La última oportunidad de Griselda

POR Jorge Octavio González

El poder que ha adquirido Indira Vizcaíno en Colima hace imposible que Griselda Martínez Martínez se pueda hacer de una candidatura por las siglas de MORENA en el 2024.

Cierto es que, si por ella fuera, estaría un tercer periodo en el ayuntamiento de Manzanillo; el problema es que la ley se lo impide y busca otro cargo para hacerle frente a la candidata de la gobernadora en el 2027.

Para eso, sin embargo, requiere imponer a uno de sus alfiles en la alcaldía porteña, además de ser candidata y eventualmente ganar una posición, en concreto el Senado de la República o la diputación federal.

Tantos aspirantes que hay reducen las posibilidades de que a Griselda Martínez le den una candidatura en el ámbito federal. En lo local es lo mismo: ahí decidirá Indira Vizcaíno, quien no quiere saber nada de la presidenta municipal.

Para Indira, su plan A es Rosi Bayardo en Manzanillo; para Arnoldo Vizcaíno es la diputada Andrea Naranjo Alcaraz. Y para Griselda Martínez es Martha Zepeda del Toro, mujer sin carisma que irá a contracorriente en su aventura por ser la sucesora de su jefa.

La otra opción es Eduardo Camarena Berra, ex funcionario de la administración de Héctor Insúa García, donde se descubrieron diversas anomalías que no ha podido pagar por estar protegido con el manto de impunidad de MORENA.

Hoy Camarena Berra es el tesorero del ayuntamiento de Manzanillo. Un corruptazo que quiere ser alcalde del puerto. Griselda Martínez, con esa pureza que dice tener en MORENA, jamás avalaría una candidatura como la de su tesorero; las pruebas de corrupción lo hacen vulnerable en una campaña.

Si al pobre respaldo político que tiene Griselda Martínez en la entidad y en México se le agrega su constante pleito con la prensa, cualquier aspiración que tenga fracasará. La paranoia domina a Griselda Martínez, quien cree que todos los que se quieren acercar a ella son sus enemigos o le quieren hacer algo.

Debería ser más serena y prudente. Griselda ya no es una improvisada, pero le gana el hígado y los chismes que escucha de su secretaria del ayuntamiento.

Una sola oportunidad tiene para seguir escalando posiciones políticas, hasta llegar a enfrentar, en el 2027, a la candidata que imponga Indira Vizcaíno para sucederla en la gubernatura: Rosi Bayardo o Viri Valencia.

O Vladimir Parra, si sus nexos criminales prosperan y ganan a billetazos y a balazos la contienda.