POR Luis Fernando Moreno Mayoral
“El feminismo también es trans y diversx. Vladimir Parra amenazó a Claudia Aguirre”, se lee en una pancarta sostenida por una persona de la comunidad LGBTT afuera de Palacio de Gobierno, en medio de las llamas que ardieron ante el furor de las mujeres que protestaron contra el sistema opresor el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Aún están las cenizas en el suelo que pisa la gobernadora y los funcionarios que entran y salen de Palacio de Gobierno; las imágenes de los servidores públicos de los tres órdenes de gobierno que han acosado a mujeres y gente de la sociedad civil que, desde luego, han impregnado el miedo y le terror en personas que lo único que quieren es vivir en libertad y que no las maten.
El mes de marzo fue, ciertamente, de la mujer; fue M de marzo, de mujer, como bien se pudo apreciar en diversos lugares. ¿Y qué ha sucedido? Sólo enviaron al Instituto Colimense de las Mujeres a tomar nota de las quejas de las mujeres para un eventual castigo o sanción para los hombres acosadores.
No de todos, sin embargo. Vladimir Parra, encontrado culpable de ser un agresor de mujeres por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del CEN de MORENA y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima, continúa despachando desde la Ciapacov.
Como si se burlara de las mujeres que han sido agredidas por este funcionario, ha publicado mensajes de sus actividades, de cómo ha ido en representación de la gobernadora y sigue pagando a medios afines a su causa que le publican sus infumables columnas. Impunidad total. Una vergüenza.
EL ex diputado local cree que la ola del feminismo va a pasar; para él lo más conveniente es que vengan otros asuntos o temas que opaquen la lucha feminista. Hasta ahora, sin embargo, las secuelas de la marcha del 8M han sido contundentes: manifestaciones en el CBTIS 19, turno matutino; protesta en el CBTIS 157, donde hubo diálogo. Manifestación en la secundaria Enrique Corona Morfín, denunciando a maestros acosadores; pancartas y bandera de huelga en la misma secundaria, ahora por parte de docentes que apoyan a un directivo, pero desprecian a otra.
¿Qué sigue? Las mujeres tienen el permiso del gobierno del Estado de manifestarse. Deben, consecuentemente, exigir la separación de los agresores y acosadores de sus cargos. Vladimir Parra debe salir. Pero ya. Cada minuto que permanece en su cargo es un escupitajo a una mujer humillada, acosada, violada, minimizada y crucificada.
La foto que acompaña este texto es impresionante: la marcha se quiso reducir a tumbar el portón de Palacio de Gobierno y al incendio en la entrada. La protesta contra Vladimir Parra, de la que no habló la mandataria ni la cuestionaron los medios en sus conferencias semanales, se invisibilizó. Más bien: se intentó invisibilizar.
Pero la foto ahí está: Vladimir Parra amenazó a Claudia Aguirre, se lee en la pancarta. Un integrante de la comunidad LGBTT marchó desde la Piedra Lisa hasta Palacio de Gobierno con los mensajes contra el director general de Ciapacov. Merece ser destacada; su lucha es también por las mujeres agredidas por los funcionarios públicos que son protegidos por las mismas mujeres que están al mando.
Hoy la columna es sólo un complemento; la fotografía es la que habla por sí sola. Disfrútenla.