipas, por primera vez en su historia criminal podría controlar los cuatro estados fronterizos más importantes para el tráfico de droga a Estados Unidos: Baja California, Sonora y Chihuahua, en los cuales tiene hegemonía.
No existen los ‘buenos samaritanos’, existen los intereses
AMLO, ingeniosamente, a diferencia de sus antecesores, ha disfrazado los pactos con el narcotráfico bajo el manto propagandístico del «buen samaritano”. Mientras Felipe Calderón hablaba de «guerra contra el narcotráfico” y protegía al Cartel de Sinaloa y asociados, AMLO enarbola la no acción -llámese protección- al CS, bajo la justificación del ‘buen pastor’, que cuida incluso de las ovejas negras, para así manipular los cientos de años de dogma católico impuesto en México por la colonia española, y que prevalece hasta ahora.
Pero, al contrario del «buen samaritano”, que actúa sin esperar nada, AMLO y Morena sí exigen algo a cambio de no combatir a las organizaciones criminales, como el Cartel de Sinaloa ,y otras organizaciones dedicadas a extorsión y huachicoleo: exigen a cambio ayuda financiera y operativa para ampliar su hegemonía política en el país. Al menos así lo muestra el modelo que operó en Sinaloa.
Mientras de manera cíclica, sexenio tras sexenio, se sigan llevando a cabo los pactos entre los partidos y gobernantes en el poder con el crimen organizado, decenas de miles de personas seguirán desapareciendo en México, decenas de miles seguirán siendo ejecutados, extorsionados, secuestrados, explotados y traficados.
No se puede llamar partido político ni gobierno, ni antes ni ahora, a quien para obtener el poder hace acuerdos con el crimen organizado entregando a los ciudadanos como reses al matadero.