Las dos muertes de Viridiana

El 18 de mayo del 2019 fue la última vez que se vio a Viridiana Tapia Cárdena; iba saliendo de un domicilio en la colonia Nuevo Milenio. Nunca más la volvieron a ver. El 7 de junio del mismo año es hallada. Muerta. Sin saber las razones de su muerte: ¿asesinato, accidente? Nadie sabe. La Fiscalía General del Estado recaba toda la información sobre ella. Blanca Estela Cárdenas, madre de Viridiana, recibe la llamada: “hemos encontrado a su hija; está en la fosa común de Coquimatlán”. La fecha de la noticia: 22 de abril del 2022. Como lo lee: ¡22 de abril del año 2022!

Tres años transcurrieron desde que se reportó la desaparición hasta que le fue notificado el hallazgo a la madre de la joven. Insensibles, desde luego, los funcionarios de la FGE del sexenio pasado, que para el día que presentaron la denuncia formal ya tenían el cuerpo de Viridiana en la fosa común; más indolente el ahora titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, Héctor Peña Meza, que fue el que, queriendo ser el héroe de la película, le hizo del conocimiento a Blanca Estela que su hija estaba en su poder y que cuando quisiera la podría ir a recoger.

Peña Meza llamó; Blanca Estela contestó. Recibió la llamada; captó el mensaje. Las palabras le calaron hasta lo más profundo de su alma. Viridiana, su pequeña Viri, había sido encontrada. Muerta, pero por fin está su cuerpo. Por fin podrá tener cristiana sepultura. Las palabras del fiscal, que no quiso hacerse responsable de lo que hicieron sus antecesores porque él llegó apenan en noviembre del año pasado, se escuchaban a lo lejos, como cuando se baja el volumen de la televisión y se enfoca en algo más importante. Así Blanca Estela: mientras recibía la noticia, ¿qué era lo que pensaba?

El 13 de agosto de 2021, dos años después de la desaparición de Viridiana Tapia, escribió en las redes sociales: “𝘏𝘪𝘫𝘢 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘢ú𝘯 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘻𝘢𝘥𝘢 𝘵𝘶 𝘢𝘶𝘴𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘮𝘦 𝘮𝘢𝘵𝘢 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘴 𝘺𝘢 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘮á𝘴 𝘥𝘦 2 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘴é 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘢𝘩𝘩𝘩𝘩𝘩”. 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘢 𝘧𝘦𝘤𝘩𝘢, 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘺𝘢𝘤í𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘴𝘢 𝘤𝘰𝘮ú𝘯, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘤𝘩𝘰, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘧á𝘤𝘪𝘭 𝘴𝘦 𝘵𝘪𝘳𝘢 𝘢𝘭 𝘱𝘰𝘻𝘰. 𝘚𝘪𝘨𝘶𝘪ó 𝘉𝘭𝘢𝘯𝘤𝘢 𝘌𝘴𝘵𝘦𝘭𝘢: “𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘢 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘮𝘶𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘷𝘦𝘯 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘦ñ𝘰 𝘳𝘦𝘷𝘦𝘭𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘮í𝘰 𝘵𝘶 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘷𝘦𝘴 𝘢𝘱𝘪𝘢𝘥𝘢𝘵𝘦. 𝘋𝘦 𝘮𝘪 𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘪𝘥𝘰 𝘢𝘭𝘢 𝘊𝘰𝘮𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘺 𝘤𝘰𝘭𝘦𝘤𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘺𝘶𝘥𝘦𝘯 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘢 𝘮𝘐 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘛𝘢𝘱𝘪𝘢 𝘊á𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪𝘥𝘢 𝘦𝘯 𝘊𝘰𝘭𝘪𝘮𝘢 𝘦𝘭 18 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘺𝘰 2019. 𝘕𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘢𝘯𝘴𝘢𝘳é 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘳𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘢𝘯 𝘮𝘪 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘩𝘰𝘺 𝘱𝘰𝘳 𝘮𝘪 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘵𝘪”.

En agosto de 2021, sin embargo, qué sucedía en Colima. La Fiscalía General del Estado confirmó que dos policías de Manzanillo estaban detenidos por el secuestro y asesinato de una joven. Así como lo leen: dos policías de Manzanillo. ¿Tenía que confiar la madre de Viri en las autoridades si, como se desprende de la información, las mismas autoridades, con placa y uniforme, secuestran y asesinan a jovencitas de la edad de su hija?

El peregrinar continuó. 7 de septiembre 2021: “𝘏𝘰𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘵é 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘨𝘢𝘣𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘣𝘢 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘴𝘢𝘥𝘪𝘭𝘭𝘢 𝘺 𝘥𝘪𝘫𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘵𝘶 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳 𝘺 𝘢𝘤𝘢𝘣𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘴𝘶𝘦ñ𝘰𝘴 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘢 𝘴𝘦𝘢 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘺 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘳𝘳𝘢𝘴𝘵𝘳𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘢 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘺 𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘵𝘢𝘫𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘈𝘮𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘴 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘱𝘦𝘥𝘢𝘻𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳 𝘱𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘮𝘪𝘰 𝘵𝘶 𝘲𝘶é 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘷𝘦𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘦ñ𝘰 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦 𝘯𝘪 𝘲𝘶𝘪é𝘯 𝘧𝘶𝘦”. No es difícil adivinar que Blanca Estela, en esos momentos, lloraba; que sus lágrimas rodaban por sus mejillas mientras, desde su computadora o celular, escribía cada palabra. El dolor se percibe. El sueño habla de destrucción; en el fondo sabía que su hija estaba muerta.

Añadió: “𝘏𝘪𝘫𝘢 𝘋ó𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵á𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘦ñ𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵ú 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘪𝘮𝘦 𝘢𝘺𝘦𝘳 𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘦 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘢𝘧𝘶𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘺 𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘴𝘵𝘦 𝘢𝘩í 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳é 𝘺𝘢 𝘭𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘢𝘯𝘴𝘢𝘳é 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘈𝘭𝘮𝘢 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦”. Era septiembre de 2021. Se presentaban 90 casos positivos de COVID y 12 decesos; el virus seguía matando a los seres humanos. Pero eso a Blanca Estela Cárdenas no le importaba; ella salía a buscar a su hija. Seguía en la búsqueda; no se iba a dar por vencida. Ni por el virus ni por nada.

El 27 de octubre de 2021, Blanca Estela vuelve e escribir, en primera persona, como si fuera su hija: “𝘔𝘪 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘴 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘛𝘢𝘱𝘪𝘢 𝘊á𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴. 18 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘺𝘰 𝘥𝘦𝘭 2019. 𝘌𝘯 𝘊𝘰𝘭𝘪𝘮𝘢, 𝘊𝘰𝘭. 𝘋𝘦𝘴𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤í 𝘢ú𝘯 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘢 𝘮𝘪 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘦 2 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴 𝘔𝘪𝘤𝘩𝘦𝘭 𝘺 𝘈𝘭𝘰𝘯𝘴𝘰 𝘺 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴. 𝘋𝘦𝘴𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤í 𝘔𝘪 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘺𝘢 𝘴𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪ó 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘳 𝘺 𝘢𝘣𝘳𝘢𝘻𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘢 𝘮𝘪 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘺 𝘮𝘪𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴 𝘧𝘢𝘮”. “Mi madre ya se perdió en el tiempo”, dice la propia Estela Cárdenas. El tiempo transcurre lento, como si cada minuto pesara sobre los hombros de quienes aspiran a encontrar una respuesta sin importar cómo sea.

Continúa Blanca Estela, como si fuera Viridiana: “𝘈 𝘮í 𝘮𝘦 𝘳𝘰𝘮𝘱𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘮𝘪𝘴 𝘪𝘭𝘶𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘢 𝘮𝘪 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘺 𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘣𝘦𝘣é𝘴 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘈𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘶𝘧𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘮𝘣𝘰𝘴 𝘮𝘪 𝘢𝘶𝘴𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘰 𝘴𝘶𝘱𝘭𝘦 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘯𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘰𝘯𝘢 𝘺 𝘭𝘰𝘴 𝘥í𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘯 𝘺 𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘵𝘳𝘢𝘦𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘨𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘢𝘭𝘥𝘢 𝘢𝘴í 𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘮𝘪 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘴𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘥ó 𝘦𝘯 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘢 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘷𝘪𝘰, 𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘮í𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳é𝘴𝘢𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘪 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴 𝘺 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢. 𝘊𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘺 𝘈𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴”.

El único refugio: escribir. La madre de Viridiana escribe; ella sólo teclea y pulsa lo que siente. Lo que sale es del alma, no importa si se le va una letra, un signo de puntuación, una coma o cualquier error gramatical. Para una madre que busca a su hija esas cosas no importan; al final habrá más de uno que entienda el mensaje y empatice. Y sí: en las redes sociales hay gente que vive el mismo dolor; personas que envían palabras calurosas porque saben lo que se siente estar en esa situación. Escribir, escribir.

12 de noviembre de 2021. Se acerca el fin de año. Un año más sin Viridiana. Un año más de búsqueda. Dice: “𝘋𝘦𝘤𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘮𝘪 𝘯𝘪ñ𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘢, 𝘦𝘴 𝘮á𝘴 𝘮𝘪 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳. 𝘈𝘲𝘶𝘦𝘭 𝘥í𝘢 18 𝘥𝘦 𝘔𝘢𝘺𝘰 𝘥𝘦𝘭 2019 𝘭𝘰 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰 𝘮𝘦 𝘵𝘰𝘳𝘵𝘶𝘳𝘢 𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘮𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳𝘭𝘰 𝘋ó𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵á𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘩𝘪𝘤𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘔𝘪 𝘮𝘰𝘳𝘦𝘯𝘪𝘵𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘢 𝘵𝘶 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘵𝘶𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴 𝘵𝘶𝘴 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘵𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘥𝘦𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦”.

No se detiene. El tiempo jamás se detiene. Transcurre lento para ella; transcurre más pesado que para los demás. Pero el tiempo pasa. Con Viridiana. Sin Viridiana. Pasa.

Sigue Blanca Estela: “𝘫𝘢𝘮𝘢𝘻 𝘮𝘦 𝘤𝘢𝘯𝘴𝘢𝘳é 𝘥𝘦 𝘈𝘤𝘭𝘢𝘮𝘢𝘳 𝘢 𝘮𝘪 𝘋𝘪𝘰𝘴 , 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘰 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘥ó𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵á𝘴 𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘰 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘵𝘶𝘷𝘰 𝘦𝘭 𝘷𝘢𝘭𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘱𝘦𝘥𝘢𝘻𝘰𝘴 𝘵𝘶 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘵𝘶𝘴 𝘴𝘶𝘦ñ𝘰𝘴 𝘺 𝘴𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘷ó 𝘭𝘰𝘴 𝘮í𝘰𝘴 𝘢𝘳𝘳𝘢𝘴𝘵𝘳á𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘢𝘯𝘻𝘢𝘳𝘦 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘛𝘢𝘱𝘪𝘢 𝘊á𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪ó 𝘢𝘲𝘶í 𝘦𝘯 𝘊𝘰𝘭𝘪𝘮𝘢 ,,𝘊𝘰𝘭 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 , 𝘈𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘯𝘰 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘩𝘰𝘺 𝘯𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘺 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘵𝘶 𝘯𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘳á𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘢𝘺ú𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘢 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘪 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘮𝘪𝘭 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘣𝘦𝘯𝘥𝘪𝘨𝘢 𝘢 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘶𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘴𝘵𝘦𝘥𝘦𝘴”.

Llegó diciembre. 2021. El cuerpo de Viridiana seguía en la fosa común. Sus huesos estaban desprendidos de piel, de carne, de sangre; ya sólo eran huesos. Ya no había sonrisa. No había llanto. No había rostro. No había nada. Estaba a punto de ser Navidad. Días de fiesta. De festejar. ¿A quién? Para Blanca Estela no era día de festejar; era día de seguir buscando a su hija. Aunque la vida se le vaya en eso.

4 de diciembre de 2021: “𝘘𝘶𝘦 𝘭𝘦 𝘩𝘪𝘤𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘢 𝘮𝘪 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵á 𝘭𝘰𝘴 𝘥í𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘩𝘰𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘳𝘨𝘢𝘴 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭 𝘥í𝘢 𝘴𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘥ó 𝘦𝘯 𝘮𝘪 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘨𝘢𝘳𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘭 𝘈𝘭𝘮𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘥í𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘮𝘪 𝘯𝘪ñ𝘢 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘛𝘢𝘱𝘪𝘢 𝘊á𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵á𝘴 𝘮𝘪 𝘯𝘪ñ𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘥𝘦𝘯𝘮𝘦 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘦𝘴𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘲𝘶𝘪é𝘯 𝘧𝘶𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘩𝘪𝘫𝘢 𝘮í𝘢 18 𝘥𝘦 𝘔𝘢𝘺𝘰 𝘥𝘦𝘭 2019 .𝘊𝘰𝘭𝘪𝘮𝘢 𝘵𝘶 𝘴𝘪 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘈𝘮𝘪𝘨𝘰, 𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘪𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘢𝘯 𝘮𝘪 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘩𝘰𝘺 𝘱𝘰𝘳 𝘮𝘪 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘵𝘪 .𝘛𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘵𝘦 𝘈𝘮𝘰 𝘵𝘶 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 , 𝘵𝘶𝘴 𝘣𝘦𝘣é𝘴 𝘳𝘰𝘨𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦”.

Blanca Estela desaparece lo que resta del 2021. No hay señales de ella. No al menos en las redes sociales, donde escribía el dolor que sentía por no tener a su hija, que dejó a sus nietos desamparados, extrañándola. No hay señales. Muchos piensan lo peor. Es probable, en esas circunstancias, tener pensamientos suicidas. Pero no. Todavía existe la esperanza de poder volver a verla; todavía están sus nietos, que ahora dependen de ella. No puede dejarlos solos.

En noviembre de 2021 llegó un nuevo gobierno. Se decían diferentes, honestos, que no iban a hacer lo que los de antes. En febrero el titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, Héctor Peña Meza, ya sabía que uno de los cuerpos en la fosa común era Viridiana Tapia Cárdenas. Estaba completamente seguro. Ya lo sabía, pero se guardó la información.

Para el 23 de febrero 2022, Blanca Estela reaparece en las redes sociales con un mensaje demoledor: “𝘊ó𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘤𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘢 𝘵𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘤í𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴. 𝘘𝘶𝘦 𝘣𝘰𝘯𝘪𝘵𝘰 𝘴𝘦𝘳í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘭 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘺 𝘷𝘪𝘯𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴, 𝘺 𝘮𝘦 𝘥𝘪𝘫𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘤𝘶á𝘯𝘵𝘰 𝘮𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘴 𝘺 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘤𝘶á𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘦 𝘈𝘮𝘰 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘺 𝘣𝘦𝘴𝘢𝘳 𝘵𝘶 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘰 𝘳𝘰𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘺 𝘺𝘰𝘳𝘢𝘳 𝘢 𝘵𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘧𝘢𝘭𝘵ó 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘤𝘶á𝘯𝘵𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘈𝘮𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘝𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘛𝘢𝘱𝘪𝘢 𝘊á𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴”.

Hay que recordar: para esa fecha, Héctor Peña Meza ya tenía identificada sin lugar a dudas a Viridiana Tapia Cárdenas. Sin duda alguna. Blanca Estela siguió con su dolor: “𝘌𝘯 𝘮𝘪 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦, 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳á𝘴 𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘯𝘪ñ𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘢, 𝘴𝘪 𝘢𝘭𝘨ú𝘯 𝘥í𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘵𝘶𝘴 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘵𝘦 𝘥𝘪𝘳á𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘦 𝘥𝘪 𝘱𝘰𝘳 𝘷𝘦𝘯𝘤𝘪𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘭 ú𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘥í𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘺 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘵𝘶 𝘢𝘶𝘴𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘺 𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮á𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪 . 𝘠 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘱𝘦𝘥í 𝘢 𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘺 𝘢𝘤𝘭𝘢𝘮𝘦 𝘵𝘶 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘥𝘪𝘳𝘮𝘦 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘺 𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘣𝘦𝘯𝘥𝘪𝘤𝘪ó𝘯 𝘺 𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘷𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘮𝘪 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘵𝘢𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰.”

Sólo alguien desalmado, indolente, no sentiría nada al leer esas palabras. Pero Héctor Peña Meza ya sabía que la hija de Blanca Estela estaba en la fosa común. Ya lo sabía. Las lágrimas, el dolor, la incertidumbre, la desesperación, nada de eso conmovió a las autoridades de la Fiscalía General del Estado. Increíble.

Concluyó Blanca Estela: “𝘏𝘪𝘫𝘢 𝘵𝘦 𝘈𝘮𝘰 𝘺 𝘯𝘰 𝘵𝘦 𝘣𝘰𝘳𝘳𝘢𝘳é 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘫𝘢𝘮𝘢𝘻 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘦𝘭 𝘥í𝘢 18 𝘥𝘦 𝘔𝘢𝘺𝘰 𝘥𝘦𝘭 2019. 𝘘𝘶𝘦 𝘺𝘢 𝘯𝘰 𝘷𝘰𝘭𝘷í 𝘢 𝘷𝘦𝘳 𝘵𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘵𝘶 𝘣𝘦𝘭𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘴𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘱𝘦𝘵𝘰 𝘮𝘪 𝘧𝘦 𝘮𝘦 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘴𝘺 𝘦𝘯 𝘮𝘪 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘰𝘳𝘪𝘳𝘢 𝘵𝘶 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘲𝘶𝘪é𝘯 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦𝘴 𝘮𝘪𝘴 𝘱𝘶𝘣𝘭𝘪𝘤𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘵𝘪 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘮𝘦 𝘥ó𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘴𝘵𝘦. 𝘠𝘢 𝘥𝘦𝘫𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘯 𝘵𝘰𝘳𝘵𝘶𝘳𝘢𝘳 𝘮𝘪 𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘮𝘪 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘩𝘰𝘺 𝘱𝘰𝘳 𝘮𝘪 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘵𝘪”.

La mamá de Viridiana sabía que alguien leía sus publicaciones. No sólo las personas que comparten el mismo dolor y la misma pérdida; se refería a gente externa, en especial la que posiblemente se llevó a su hija. ¿O a las autoridades? ¿Ellos monitorean lo que dicen en las redes? Se supone que sí: hay gente a la que se le paga por ello. ¿Por qué, entonces, no decirle que tenían a su hija en la fosa común? ¿Por qué? ¿Por qué dejar pasar tanto tiempo?

Héctor Peña Meza, el titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, continuaba hablando con Blanca Estela por teléfono. Le dijo todo el guion que se había aprendido de memoria para quedar bien con la señora; cada palabra, cada frase, hasta el tono de voz. Esperaba, del otro lado de la línea, el agradecimiento, los aplausos, para el héroe que le comunicó que ya no tendría que peregrinar más.

Concluyó su perorata. Héctor Peña Meza dejó de hablar, esperando la respuesta de la señora.

Blanca Estela, sin embargo, no había escuchado nada; sólo recordó el dolor, la rabia, la desesperación de todos estos años buscando a alguien que ya estaba en la fosa común tres años después de que la tiraron como basura. No podía creer que el funcionario que tenía al teléfono le estuviera diciendo todo eso y que, lo peor, esperara que lo felicitaran. ¿De qué?

Tres años no se van a borrar con comunicar el hallazgo del cuerpo de su hija. Viridiana Tapia Cárdenas deberá ser enterrada, pero después tendrán que hacerle justicia. Y eso comienza por encarcelar a quienes fueron negligentes y nunca dijeron que el cuerpo de la joven de 24 años de edad había sido localizado desde el 7 de junio de 2019.

¿Eso quién lo paga? ¿Cómo se recuperan tres años?