POR Bibiano Moreno Montes de Oca
Con miras a las elecciones del 2024, el partido de los nuevos ricos de Colima ya cuenta prácticamente con la mayoría de las cartas con las que jugará por las alcaldías, sobre todo las cuatro más importantes y apetecibles por su presupuesto y por su población. Por supuesto, sobra decir que entre sus filas de aspirantes a cargos de elección popular el próximo año, los morenacos cuentan con una gama de potencias intelectuales, faros de luz, chuchas cuereras y demás fauna, que a las campañas por venir le habrán de poner sabor al caldo.
Comienzo con Colima, que es la capital del estado. Así, descartada la desinflada regidora Gisela Irene Reynoso Méndez, que valió lo que se le unta al queso en la elección del 2021, cuando se creyó muy sabrosa, miraba por encima del hombro y escupía por un colmillo, hoy la favorita del indirato es la súper delegada federal del Bienestar en la entidad, la impresentable Viridiana Valencia Vargas, que a todos los programas sociales les da el mismo manejo clientelar que, en su oportunidad, les dio con fe y entusiasmo Indira Vizcaíno Silva.
La súper delegada es una inútil que no tiene ninguna capacidad ni mérito para estar al frente del cargo, salvo ser amiga íntima de la Gobernadora Altozano, lo que le permite ciertas confiancitas con una población que es ofendida cada vez que aparece escenificando en público alguna estupidez. Aunque la payasada de Bombón, Burbuja y Bellota le valió innumerables críticas por su falta de respeto a los que han perdido familiares a causa de la desbordada violencia que azota a Colima por la falta de compromisos cumplidos con el crimen organizado, con el que se pactó en campaña, la perversidad de la Viri no conoce límites.
Sin que sean exhibidos públicamente, porque contraviene la confidencialidad de los programas sociales, hay gente cercana al poder (en este caso, al Gobierno del Estado, que es uña y mugre con el Federal en este momento) que ha obtenido listas con los nombres de los beneficiarios de los apoyos económicos que ofrece la Federación, sobre todo en el caso específico de la pensión de 65 y más. Los nombres de esos beneficiarios circulan de mano en mano como si hubieran cometido algún delito, cuando no hay duda que todos ellos cumplieron con los requisitos para recibir esa dádiva.
¿Cuál es el delito de algunas de esas personas? No pertenecer ni simpatizar a la secta de Morena, pero que cumplen con lo requerido para beneficiarse: mexicanos de nacimiento y con los 65 años cumplidos. ¿Quién tiene la base de datos de los beneficiarios del programa de 65 y más? La súper delegada Viridiana. Así, pues, la perversa mujer no sólo exhibe entre su círculo a los beneficiarios, sino que los estigmatiza al colocarlos como enemigos de la 4T, cuando los recursos no son de este gobierno, sino de todos los mexicanos que pagamos impuestos. O sea: el dinero no es de amlo; tampoco es de la chafa súper delegada Viridiana.
En Manzanillo hay Plan A y Plan B, según se pongan las cosas. La inútil directora del DIF estatal, Rosa María Bayardo Cabrera, no levanta las simpatías entre los manzanillenses ni con grúa portuaria. Como es la otra amiga íntima de la Indi, el indirato le está echando todos los kilos para que aguante, aunque está claro que es misión imposible. Por tanto, al relevo podría entrar la traidora diputada ruedista (hechura del maestro de la traición, el “honesto” notario Rogelio Humberto Rueda Sánchez, alias Ruedita/El Chatillo) Andrea Naranjo Alcaraz, que por lo menos sabe mover mejor el abanico por sus años previos de aprendizaje priista.
A esos planes se opondrá la reiterativa y mazorquera presidenta municipal de Manzanillo, Gris Celda Martínez Martínez, que en las alforjas trae a su secretaria y a su tesorero del Ayuntamiento porteño, la desacreditada y poco confiable Martha María Zepeda del Toro y Eduardo Camarena, respectivamente, impresentables por donde quiera que se les vea. El agarrón entre los mismos cuatroteros será de pronóstico reservado, pero eso a los manzanillenses les debe tener sin cuidado, pues ya habrá mejores opciones que no tengan nada que ver con la secta Morena, que definitivamente ya perdió su oportunidad en el puerto colimense.
En Tecomán parece que se cierne una maldición sobre los tecomenses, pues para donde se hagan no hay nadie que se salve, ya sea en Morena o en otros partidos. El impresentable diputado Armando Reyna Magaña había sido placeado por el gobernador de facto, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, que lo impulsó en primera instancia. Más tarde apareció el oportunista Óscar Ávalos Verdugo, que dejó muy entusiasmado al indirato con su participación en las instalaciones de la Feria de Colima, donde hasta su novia fue oradora principal en un acto de apoyo político a la diminuta Indira Vizcaíno Silva.
La ambición y oportunismo del egocéntrico Óscar Ávalos Verdugo ha hecho que se imponga para ser presidente del PRI municipal de Tecomán, donde tiene doble propósito: si no puede ser alcalde por Morena o la Alianza PRI-PAN-PRD, hará candidata a su novia, ya sea por la misma Alianza o por Morena. Al parecer, esta pareja no tiene partido aborrecido: simplemente va a lo suyo. Y, claro, en medio queda el también impresentable diputado Rigoberto García Negrete, que ya se ha gastado sus buenos centavos en promover una candidatura que sería toda una desgracia. En cuanto al alcalde del lugar, Elías el Gusano de Queso Lozano, se reconoce que trabajó duro para darle en la madre a su partido.
En Villa de Álvarez está más que cantada la candidatura del porro y agresor de mujeres Vladimir Parra Barragán, quien desde la Ciapacov maniobra (soltando lana a diestra y siniestra) para resultar ser el favorecido, si bien es cierto que el impresentable regidor villalvarense Guillermo Toscano Reyes hace su mejor esfuerzo en la dirigencia estatal de Morena, desde donde ha fortalecido los lazos con esa vergüenza de los colimenses que es el abyecto, arrastrado, servil y sin dignidad dirigente nacional morenaco, Mario la Perra Colimota Delgado Carrillo. En fin: estas son las potencias intelectuales con las que cuentan los morenacos.